Después de la fiesta, Charles y yo nos sentamos a charlar sobre nuestros planes para el futuro. Estábamos emocionados de tener un descanso en el verano y decidimos que lo primero que haríamos sería ir a México.
Me hizo mucha ilusión cuando Charles me lo propuso. Me encanta mi país y siempre estoy deseando regresar. La idea de compartir ese viaje con Charles me llenó de emoción.
— ¡Me encantaría! — le dije, sonriendo — México es un lugar increíble y estoy segura de que te va a encantar.
— Charles sonrió y me tomó de la mano — Estoy seguro de que sí — me dijo — Y estaré encantado de explorarlo contigo.
Me sentí feliz de compartir mi cultura y mi país con Charles. Sé que va a ser un viaje inolvidable y estoy emocionada de planificarlo.
— Vamos a hacer que sea un viaje increíble — le dije, sonriendo —.
— Charles asintió y me besó — Lo haremos — me dijo — Y será solo el comienzo de nuestras aventuras juntos.
Finalmente llegó el día de nuestro viaje a México. Charles y yo estábamos emocionados de subir al avión y comenzar nuestra aventura en ese hermoso país.
Al llegar al aeropuerto, nos dirigimos al mostrador de facturación y luego a la puerta de embarque. Mientras esperábamos para abordar, nos tomamos de la mano y sonreímos, anticipando lo que nos esperaba.
Al subir al avión, encontramos nuestros asientos y nos acomodamos para el largo vuelo.
— Charles me tomó de la mano y me dijo — Estoy emocionado de explorar México contigo.
— Me sonreí y le respondí — Yo también, amor. Va a ser un viaje increíble.
El avión despegó y nos elevamos en el cielo, dejando atrás la ciudad. Miré por la ventana y vi cómo se iba alejando la tierra, sintiendo la emoción de aventurarme en un nuevo destino.
— Charles me apretó la mano y me dijo — Estoy aquí contigo, siempre.
Me sonreí, sintiendo el amor y la seguridad que me brindaba. Sabía que este viaje sería inolvidable, no solo por la belleza de México, sino también por la compañía de Charles.
Después de un largo vuelo, finalmente llegamos a México. Charles y yo estábamos emocionados de empezar nuestra aventura en este hermoso país.
Al salir del aeropuerto, nos dirigimos al hotel donde nos hospedaríamos. Era un lugar precioso, con arquitectura colonial y jardines hermosos.
Una vez que nos instalamos en nuestra habitación, nos tomamos un momento para descansar y disfrutar de la vista del jardín. Era un lugar tranquilo y sereno, perfecto para relajarse.
Justo cuando estábamos a punto de salir a explorar la ciudad, recibí una llamada de mi padre. Me sonreí, sabiendo que siempre se preocupa por mí.
— Hola, papá — le dije, respondiendo al teléfono —.
— Hola, hija — me dijo — ¿Todo bien? ¿Llegaron sin problemas?"
— Me reí y le dije — Sí, papá. Todo está perfecto. El hotel es hermoso y Charles es un excelente compañero de viaje.
— Mi padre se rió y me dijo — Me alegra escuchar eso. Ten cuidado y disfruta al máximo tu viaje. Te quiero.
— Te quiero también, papá — le dije. — No te preocupes, estoy en buenas manos.
— Colgué el teléfono y me volví hacia Charles, sonriendo — Mi padre siempre se preocupa por mí — le dije —.
— Charles sonrió y me tomó de la mano — Es normal — me dijo — Es tu padre. Pero no te preocupes, estoy aquí para cuidarte.
Después de descansar un rato en el hotel, Charles y yo decidimos salir a explorar la ciudad. Queríamos ver todo lo que México tenía para ofrecernos.
Caminamos por las calles empedradas, admirando la arquitectura colonial y las tiendas de artesanías. El sol brillaba en el cielo, iluminando todo a su alrededor.
Mientras caminábamos, nos detuvimos en una plaza y nos sentamos en un banco para descansar un momento.
— Charles me tomó de la mano y me dijo — Me encanta estar aquí contigo.
— Me sonreí y le respondí — A mi también, amor. Esto es perfecto.
Al caer la noche, decidimos entrar a un restaurante para cenar. El olor a comida mexicana nos atrajo y nos sentamos en una mesa en el patio.
El menú era extenso y delicioso, y pedimos varios platillos para compartir. La comida era increíble, y nos reímos y hablamos mientras comíamos.
Después de cenar, estábamos disfrutando de nuestros cócteles en la barra del restaurante, cuando de repente se acercó un mariachi con su guitarra en mano. Charles me miró con una sonrisa pícara y me dijo.
— Canta con él, Alex. Quiero escucharte.
Me sonrojé un poco, pero el mariachi se acercó y me pidió que cantara con él. No pude resistirme, así que me levanté y me puse a cantar junto con el mariachi.
La música mexicana es tan hermosa y apasionada, y me dejé llevar por el ritmo y la melodía. Canté con todo mi corazón, sintiendo la emoción de la música.
El mariachi me acompañaba con su guitarra y su voz, y juntos creamos una atmósfera mágica en el restaurante. La gente se detuvo a escuchar, y pronto nos rodeó un grupo de personas que aplaudían y vitoreaban.
Al terminar la canción, el aplauso fue ensordecedor. Me sentí emocionada y orgullosa de haber compartido mi voz con todos.
— Charles me abrazó y me besó, diciéndome — Eres increíble, Alex. Me encanta tu voz.
Me sonreí, sintiendo la felicidad y el amor en ese momento. Fue un momento inolvidable, cantar con el mariachi en un restaurante mexicano, rodeada de la belleza y la pasión de la música.
Después de cenar, nos sentamos en la barra del restaurante y pedimos unos cócteles. La música en vivo nos acompañaba, y nos bailamos un rato, disfrutando de la noche mexicana.
Era un momento perfecto, rodeados de la belleza y la cultura de México. Me sentía feliz de estar con Charles, compartiendo esta experiencia juntos.
Después de la emocionante noche en el restaurante, Charles y yo regresamos a nuestro hotel, cansados pero felices. Al entrar en la habitación, Charles se acercó por detrás de mí y comenzó a acariciar mi espalda con sus manos cálidas.
Me estremecí de placer, sintiendo su tacto suave y gentil. Luego, me dio la vuelta y me besó apasionadamente, mientras sus manos recorrían mi cuerpo, explorando cada curva y cada centímetro de mi piel.
Me sentí abrumada por la pasión y el deseo, y me dejé llevar por el momento. Nos desnudamos rápidamente, y nos dejamos caer en la cama, envueltos en un abrazo apasionado.
Charles tomó el control, besándome y acariciándome con una intensidad que me dejó sin aliento. Me sentí vulnerable y expuesta, pero al mismo tiempo, me sentí segura y protegida en sus brazos.
Me dejé llevar por el placer y el deseo, sintiendo cómo Charles me exploraba y me conquistaba con su amor. Fue una noche de pasión y intimidad, una noche que nunca olvidaré.
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DAYLIGHT|| Charles Leclerc
Romance《Solo hay dos momentos en que quiero estar contigo: Ahora y para Siempre》❣️🌹