Capitulo 42 ⚘️

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Al día siguiente, desperté recostada en el pecho de Charles, sintiendo su calor y su tranquilidad. Me sentí relajada y feliz, sabiendo que estaba en el lugar correcto.

Charles se despertó y me sonrió, besándome suavemente en la frente.

— Buenos días, mi amor — dijo.

Me sentí emocionada por su saludo y le devolví el beso.

— Buenos días — respondí.

Nos levantamos de la cama y nos fuimos a desayunar al restaurante del hotel. La mañana era fresca y soleada, y me sentí renovada y lista para enfrentar el día.

Poco después de sentarnos a la mesa, Carlos llegó acompañado de una persona que me hizo saltar de la silla.

— ¡Val! — grité, corriendo hacia mi mejor amiga.

Val me abrazó fuerte, llorando de emoción.

— ¡Alex! — dijo. — Estás viva. Estás con nosotros.

Me sentí abrumada por la emoción y la alegría de reencontrarme con mi amiga. Nos abrazamos durante un momento, sin decir nada, solo disfrutando de la presencia mutua.

Carlos sonrió y nos dejó solas por un momento, mientras Charles se levantaba para saludar a Val.

— Me alegra verte, Val — dijo. — Sé que Alex te ha extrañado mucho.

Val asintió, aún llorando.

— La he extrañado demasiado — dijo. — Pero ahora está de vuelta, y nada más importa.

Me sentí afortunada de tener amigos como Val y Carlos, que me habían apoyado en momentos difíciles.

Nos sentamos a la mesa, los cuatro, y desayunamos juntos, disfrutando de la compañía mutua y de la alegría de estar reunidos de nuevo.

Fue un momento mágico, lleno de amor y emoción. Me sentí en casa, rodeada de las personas que más me importaban.

Después de un emotivo reencuentro con Val, los cuatro nos sentamos a desayunar en el restaurante del hotel. La conversación fue animada y divertida, con Val y Carlos contando historias y anécdotas de su viaje a Austin.

Una vez que terminamos de desayunar, nos levantamos y nos dirigimos al lobby del hotel, donde estaba esperando Toto. Mi padre sonrió al vernos y se acercó a nosotros.

— Está todo listo — dijo. — Vamos al Paddock de Austin.

Charles se puso a mi lado y me tomó la mano.

— Estoy aquí para ti — dijo. — No te preocupes por la prensa.

Toto asintió y se puso al otro lado de mí.

— Nosotros te protegeremos — dijo. — No dejaré que te aborden.

Me sentí agradecida por su apoyo y protección. Sabía que la prensa podía ser implacable, pero con Toto y Charles a mi lado, me sentí segura.

Salimos del hotel y nos dirigimos al Paddock de Austin. La energía en el aire era eléctrica, con los equipos de Fórmula 1 preparándose para la carrera del fin de semana.

Toto y Charles me escoltaron a través de la multitud, manteniendo a la prensa a raya. Val y Carlos nos seguían de cerca, sonriendo y disfrutando del espectáculo.

Me sentí como una estrella de rock, con mi padre y Charles protegiéndome de la atención no deseada. Pero en realidad, solo quería disfrutar del momento con mis seres queridos.

Finalmente, llegamos al paddock de mi padre y nos sentamos en la zona de descanso. Toto me abrazó y me sonrió.

— Estoy tan orgulloso de ti, Alex — dijo. — Eres fuerte y valiente.

DAYLIGHT|| Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora