Capitulo 26 ⚘️

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Han pasado unos días desde que me mudé con Charles, y puedo decir sin duda que han sido los mejores días de mi vida. Despertar cada mañana a su lado, compartir nuestros momentos, risas y sueños... todo es tan perfecto.

Mi padre me llama cada día para preguntar cómo estoy, y no puedo evitar sonreír cada vez que le digo que todo va de maravilla.

- Papá, estoy muy feliz - le digo - Charles es increíble, me hace sentir como nunca antes.

- Mi padre se alegra por mí, y puedo sentir su amor y apoyo a través del teléfono - Me alegra que estés bien, hija - me dice - Siempre supe que encontrarías a alguien especial.

Charles me abraza mientras hablo con mi padre, y me da un beso en la mejilla. Me siento tan agradecida de haber encontrado a alguien como él, alguien que me ama y me hace sentir completa.

- Después de colgar el teléfono, Charles me mira con una sonrisa y me dice - Te quiero, Alex

- Y yo le respondo - Te quiero, Charles - Es un momento perfecto, y sé que esto es solo el comienzo de nuestra vida juntos.

Me desperté temprano, emocionada de pasar el día en el yate de Charles con su familia. Me levanté de la cama y comencé a alistarme, mientras Charles aún dormía. Me puse un traje de baño blanco y una camisa ligera, y me recogí el cabello en una cola de caballo.

- Charles se despertó y me sonrió - ¿Estás lista para un día increíble? - me preguntó. Le sonreí y asentí. "¡Totalmente! - le dije.

Nos dirigimos al puerto, donde el yate de Charles nos esperaba. Era impresionante, con sus líneas elegantes y su blanco reluciente. Subimos a bordo y nos recibieron sus padres y hermanos, todos sonriendo y emocionados de vernos.

- La madre de Charles me abrazó cálidamente - ¡Es tan bueno tenerte aquí, Alex! - me dijo y me dio la bienvenida, dijo que estaba emocionado de tenerme en la familia.

Los hermanos de Charles me recibieron con bromas y sonrisas, y pronto nos sumergimos en la diversión y la risa. Charles me tomó de la mano y me mostró el yate, explicándome sobre sus características y historias.

Pronto, nos hicimos a la mar, y el viento y el sol nos acompañaron en nuestro viaje. Me sentí libre y feliz, rodeada de la gente que amaba. Sabía que este día sería inolvidable.

Mientras el yate navegaba por las aguas cristalinas de Mónaco, me encontré conversando con Jade y Charlotte, las novias de Lorenzo y Arthur, respectivamente. Estábamos sentadas en la cubierta, disfrutando del sol y la brisa marina, cuando comenzamos a hablar sobre la belleza de Mónaco.

- Es un lugar mágico, ¿verdad? - dijo Jade, mirando hacia el horizonte -.

- Totalmente - estuve de acuerdo - Me encanta la arquitectura, la comida, la gente... todo es tan encantador.

- Charlotte asintió - Y los hermanos Leclerc son el toque perfecto para hacer que este lugar sea aún más especial.

- Las tres nos reímos - Son como príncipes de un cuento de hadas - dije, soñadora -

- Jade y Charlotte estuvieron de acuerdo - Lorenzo es tan romántico y apasionado - dijo Charlotte -

- Y Arthur es tan encantador y divertido - agregó Jade -.

- Yo sonreí, pensando en Charles - Y Charles es tan cariñoso y atento - dije - Es como si hubieran salido de un libro de cuentos.

Las tres nos sonreímos, sabiendo que habíamos encontrado algo especial en los hermanos Leclerc. Y mientras el yate continuaba su trayecto, nos sumergimos en la conversación, disfrutando de la compañía mutua y del hermoso escenario que nos rodeaba.

Después de disfrutar del sol y la conversación, decidimos que era hora de divertirnos en el agua. Todos nos pusimos nuestros trajes de baño y saltamos al mar, riendo y gritando de emoción.

El agua estaba fresca y refrescante, y nadamos un rato, disfrutando de la sensación de libertad que nos daba el mar. Luego, Charles me tomó de la mano y me dijo.

- ¿Quieres competir conmigo en las motos acuáticas?.

Me sonreí y acepté el desafío. Los hermanos Leclerc sacaron las motos acuáticas y nos preparamos para la competencia. Jade y Charlotte se unieron a la diversión, y pronto estábamos todos compitiendo para ver quién era el más rápido.

El viento y el sol nos azotaban la cara mientras corríamos por el mar, sintiendo la adrenalina y la emoción de la competencia. Charles y yo estábamos empatados, pero al final, logré superarlo y gané la competencia.

Todos nos reímos y nos felicitamos mutuamente, disfrutando de la diversión y la compañía. Fue un momento increíble, lleno de alegría y libertad. Y mientras regresábamos al yate, exhaustos pero felices, supe que este día sería inolvidable.

Después de un día maravilloso en el yate, nos sentamos todos a disfrutar del atardecer. El cielo se pintó de colores cálidos y suaves, y el mar se calmó, creando un ambiente romántico y mágico.

- Charles me miró con una sonrisa pícara y me dijo - ¿Te acuerdas de la escena de Jack y Rose en la película de Titanic? - Me sonreí, sabiendo a qué se refería -.

- Me tomó de la mano y me llevó a la proa del yate - Ven - me dijo - Vamos a recrearla -.

Me puse un poco nerviosa, pero también emocionada. Charles me abrazó por la cintura y me subió a la barandilla del yate. Me sentí como Rose, con el viento en mi cabello y el mar a mis pies.

Charles se puso detrás de mí, abrazándome fuerte, y me susurró al oído.

- Soy el rey del mundo - Me reí y me sentí como en una película -

El atardecer nos rodeaba, y el mar se extendía hasta el horizonte. Me sentí libre y feliz, con Charles a mi lado. Fue un momento mágico, uno que nunca olvidaré.

Y mientras el sol se escondía en el horizonte, Charles me besó en la mejilla y me dijo.

- Te quiero, Alex.

- Sonreí y le respondí - Te quiero, Charles.

DAYLIGHT|| Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora