Capítulo 48 ⚘️

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Después del juicio, Vanessa y Daniel fueron llevados a prisión, poniendo fin a la pesadilla que había durado tanto tiempo. Por fin, podía sentirme libre y feliz.

Charles y yo nos miramos, sonriendo. Sabíamos que nuestro amor había superado todos los obstáculos y que ahora podíamos disfrutar de cada momento juntos.

— Estamos libres — dijo Charles, abrazándome. — Podemos empezar de nuevo.

Me sentí envuelta en su calor y su amor.

— Estoy lista — respondí. — Quiero pasar el resto de mi vida contigo.

La familia de Charles me acogió con brazos abiertos, considerándome ya parte de ellos. La madre de Charles me abrazó.

— Eres nuestra hija ahora — dijo. — Te queremos mucho.

El padre de Charles me sonrió.

— Bienvenida a la familia, Alex — dijo.

Me sentí completa, rodeada de amor y familia.

Charles y yo pasábamos cada momento juntos, disfrutando de nuestra libertad y nuestro amor. Íbamos a pasear, cenábamos juntos, y nos reíamos hasta el amanecer.

Nuestras noches eran llenas de pasión y amor, nuestros cuerpos y almas unidos en perfecta armonía.

— Te amo — decía Charles cada noche, antes de dormir.

— Te amo también — respondía yo, sonriendo.

La vida era perfecta, y sabía que nada podría separarnos novamente. Éramos uno, y siempre lo seríamos.

Desperté sola en la cama, estiré mis brazos y sentí la ausencia de Charles. Me incorporé y miré alrededor, pero no había señal de él. Me pregunté dónde estaría.

Justo en ese momento, escuché la puerta abrirse y Charles entró con una charola en las manos. Sonreía y tenía una mirada pícara en sus ojos.

— Buenos días — dijo, acercándose a mí.

Me sentí sorprendida al ver la charola llena de comida deliciosa: huevos revueltos, tostadas, frutas y café.

— ¿Qué es esto? — pregunté, sonriendo.

Charles se sentó a mi lado y me dio un beso suave en los labios.

— Feliz aniversario — dijo, mirándome con amor.

Me sentí confundida por un momento, hasta que recordé que hoy era el aniversario de nuestro primer encuentro.

— ¡Oh, Charles! — exclamé, abrazándolo. — No sabía que te acordabas.

Charles se rió y me acunó en sus brazos.

— Cómo podría olvidar el día que te conocí — dijo. — Eres mi vida, Alex.

Me sentí emocionada y feliz. Charles siempre sabía cómo hacerme sentir especial.

Comimos juntos en la cama, disfrutando del delicioso desayuno y de la compañía del otro. La mañana era perfecta, llena de amor y felicidad.

— Te amo — dije, mirándolo a los ojos.

— Te amo también — respondió Charles, sonriendo. — Siempre.

Después de desayunar, Charles y yo nos vistimos para ir a la cancha de pádel. Él me ayudó a elegir un outfit deportivo y me dio un beso en la mejilla.

— Estás lista para jugar — dijo, sonriendo.

Me reí y lo seguí hasta la puerta.

— No sé si estoy lista para jugar contra tus hermanos — dije, bromeando. — Son muy competitivos.

DAYLIGHT|| Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora