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El capítulo que se viene 🫦

Mientras bailábamos, sentía que la música me envolvía, pero al cabo de un rato, Kylie y yo nos acercamos a la barra.

—Dame un shot de aguardiente y uno de lo más fuerte que tengas —le pidio al mesero, con el corazón acelerado por el ritmo de la fiesta.

Iba a agarrar el de aguardiente cuando el mesero lo sirvió, pero Kylie fue más rápida y lo cogió primero, pasándome el otro vaso con una sonrisa traviesa.

—¿Por qué me quieres emborrachar? —pregunté, divertida.

—Porque nunca tomas, niña —me respondió encogiéndose de hombros, haciéndose la inocente.

No discutí, tenía razón. Yo casi nunca bebía en exceso. El líquido quemó mi garganta al pasar, tan fuerte que sentí el golpe directamente en el estómago. Le lancé a Kylie una mirada rápida, riéndome. No podía negar que el alcohol empezaba a hacer efecto. Volvimos a la pista de baile, moviéndonos al ritmo de la música.

Poco después, mientras la fiesta seguía su curso, sentí unas manos en mis caderas. Giré ligeramente y vi a Richard detrás de mí, acercándose más. Me jaló suavemente hacia él y se inclinó para hablarme al oído.

—Vamos a bailar —me dijo, su acento paisa arrastrando las palabras de manera despreocupada.

No me dejó tiempo para responder, y de repente, ya estábamos bailando juntos al ritmo de "Caliente" de Cheka

(Escúchenla con el capítulo)

Mami tú me tiene así, calientito así
Como tú me tocas, bésame la boca
Por qué a mi me gusta así, ya tócame así
Babi ponte loca, siente como roza
Y cómo te pones caliente
Sube la temperatura
Y cómo te toco yo (Caliente)
Sube la temperatura
Ven hagamos el amor

Mis caderas se movían al compás de la música, siguiendo el ritmo que él marcaba. Sus manos estaban firmes en mi cintura, y podía sentir su respiración en mi oído. Cada vez estábamos más cerca, nuestros cuerpos casi pegados. No había espacio ni para una mirada entre nosotros. Mi corazón latía más rápido, el alcohol en mi sistema intensificaba cada movimiento, cada sensación.

En ese momento, Carrascal pasó repartiendo tragos.

—Esto pa' que sigan la rumba —dijo, dejando vasos de whisky en la mesa.

Agarré uno sin pensar mucho, otro error. Whisky, después de aguardiente... esto iba a salir mal

Tomé el trago de whisky y sentí el calor subiendo rápidamente por mi cuerpo. Ya estaba mezclando el aguardiente con whisky, y sabía que eso no iba a terminar bien, pero en ese momento no me importó.

Me giré para seguir bailando con Richard, esta vez de frente. Él me miró a los ojos, con una intensidad que me hacía sentir como si el resto de la discoteca desapareciera.

Mis labios estaban ligeramente entreabiertos, y podía notar cómo su mirada bajaba de vez en cuando hacia ellos. Su mano que antes sostenía mi cintura ahora se deslizó suavemente por mi espalda, bajando hasta mi cadera. La música seguía sonando, pero todo se sentía más lento, más intenso.

Estábamos demasiado cerca.
Sentí sus dedos rozar la parte baja de mi espalda mientras la canción llegaba a su fin, y justo cuando parecía que iba a acercarse aún más, escuché un carraspeo.
Franchesca apareció de la nada, interrumpiendo el momento

-Coraline está aquí —murmuró Fran, mirándome con urgencia, tratando de no ser obvia pero lo suficientemente seria para que yo entendiera lo que pasaba.

Yo me separé inmediatamente de Richard, porque aunque él era solo el "novio " de mi hermana, la escena era complicada.

No podíamos arriesgarnos a que Coraline o cualquiera de su séquito de chismosas viera lo que estaba pasando. Sabía que Coraline, con su grupo de "geme malas", iba a aprovechar cualquier excusa para armar lío.

Eché un vistazo hacia donde Fran me había indicado. Ahí estaba Coraline, con sus amigas, riéndose y aparentemente sin haberse dado cuenta de nada... todavía.

—El trío de las idiotas está aquí —le susurré a Fran con una mezcla de molestia y resignación.

Nos dirigimos a la mesa, y me senté entre Kylie y Richard y al frente sasha , que ya estaban observando todo lo que ocurría con una sonrisa juguetona. Kylie, como siempre, me miraba con esos ojos brillantes, sabiendo exactamente lo que acababa de pasar.

—Niña, ¿y eso qué? -dijo Kylie, levantando una ceja con una sonrisita traviesa.

—¿Eso qué? —repetí, tratando de desviar la atención y tomando un trago de whisky.
Sabía que no iba a funcionar con ella.

—¡Ay, por favor! Estabas pegadita a Richard —rió Sasha, uniéndose a la conversación.

—¡No me digas que te va a empezar a gustar el novio de tu hermana! —dijo sasha burlándose irónicamente , aunque con un tono de voz bajo para que nadie más la escuchara.

Kylie rio como nunca en su vida

-Cállate, Kylie. Sabes que él no es su novio de verdad —le contesté, casi riendo, pero sin poder evitar sentirme un poco culpable.

En ese momento sentí una mano fría en mi muslo, y al bajar la vista, vi que era Richard. Probablemente ni siquiera se daba cuenta de lo que estaba haciendo, pero aún así, me tensé un poco. Antes de que pudiera reaccionar, vi a Coraline acercándose desde el otro lado de la pista, con su típica actitud de "yo mando aquí".

—Ay, ya llegó la reina del drama -susurré con fastidio, mientras Kylie soltaba una risita.

Coraline se acercó, moviéndose de una manera exagerada, como siempre lo hacía cuando quería llamar la atención. Se deslizó entre Richard y yo sin siquiera pedir permiso, prácticamente empujándome a un lado.

—¡Richaaaard! —dijo con una sonrisa, tocándole el brazo y lanzándole miradas coquetas. Franchesca, que estaba a su lado, la observó de reojo, claramente irritada, pero sabiendo que no podía hacer mucho en ese momento.

Coraline empezó a hablarle a Richard, ignorando descaradamente mi presencia y la de todos obviamente.

—Ay, te ves tan bien esta noche... ¿No me vas a invitar a bailar? —dijo ella, mientras jugaba con su cabello y le daba una sonrisa coqueta.

Richard, con su típico tono despreocupado y su acento paisa, respondió:

-Eh, Coraline... vos sabés que ya bailé,
¿cierto? Además, ya estoy cansado... - dijo él, mirando en mi dirección de manera sutil, como buscando una salida.

Pero Coraline no iba a rendirse tan fácil.

—Ay, no seas bobo, ¿cómo vas a estar cansado? Vamos, si Fran no te lleva a bailar, te llevo yo —dijo ella, mirándolo con esos ojos que usaba cuando quería algo.

Yo rodé los ojos y tomé otro trago de whisky, tratando de no hacerle caso, pero por dentro me hervía un poco. Estaba claro lo que ella quería, y no era solo el baile.

Sabía perfectamente cómo se las gastaba Coraline cuando intentaba coquetear.
Franchesca, que ya parecía estar al borde, interrumpió:

—No, Coraline, dejalo, ya  —dijo con un tono firme, como queriendo marcar territorio.
Coraline la miró con una sonrisa falsa, como si le estuviera haciendo un favor:

—Ay, claro, Fran. Solo decía. Pero bueno, si Richard cambia de opinión, ya sabe que aquí estoy —dijo ella con un guiño antes de finalmente alejarse.

Me quedé mirando cómo se iba, mientras sentía la tensión en el ambiente.

—¿Viste eso? —me susurró Kylie por el oído—. Esa casi se le monta a Richard.

—Como si no me hubiera dado cuenta... — respondí con un suspiro, apretando los labios mientras miraba a Richard de reojo.

Él me lanzó una mirada rápida, como si quisiera disculparse por la situación. Pero yo solo sonreí y moví la cabeza, como diciendo que no había problema... aunque, claro, no estaba tan segura de eso.

El esposo de mi hermana - Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora