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Al día siguiente me desperté tarde. El sol ya había comenzado a colarse por la ventana cuando escuché a mi tía gritar desde abajo.

— ¡Niña, baja a comer! —su voz era clara y autoritaria, como siempre.

— ¡Más tarde, tía! —respondí, envuelta en las sábanas, sin ganas de moverme.

— Estará servido —me respondió la señora Sandra, mamá de Richard, con tono tranquilizador.

A pesar de que las palabras de Sandra me daban una razón para levantarme, no podía dejar de sentirme atrapada en mi propia pereza. Me levanté lentamente, me lavé la cara, me cepillé los dientes y me apresuré a ir al baño. Después de eso, decidí ponerme los audífonos para poner algo de música y empezar a ordenar el cuarto, aunque sabía que, a medida que lo ordenaba, lo desordenaría nuevamente. Era una rutina sin fin.

Mientras estaba ordenando, un pensamiento cruzó mi mente: "Me hace falta el gloss Dior". De pronto me di cuenta de que lo había dejado en el cuarto de Coraline. Esa maldita. Coraline siempre estaba tomando mis cosas sin preguntar, como si todo le perteneciera. Había pasado muchas veces, pero ahora me tenía cansada. Caminé directamente a su habitación con paso firme, decidida a recuperar mi gloss.

Cuando entré en su cuarto, me sentí invadida, como si algo estuviera mal en el ambiente. Empecé a revisar los estantes y los cajones. Vi el gloss en un estante superior, pero al tomarlo, un montón de papeles se cayeron al suelo. Intenté recogerlos lo más rápido posible, pero uno de los papeles me llamó poderosamente la atención.

En la parte superior, había algo que no podía dejar de leer: *"Coraline, alias Blin Blin, involucrada en actos ilegales. Se encarga de lavar dinero".*

Mi corazón se detuvo por un momento. Miré el papel una y otra vez, incapaz de creer lo que estaba leyendo. No podía ser real. Pero a medida que pasaba las hojas, las palabras se volvían más claras y concretas. Coraline no solo estaba metida en algo oscuro, estaba obsesionada con richard para limpiar su imagen ,para que todo su escándalo financiero fuera cubierto bajo la fachada de una familia perfecta. Era mucho más grave de lo que imaginaba.

Había también un cuaderno pequeño al lado, y sin pensarlo, lo abrí. Mis manos temblaban mientras hojeaba las páginas. Cada una estaba llena de datos sobre Richard: fechas, reuniones, cantidades de dinero. Y luego, en una página, había una nota escrita a mano que dejaba claro que Coraline había planeado usar a Richard para mejorar su imagen pública. todo para desviar la atención de sus problemas con el dinero.

Mi estómago se revolvió. La abuela no tenía idea de nada de esto. Si alguien descubría lo que Coraline estaba haciendo, podría destruir la imagen que había tomado tantos años construir para nuestra familia. Richard, inocente como siempre, estaba siendo manipulado sin saberlo. Era una jugada sucia, una jugada peligrosa.

Justo cuando me di cuenta de la magnitud de lo que estaba leyendo, escuché pasos acercándose a la habitación. Entré en pánico. Sin pensar, guardé todo rápidamente, metí las hojas en la libreta y me escondí en el clóset. Desde allí, podía ver cómo Coraline entraba a su habitación, sin notar que yo estaba allí. Tomó su celular y revisó algo en él, probablemente alguna actualización sobre su "negocio". Tras unos momentos de silencio, salió de la habitación y me dejó sola.

Me quedé dentro del clóset, mi corazón latiendo a mil por hora. Estaba temblando. Esto era demasiado grande para mantenerlo en secreto. Si alguien se enteraba de lo que Coraline estaba haciendo, sería el fin de su fachada. Si la abuela se enteraba, todo lo que habíamos construido podría desmoronarse.

De repente, escuché la voz de mi tía desde abajo, llamando a Coraline para que bajara a comer. Sabía que no podía esperar más. Mi cabeza estaba hecha un torbellino. ¿Debía contarle a Richard todo lo que había descubierto? ¿O debía callarme y dejar que Coraline siguiera con su plan?

*¿Y si la abuela descubre todo? ¿Qué consecuencias tendrá esto para todos?*

Me tomé un momento, respirando hondo. Estaba atrapada, y no sabía qué hacer. Solo sabía que las decisiones que tomara ahora cambiarían para siempre el curso de nuestras vidas.

El esposo de mi hermana - Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora