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Estaba en mi cuarto, empacando ropa en una mochila, lista para el viaje a Barú. Sabía que iba a ser corto, así que tenía que llevar de todo: bikinis, ropa cómoda y algunos outfits por si surgía algo interesante. Mientras guardaba las cosas, hablaba con Kylie por teléfono, que también estaba organizando sus cosas, porque obviamente ella era mi invitada para el viaje.

—Ese man es un malparido sexy —dije, refiriéndome a Richard.

—¡Ay, cállate! —contesto y reí yo, recordando lo de la mañana en el sofá.

—No niegues que querías que subiera un poquito más la mano —dijo ella, en tono juguetón, como siempre cuando quería hacerme confesar algo.

—¡Pfff! ¡Claro que no! —le respondí, aunque sentí el calor en mis mejillas.

—Mjum... —dijo Kylie, no creyéndome ni un poquito.

Suspiré, cambiando de tema antes de que siguiera molestándome.

—¿A qué hora es que vamos pa' allá? —preguntó ella, mientras terminaba de organizar su mochila.

—Creo que salimos como a las cinco. La abuela nos quiere recogiendo temprano —le expliqué, echando una última mirada a mi maleta.

—Bueno, llegaré un poquito antes pa' que hablemos —dijo ella, y colgó.

Justo cuando estaba cerrando la mochila, sentí una presencia detrás de mí. Me di la vuelta y ahí estaba Richard, apoyado en el marco de la puerta, mirándome con una sonrisa traviesa.

—Así que soy un malparido sexy, ¿ah? ¿Podés llamarme así otra vez? —dijo, imitando mi acento, con diversión en la voz.

—No. Muérete —respondí entre risas, aunque el corazón me empezó a latir más rápido. No esperaba que hubiera escuchado eso.

Él se rió y se acercó más, pegándose a mí. No hice nada para alejarlo, aunque sentía la electricidad en el aire entre nosotros.

—Incluso cuando me decís que me muera, noto lo mucho que me querés —dijo con su típica sonrisa de lado.

—Tienes demasiada imaginación, la verdad —le respondí, intentando sonar despreocupada, pero mi corazón seguía acelerado.

—Y también muchas ganas de besarte —soltó, bajando la voz, acercándose lo suficiente para que casi sintiera su respiración en mi piel.

El ambiente entre nosotros cambió, más tenso, y por un segundo me perdí en la situación. Estaba a punto de decir algo cuando la puerta se abrió de golpe.

—¿Interrumpo algo? —preguntó mi tía, con una sonrisa divertida en los labios.

Me separé de Richard tan rápido que casi me tropiezo con la mochila.

—Eh... no, tía. Todo bien —dije, tratando de mantener la calma, aunque por dentro estaba toda nerviosa.

—Solo vengo a decirles que el almuerzo ya está listo. Bajen antes de que se enfríe —dijo, lanzándome una mirada cómplice antes de salir.

Miré a Richard, que seguía ahí con su sonrisa, como si no hubiera pasado nada.

Cuando él se fue, me dejé caer en la cama, intentando procesar todo lo que acababa de pasar. Este viaje a Barú prometía ser un caos, pero un caos que no podía evitar esperar con ansias.

Perdón por el capítulo tan corto , las amo 💘

El esposo de mi hermana - Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora