•El arte de conectar en tiempos difíciles•
En un mundo devastado por los muertos vivientes, Daryl y Rose encuentran consuelo en el otro. Unidos por la lucha por sobrevivir, enfrentan tanto las amenazas externas como sus propios miedos y sentimientos...
"Mi barco fue tocado y hundido, pero aquí sigo, flotando entre los restos del naufragio."
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_________________25 de octubre del 2010.
PoV: Rose Velimont.
Caos
Era la única idea que dominaba mis pensamientos y mi vida. Llevaba meses vagando sola, atrapada en la ilusión de que Atlanta sería un refugio seguro. Pero allí solo encontré destrucción: humanos que morían y volvían a la vida en minutos, y personas aterradoras que podían arrebatarte todo con la excusa de "sobrevive el más fuerte" o "ahora no hay leyes".
Muchas personas parecían haber estado deseando una Apocalipsis de este tipo y así poder dejar libre la bestia salvaje que siempre reprimieron dentro de ellos, simplemente: ENFERMOS.
....
Ya no recordaba la última vez que me bañé o que hablé con otra persona de manera civilizada. En cuanto a alimentarme, solo podía recordar haber comido una lata de atún en mal estado.
Mi muerte no sería a manos de los descompuestos; eso lo tenía claro, y en medio de todo el caos, esa certeza me daba algo de felicidad.
Luchaba internamente contra el sueño, temiendo que si cerraba los ojos, podría no despertar nunca más. Después de dos horas de caminata y de la batalla constante por mantenerme despierta y firme en mis pasos, finalmente logré escuchar voces.
Tenía la suerte de poseer una buena capacidad auditiva. Aunque no me servía de mucho, al menos podía considerarlo un talento.
-Ey, quieta ahí.- Escuche la voz de un hombre mientras se acercaba con un arma en manos, aputandome, muy sigiloso él.
¿Qué tan necesario era lo del arma? El caniche que tenia mi abuela parecía más una amenaza que yo.
Ese animal del demonio sí que le dio pelea a los descompuestos, recuerdo haberle visto arrancar la cabeza a un niño infectado... Luego se lo comieron esos monstruos pero nadie le quita lo heroico.
Un minuto de silencio para Bachichon, el mejor caniche de la historia.
-Ey, te estoy hablando.- Volvió a mencionar el hombre que me apuntaba, sacándome de mis pensamientos; Había momentos en los que parecía que tenia rachas de delirio, quizás por el hambre, la sed, la falta de sueño.- Tu nombre, ya.
-Rose....-Mencioné en voz baja pero vi en su cara confusión, de seguro no me escucho -Rose, Rose Veilmont.
-Rick Grimes.- Se presentó sin bajar su arma mientras le hacía seña a otro hombre.
