•De los besos a las balas•

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Capítulo 25.
________________We are the walking dead

"A veces, lo único que puedes hacer cuando todo se derrumba es reírte."
Kurt Vonnegut

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-¿En serio estabas coqueteando con una mujer casada?- comentó Rose, esforzándose por no reír.

-¿Y qué tiene?- Rick se encogió de hombros con aire despreocupado. -Es linda. Hasta dan ganas de quedarse en Alexandria solo por eso.

Rose negó con la cabeza, aún riéndose.

-Espero que no le cuentes eso a su esposo. No quiero que te metan un balazo en medio de este paraíso suburbano.

-Tranquila- dijo Rick, alzando las manos en señal de rendición -Solo es un cumplido inofensivo. Además, no me culpes. No hemos visto a gente normal en meses.

-Ah, claro, porque tu idea de normalidad es romper matrimonios- bromeó Rose, cruzándose de brazos mientras lo miraba divertida.

-No todos podemos ser santos, Rose- contestó Rick, dándole una mirada de complicidad antes de caminar hacia la casa.

-Estás aplicando la de Shane, viejo- soltó Glenn de repente, rompiendo su silencio con una sonrisa socarrona.

Rick se detuvo en seco. La broma le borró la sonrisa de inmediato, cambiando su expresión a una de incomodidad.

-No es lo mismo-respondió Rick en un tono serio, sin voltear a verlo. Luego siguió caminando hacia la casa.

Glenn y Rose intercambiaron miradas.

-Creo que toqué un nervio- murmuró Glenn, alzando las cejas.

-Definitivamente- respondió Rose, tratando de no reírse otra vez -Tema sensible.

...🧟‍♀️

-Mamá siempre quiso un lugar así- comentó Carl, observando la casa con una mezcla de orgullo y nostalgia. Su mirada se perdió un momento en las ventanas y el jardín delantero, como si imaginara cómo habrían sido las cosas si ella estuviera ahí.

-Debe estar feliz de que ahora tú y Judith tengan un hogar como este- respondió Rose con una sonrisa cálida. Le acarició el cabello con ternura antes de inclinarse y besarle la frente, dejando que el gesto hablara más que las palabras.

Carl suspiró, bajando la mirada hacia Judith, que comenzaba a mover los brazos como si quisiera alcanzar algo.

-No lo sé...-murmuró, levantando los brazos para recibir a su hermanita, que Rose sostenía con cuidado -¿Qué opinas de este lugar, Ro?

-Es lindo...- dijo lentamente, mirando alrededor, los árboles y las casas perfectamente alineadas, como si fueran parte de un sueño al que ya no estaba acostumbrada -Pero la gente aquí no está adaptada al exterior. Es como si estuvieran viviendo en una burbuja, y no sé cuánto tiempo más pueda durar.

•Entre flechas y latidos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora