•El arte de conectar en tiempos difíciles•
En un mundo devastado por los muertos vivientes, Daryl y Rose encuentran consuelo en el otro. Unidos por la lucha por sobrevivir, enfrentan tanto las amenazas externas como sus propios miedos y sentimientos...
Capitulo 39. ________________We are the walking dead.
"La convivencia es arte y requiere paciencia." Michel de Montaigne
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-Te prometo que nuestros hijos jamás se verán así- dijo Daryl, notando cómo Rose observaba su espalda con atención. Se apresuró a vestirse lo más rápido posible, incómodo con la mirada de ella.
-Me duelen...- Rose hizo un puchero, su labio inferior temblando ligeramente mientras miraba esas cicatrices que marcaban a su pareja -Me duele que estén en ti.
Daryl resopló, acercándose a ella con un gesto de ternura que pocos lograban ver.
-No seas boba, amor- dijo mientras la envolvía en un abrazo cálido, intentando suavizar la conversación. Rose se acurrucó contra él, disfrutando de la cercanía en esos raros momentos de privacidad, sabiendo que Daryl no solía mostrar mucho de sí mismo delante de los demás.
-Ya está todo superado... incluso soy feliz- añadió él, con una tranquilidad que intentaba transmitir, aunque sus ojos delataban una sombra que todavía no podía sacudirse por completo.
Rose levantó la cabeza para mirarlo, su rostro suavizado por la preocupación.
-¿Por qué jamás me hablas de esas heridas? ¿Quién te las hizo? -su voz era suave, casi un susurro, como si temiera que hablar del tema pudiera hacerle daño.
Daryl la miró en silencio por un momento, acariciándole el cabello con una mano, pensativo.
-No suelo hablar de ello, gata - dijo al fin, su tono más grave, como si las palabras costaran más de lo habitual -Lo hice una vez... con Beth.
-Cuéntame a mí también- insistió Rose, con un tono suave pero lleno de curiosidad.
Daryl la miró por un momento, pensativo, antes de responder con algo de reticencia. -Tendré un día agitado saliendo a buscar provisiones con Rick y tú no deberías estar triste -dijo él, intentando desviar la conversación, como si el tema fuera algo que preferiría evitar.
-Porfa, porfa- Rose puso los ojos de cachorro, tan convincente que Daryl no pudo evitar soltar una risa.
-¿Me manipulas, mujer?- preguntó entre risas, aunque la pregunta no era realmente una queja.
Daryl suspiró, su risa desapareciendo rápidamente mientras su mirada se volvía más seria. -Fue mi padre...- dijo finalmente, su tono grave -Una infancia de mierda tuve.
Rose lo miró en silencio, esperando que continuara. -¿Te golpeaba?-preguntó ella con suavidad, sintiendo la pesadez de sus palabras antes de decirlas.
-Me quemaba con cigarros. Cuando Merle se fue, me prohibía comer. Me golpeaba... por todo y por nada- respondió Daryl con la voz baja, cargada de un resentimiento que no podía disimular. Su rostro se tensó, y por un instante, apartó la mirada, como si las palabras despertaran heridas que aún no habían cerrado del todo. Se pasó una mano por el rostro con un gesto de cansancio antes de continuar. -Era un maldito borracho, y todo se puso peor cuando mamá murió. Cayó en depresión. Ella... no era tan diferente a él, pero... al menos me quería. Recuerdo que, a veces, jugaba conmigo. Esas eran las únicas veces que las cosas parecían... normales.
