•El arte de conectar en tiempos difíciles•
En un mundo devastado por los muertos vivientes, Daryl y Rose encuentran consuelo en el otro. Unidos por la lucha por sobrevivir, enfrentan tanto las amenazas externas como sus propios miedos y sentimientos...
Capítulo 20. ________________We are the walking dead.
"No me mires de esa forma, como si fueras a devorarme, pero tampoco dejes de hacerlo." Jean Rhys
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-Deja de mirarme así -susurró Rose, su voz entrecortada, como si intentara controlar algo que ya no podía.
-¿Cómo te estoy mirando, para ser exactos? -la voz de Daryl era grave, llena de una calma peligrosa, sus ojos recorriéndola sin disimulo.
-Como si quisieras tomarme... tenerme solo para ti.
-¿Y si lo quiero? -sus palabras salieron con una suavidad oscura mientras daba un paso más cerca de ella, no era una conversación que deseara que el resto escuchara -¿Te molestaría ser mía, gata?.
El aire entre ellos se hizo denso, casi sofocante. Rose lo sostuvo con la mirada, sintiendo cómo su propio cuerpo traicionaba sus intentos de controlar el deseo que hervía en su piel.
-¿Solo por esta noche? -su voz fue apenas un susurro.
¿De verdad caería en un juego de Dixon? Si, quería caer con los ojos cerrados si fuera necesario.
-Por esta noche, por una semana, un mes... -Daryl la recorrió con los ojos, como si ya estuviera mentalizando lo que tendría para el -Pon los términos. Me encargaré de cumplirlos.
-¿Pedimos el cuarto antes de que Rosita y Abraham lo estrenen?- dijo Rose con una sonrisa pícara, sus ojos desafiando.
Daryl soltó una risa grave, acercándose un poco más. -Me la estás poniendo demasiado fácil. Pensé que ibas a ser más difícil de convencer.
-¿Ah, sí? - Rose arqueó una ceja y se cruzó de brazos, su expresión cambiando de inmediato -Bueno, se cancela el sexo, Dixon.
Daryl se quedó quieto por un segundo antes de reír entre dientes, acercándose aún más, con esa mirada que siempre la desarmaba.
-Espera, nena, no lo decía en serio -Levantó las manos en señal de paz, su sonrisa algo nerviosa -Me emocioné y dije una tontería. No me lo quites ahora.
Rose lo miró de reojo, fingiendo pensarlo, aunque disfrutaba de tenerlo en sus manos.
-Tendrás que esforzarte más, Dixon -respondió, dejando caer los brazos, pero sin darle todavía el gusto -Quizás te dé otra oportunidad... si me convences.
Daryl abrió la boca para decir algo, pero se detuvo al ver a Abraham subiendo las escaleras con Rosita de la mano. Iban directo a la habitación.
-Ya fue, nos ganaron la recámara- dijo, resignado.
Rose lanzó una rápida mirada a la pareja y, sin pensarlo dos veces, tomó la mano de Daryl. Con una sonrisa traviesa, tiró de él y corrió hacia las escaleras, empujando a Abraham de lado sin ninguna vergüenza.
