•Lombrices•

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Capítulo 16
________________We are the walking dead.

"Soy muy vulnerable ante tu ser."
Lucia Viera Pacellí.

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-Esto es asqueroso- se quejó Rose, observando con una mueca de disgusto cómo Daryl removía la tierra, buscando lombrices.

-Tengo hambre, y viéndote, diría que tú también.- Daryl le lanzó un puñado de lombrices con una sonrisa torcida. Rose retrocedió, negando con la cabeza mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

-Extraño la prisión- murmuró, su voz entrecortada.

-Todos extrañamos la prisión, pero hay que sobrevivir- dijo Daryl mientras se acercaba a ella, las lombrices en la mano, como si fueran un manjar del día. -Come- insistió, extendiéndole el pequeño puñado de lombrices con una sonrisa burlona- Necesitas ingerir algo, ya estás pálida.

Rose lo miró con una mezcla de incredulidad y desdén, las lombrices moviéndose inquietas entre sus dedos.

-Vomitaré si como eso- protestó Rose, haciendo una mueca de asco mientras miraba las lombrices.

-Al menos intenta, cierra los ojos y piensa que son algo rico.- replicó Daryl, esbozando una sonrisa amable, como queriendo darle ánimos.

-Algo como tu- dijo ella en tono de broma, tragándose la primera lombriz de un tirón, sintiendo cómo se movía en su garganta con una sensación inquietante.

-Tenías que masticarla, idiota- Daryl se rió, sacudiendo la cabeza con incredulidad, mientras ella se llevaba la mano al estómago, intentando que la sensación de asco se disipara.

...🧟‍♂️

-Daryl me obligó a comer lombrices- dijo Rose, haciendo una mueca de asco que hizo que Maggie esbozara una pequeña sonrisa divertida. -¿Y a ustedes cómo les fue?-preguntó, buscando un cambio de tema que aliviara la tensión del momento.

-Ni siquiera lombrices- respondió Sasha sin prestar atención, su voz fría y distante. Desde la muerte de su hermano, se había vuelto más retraída.

Maggie no desvió la vista del camino, donde se divisaba el grupo avanzando lentamente. -¿Cuánto nos queda?- preguntó, intentando mantenerse concentrada en la situación.

-Unos cien kilómetros- contestó Sasha, su tono aún desprovisto de emoción.

-Creo que no se refería a eso- intervino Rose, sintiendo cómo sus ojos se cristalizaban de nuevo. Sabía que el verdadero peso de la situación recaía en las preocupaciones que la atormentaban. No tenía miedo a morir; su mayor temor era por Carl y Judith. Eran demasiado pequeños para enfrentar condiciones tan horribles, y el pánico se apoderó de ella ante la idea de que pudieran sufrir.

•Entre flechas y latidos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora