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El sudor corría por el cuerpo de Jungkook mientras entrenaba en el campo de tiro. Los días habían pasado, y la imagen del pequeño omega que había visto en el diario de su padre lo perseguía sin descanso. La curiosidad y la necesidad de saber más sobre él lo habían mantenido en un estado de inquietud constante.

Jungkook se había dedicado a entrenar con una intensidad que superaba cualquier límite. Cada disparo, cada movimiento, cada golpe era una forma de canalizar la energía que lo consumía por dentro.

En medio del entrenamiento, su teléfono vibró en su bolsillo. Un mensaje de un número desconocido lo interrumpió, pero Jungkook decidió ignorarlo. No era de su interés hablar con desconocidos, especialmente en estos momentos en que su mente estaba llena de otros pensamientos.

Sin embargo, el teléfono comenzó a sonar con insistencia, una melodía estridente que resonaba en el silencio del campo de tiro. Jungkook se enfureció, sintiendo que le estaban jugando una broma.

Con un gruñido de frustración, contestó la llamada.

- ¿Quién es? - preguntó con voz áspera, esperando una respuesta que lo hiciera reír.

Pero la llamada se cortó de inmediato.

Jungkook se quedó atónito, sin entender lo que había sucedido.

- ¿Qué demonios? - murmuró, con una furia que se extendía por todo su cuerpo.

La sensación de que le estaban jugando una broma se desvaneció, dejando espacio a una inquietante sensación de que algo no andaba bien.

Con un rugido de furia, Jungkook se concentró en su entrenamiento, decidido a liberar la energía que lo consumía. Cada disparo era un grito de rabia, cada movimiento un golpe de frustración.

El campo de tiro se convirtió en un escenario de su furia, un espacio donde Jungkook podía desahogarse, donde podía canalizar el enojo que lo invadía.

Mientras disparaba con precisión y velocidad, Jungkook no podía dejar de preguntarse quién había llamado y por qué. La intriga y la incertidumbre lo atormentaban, alimentando la furia que lo consumía.

Sabía que esa llamada no era una simple broma, que detrás de ella se escondía algo más, algo que debía descubrir.

Y así, con la furia como motor, Jungkook continuó su entrenamiento, decidido a encontrar respuestas y a enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

La llamada del número desconocido había despertado una nueva inquietud en su interior, un deseo de saber la verdad, un deseo que lo impulsaría a seguir adelante, sin importar el costo.

Mi Big Boy - Km Au Donde viven las historias. Descúbrelo ahora