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Las horas se deslizaron como arena entre los dedos, transformando el día en una sucesión de momentos tensos y angustiantes.  En la mansión Park, la frustración se cernía como una nube oscura, cada miembro de la familia buscando desesperadamente alguna pista sobre el paradero de Jimin.  Jungkook, agotado física y emocionalmente, seguía dormido en su habitación, su sueño un frágil refugio del torbellino de emociones que lo azotaba.

Eunwoo, por su parte, actuaba con una calma engañosa, fingiendo ignorancia ante la situación.  Se movía entre la multitud, participando en las búsquedas, ofreciendo palabras de aliento y apoyo, pero manteniendo un silencio estratégico sobre lo que realmente sabía.  Su mente, sin embargo, estaba a mil revoluciones, analizando cada detalle, cada gesto, cada palabra.

En un momento de respiro, León, un amigo cercano y confidente de Eunwoo, se acercó a él.  - ¿Has descubierto algo? -  preguntó, su voz llena de preocupación.  Eunwoo negó con la cabeza, manteniendo su fachada de calma. - Nada aún -  respondió, tratando de ocultar la tensión en sus ojos.

Ambos comenzaron a charlar, compartiendo información y especulaciones, buscando pistas, analizando posibles escenarios.  La conversación era una forma de aliviar la tensión, de disminuir el estrés que los agobiaba.  Hablar, aunque no resolviera el misterio, les permitía procesar sus emociones, mantener la esperanza y planificar sus próximos pasos.

Así pasó el día, una mezcla de búsqueda frenética e intentos de mantener la calma.  Eunwoo, sin embargo, no se dejaba engañar por la apariencia de tranquilidad.  Sabía que el tiempo se agotaba, que la amenaza de Jihyo era real y que debía actuar con rapidez y precisión.

Cuando la noche llegó, envolviendo la mansión en un manto de oscuridad, la mayoría de los habitantes se sumieron en un sueño intranquilo.  Pero Eunwoo permaneció despierto, su mente alerta, sus sentidos en tensión.  Estaba sentado en el sofá del salón, su mirada fija en el teléfono móvil, esperando la señal.

Finalmente, el mensaje llegó.  Era corto, conciso y directo:  - Es hora.  Ve al aeropuerto -  Eunwoo respiró hondo, el momento había llegado.  Sin dudarlo, tomó el bolso negro que había preparado con anticipación, un bolso discreto que contenía ropa para cubrir a Jimin.  Era la señal que necesitaba para poner en marcha la última fase del plan.

Con movimientos rápidos y silenciosos, Eunwoo revisó una última vez que todo estuviera en orden.  Su corazón latía con fuerza, una mezcla de nerviosismo y determinación.  Luego, con una mirada decidida, se levantó del sofá y salió de la mansión, adentrándose en la noche oscura, listo para reunirse con Jimin y llevarlo a salvo a Corea.  El escape había sido exitoso, pero la verdadera batalla recién comenzaba.  La amenaza de Jihyo aún persistía y la lucha por proteger a Jimin y a su hijo estaba lejos de terminar o tal vez más cerca de lo que todos pensaban .

Mi Big Boy - Km Au Donde viven las historias. Descúbrelo ahora