Siempre ha sido tímido y reservado es por eso que sus hermanos y padres lo cuidaban de sobre manera sobretodo sus guardias por que toda su familia sabía que Jimin al ser el menor de ellos corría más peligro a ser la mira de todos sus enemigos o eso...
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Las tres semanas habían pasado como un torbellino de entrenamiento, fiestas desenfrenadas y noches de consumo excesivo. Jungkook había intentado ahogar la inquietud que lo carcomía, la imagen del pequeño omega con su sonrisa tímida y sus ojos brillantes, lo perseguía sin descanso.
Su padre le había dicho que partirían a Corea en dos días, pero esos dos días se habían convertido en tres semanas. Jungkook no entendía la demora, pero no se atrevía a cuestionar a su padre.
Había intentado concentrarse en su entrenamiento, en las fiestas, en las drogas, pero la obsesión por la familia Park, por el omega, lo consumía.
Ahora, finalmente, se encontraba en el aeropuerto, listo para partir. Cubierto con un gorro negro y una mascarilla negra, se mezclaba entre la multitud. Sus amigos y su equipo lo acompañaban, sus rostros serios y sus ojos llenos de determinación.
Su padre hablaba por teléfono con sus tíos, quienes vivían en Seúl, organizando los detalles de su llegada.
Jungkook, sin embargo, no podía concentrarse en las conversaciones a su alrededor. Su mente estaba en otro lugar, en la imagen del pequeño omega, en la mansión Park, en la familia que lo había cautivado sin saberlo.
Decidió alejarse un poco del grupo, buscando un poco de paz en medio del caos del aeropuerto.
Encontró un rincón tranquilo, donde prendió un cigarrillo y se dejó llevar por el humo que se elevaba hacia el cielo.
Observó Florencia a través de las ventanas del aeropuerto, la ciudad que había sido su hogar durante tantos años.
En su mente, se despedía de ella, de sus calles, de sus aromas, de sus recuerdos.
Sabía que Corea lo esperaba, que una nueva etapa comenzaba, una etapa llena de peligros, de desafíos, de secretos.
Pero también sabía que en Corea lo esperaba algo más, algo que lo había cautivado, algo que lo había obsesionado.
El pequeño omega, la familia Park, el destino que lo llamaba.
Con un último suspiro, apagó el cigarrillo y se dirigió de nuevo hacia su grupo.
Era hora de partir, era hora de enfrentar lo que el destino le tenía preparado.
Y Jungkook, con la mirada fija en el futuro, se preparó para un viaje que cambiaría su vida para siempre.
El ambiente en el avión privado era tenso y cargado de expectación mientras Jungkook y los demás abordaban. El zumbido de los motores llenaba la cabina, creando una atmósfera de anticipación por el viaje que se avecinaba.
Jungkook se encaminó hacia su asiento, con la cabeza llena de pensamientos y la mirada perdida en el horizonte. Antes de que pudiera acomodarse completamente, una chica se acercó a él con una sonrisa coqueta y una propuesta de diversión durante el vuelo.
Sin embargo, Jungkook la miró con seriedad y rechazó su propuesta con un gesto firme. No estaba interesado en distracciones en ese momento, su mente estaba ocupada con otros asuntos más importantes.
Se sentó en su asiento, junto a la ventana, y se sumergió en sus pensamientos mientras el avión comenzaba a ascender. Observó con atención cómo la ciudad se alejaba lentamente bajo sus pies, las luces brillando en la oscuridad de la noche.
El ruido amortiguado del avión y el suave zumbido de los motores lo envolvieron, creando un ambiente de calma y tranquilidad a su alrededor.
Decidió apartar por un momento los pensamientos intrusivos y cerró los ojos, dejándose llevar por el suave balanceo del avión. El cansancio acumulado de las últimas semanas se hizo presente, y poco a poco se dejó llevar por el sueño que lo envolvía.
A medida que el avión surcaba los cielos, Jungkook se sumergió en un sueño reparador, dejando atrás por un momento las preocupaciones y los dilemas que lo habían atormentado.
El silencio y la serenidad del vuelo lo envolvieron, ofreciéndole un respiro en medio de la tormenta emocional que lo había acompañado durante tanto tiempo.
Y así, con la mente en calma y el cuerpo relajado, Jungkook se sumergió en un reparador sueño, listo para enfrentar lo que el destino le deparaba en su llegada a Corea.