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Las horas se desvanecieron, convirtiéndose en un nuevo día, pero el caos de la noche anterior aún pesaba en el aire.  La familia Park y el equipo de Jungkook, junto a su padre, comenzaron a descender las escaleras, observando los restos del ataque: vidrios rotos, sofás destrozados y balas esparcidas por el suelo. Cada rincón de la mansión les recordaba el horror que habían vivido.

Al llegar a la sala, se encontraron con Jungkook, que estaba de pie junto a la puerta de entrada.  Su postura era rígida, con la misma ropa que llevaba la noche anterior, una pistola en la mano y los ojos hinchados por las lágrimas.  La imagen de su dolor era desgarradora, y todos sintieron cómo la angustia se apoderaba de ellos al recordar que Jimin había sido secuestrado por aquel hombre de negro.

El padre de Jungkook fue el primero en acercarse.  Sin decir una palabra, lo abrazó con fuerza, sintiendo cómo su hijo comenzaba a llorar en su hombro, desahogando toda la tristeza y la desesperación que lo consumían.  Era un dolor profundo, un vacío que nadie podía llenar.

- Está bien, hijo - le susurró su padre, acariciándole el cabello.  - Llorar es parte del proceso.  Entiendo lo que sientes .

Namjoon, que había estado observando desde la distancia, se acercó a ellos.  Con un gesto suave, tocó el hombro de Jungkook.  - Haremos todo lo que esté en nuestras manos para recuperar a Jimin - le prometió en un susurro, su voz firme y decidida.

Jungkook levantó la mirada, su rostro empapado en lágrimas, pero sus ojos reflejaban una chispa de determinación.  - No puedo perderlo - dijo con voz temblorosa.  - No puedo dejar que le pase algo malo .

- Lo sabemos - respondió Namjoon, con la seguridad de un líder.  - Y no lo haremos.  Vamos a reunir toda la información que podamos.  No descansaremos hasta encontrarlo .

La familia Park y el equipo de Jungkook comenzaron a organizarse, dejando atrás la sensación de desesperanza que los había envuelto.  La determinación comenzó a reemplazar el miedo.  Jimin era parte de ellos, y harían lo que fuera necesario para traerlo de vuelta.

Mientras Jungkook se secaba las lágrimas y se preparaba para la batalla que se avecinaba, sintió el apoyo de su familia y amigos a su alrededor.  No estaba solo en esta lucha.  Con cada paso que daban, se acercaban más a la verdad y a la esperanza de recuperar a Jimin.

El nuevo día traía consigo una promesa de venganza y redención.  Jungkook estaba decidido a no rendirse.  Jimin lo necesitaba, y él haría lo que fuera necesario para traerlo de vuelta.

Mi Big Boy - Km Au Donde viven las historias. Descúbrelo ahora