04

1.5K 142 1
                                    

Si definitivamente Jimin a pesar de el mal rato que paso lo podía cambiar con solo ver a su mejor amigo aquel que ahora lo estaba haciendo reír con sus caras y muecas graciosas .

- Tae ya basta - dijo riendo - Me duele el estómago de tanto reír .

- No parare hasta que estés mejor - dijo - Por cierto quieres comer fresas ? Traje fresas .

Y eso fue la bomba que desató todo, por que en el primer salón estaba la familia de Jimin reunida con la madre de tae y en segundos vieron pasar a ambos omegas corriendo hacia la cocina como si su vida dependiera de ello pero claro ellos sabían el por qué corrían en dirección a la cocina .

Y eso fue la bomba que desató todo, por que en el primer salón estaba la familia de Jimin reunida con la madre de tae y en segundos vieron pasar a ambos omegas corriendo hacia la cocina como si su vida dependiera de ello pero claro ellos sabían el...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tae y Jimin estaban sentados uno alado de el otro ambos riendo mientras comían fresas, pero toda risa acabó cuando vieron entrar a yoongi y hoseok con armas y con rostros serios entonces ahí supieron que algo estaba pasando .

- Hyungs que pasa - dijo Jimin con nervios - Está todo bien ?

- Escóndanse - dijo hoseok - Kim Jinwoo y su familia nos están atacando, quieren encontrarte a ti .

Y antes de siquiera poder moverse de donde estaban fuertes disparos se escucharon haciendo que yoongi les haga una seña para que comiencen a correr hacia donde ellos sabían .

Jimin estaba algo nervioso pero solo agarro la mano de su mejor amigo y corrió hacia el escondite que la casa tenía el cual estaba detrás de un gran mueble así que con todas las fuerzas ambos lograron correr el mueble para por fin entrar .

El corazón de Jimin latía con fuerza en su pecho, un ritmo frenético que se acompasaba con el estruendo de los disparos que resonaban por toda la casa. Cada explosión era como un martillo golpeando su alma, cada grito de los guardias, un clavo que se hundía en su miedo.

Corría junto a Taehyung, sus piernas se movían con una velocidad que no creía posible, pero la imagen de sus hermanos y padres, atrapados en la vorágine de la violencia, lo impulsaba hacia adelante. Las voces de sus seres queridos, ahogadas por el caos, le llegaban en ecos fragmentados, llenándolo de un terror que lo congelaba por dentro.

- ¡Rápido, Jimin ! - gritó Taehyung, su voz apenas audible por encima del estruendo.

Jimin asintió, su mente nublada por la angustia. No podía dejar de pensar en sus padres, en su fortaleza, en su capacidad para proteger a sus hijos. Sabía que eran fuertes, que lucharían con todas sus fuerzas, pero el miedo lo carcomía por dentro.

Taehyung, con un gesto rápido, le hizo una señal para que se agacharan. Jimin obedeció, buscando refugio detrás de un enorme jarrón de porcelana que adornaba el pasillo. Los disparos se intensificaron, sonando como una tormenta furiosa que amenazaba con destruirlo todo.

El miedo se apoderó de Jimin, lo envolvió como una niebla espesa, nublando su visión. Se aferró a la esperanza de que sus padres y hermanos estuvieran a salvo, de que pudieran resistir la embestida.

- Tenemos que llegar al escondite - dijo Taehyung, su voz firme a pesar del terror que se reflejaba en sus ojos.

Jimin asintió, sintiendo un nuevo impulso de fuerza. Tenían que llegar al escondite, tenían que estar juntos, tenían que sobrevivir.

Con un último esfuerzo, se levantaron y corrieron hacia el final del pasillo, donde se encontraba la puerta que los llevaría a su refugio.

El sonido de los disparos se desvaneció a medida que se adentraban en la oscuridad del escondite, dejando atrás la pesadilla que los perseguía.

Jimin se aferró a Taehyung, buscando refugio en su abrazo cálido. El cuerpo del omega le temblaba, sus músculos tensos por la tensión y el miedo. El sonido de los disparos seguía resonando en sus oídos, un eco que le recordaba la violencia que había desatado en su hogar.

Taehyung lo abrazó con fuerza, tratando de transmitirle algo de su propia calma. Susurró palabras tranquilizadoras en su oído, palabras que no llegaban a calmar el torbellino de emociones que lo consumía.

Los minutos se hicieron eternos. La tensión en el aire era palpable, cada segundo que pasaba se sentía como una hora.

De pronto, el sonido de los disparos cesó. Un silencio sepulcral se apoderó de la casa, un silencio que era aún más aterrador que el estruendo de las armas. Jimin se separó de Taehyung, su mirada llena de incertidumbre.

- ¿Se acabó? - preguntó con voz temblorosa.

Taehyung frunció el ceño, su rostro reflejando la misma duda.

- No lo se - respondió, su voz grave.

El silencio se prolongó, un silencio que se convertía en un vacío insoportable. Jimin no podía soportar la incertidumbre, la sensación de que algo terrible había sucedido.

Se levantó de golpe, impulsado por una fuerza que no entendía. Tenía que saber, tenía que comprobar si sus padres y hermanos estaban a salvo.

Corrió hacia la entrada, atravesando el pasillo con pasos rápidos y decididos. La imagen que se encontró en la cocina lo dejó helado.

Cuerpos mutilados, bañados en sangre, yacían esparcidos por el suelo. La violencia había dejado una huella indeleble en la habitación, una huella que lo perseguía con su horrible belleza.

Jimin siguió avanzando, su mirada recorriendo cada rincón de la casa. Vio cuerpos de guardias, cuerpos de intrusos, todos ellos inertes, silenciosos.

En el salón encontró el cuerpo de Jinwoo, el alfa que lo había atacado en la escuela, el que había sembrado el terror en su vida. Yacía en el suelo, junto a su familia, su rostro lleno de horror.

La visión de Jinwoo muerto no le provocó ningún sentimiento de satisfacción, solo una profunda tristeza. No había sido él quien había matado al alfa, pero sabía que sus padres y hermanos lo habían hecho para protegerlo.

Siguió avanzando, buscando a sus seres queridos. Finalmente, los encontró en la entrada de la casa, sus rostros cubiertos de sangre, sus cuerpos sudados, sus armas humeantes.

Sus hermanos y padres estaban a salvo.

Jimin se lanzó a sus brazos, sin importar la sangre que mancharía su ropa, sin importar el horror que había presenciado. Lloró con fuerza, liberando la tensión que lo había estado carcomiendo durante horas.

En ese momento, rodeado del amor de su familia, supo que había sobrevivido.

Mi Big Boy - Km Au Donde viven las historias. Descúbrelo ahora