93 ¿Qué hacemos ahora?🤔

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Eché a correr sintiéndome invencible, sin importarme en que estado se encontrasen los jirones que en algún momento fueron el vestido, sin que me preocupase la sangre reseca que estaba por todo mi cuerpo, y sin haberme parado a pensar en lo que hab...

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Eché a correr sintiéndome invencible, sin importarme en que estado se encontrasen los jirones que en algún momento fueron el vestido, sin que me preocupase la sangre reseca que estaba por todo mi cuerpo, y sin haberme parado a pensar en lo que había hecho ni en las responsabilidades que acababa de adquirir y con las que tendría que cargar hasta morir.

—¡Reika es la nueva alfa!— gritaba el niño correteando a mi lado, lo cual era una advertencia a todos los antiguos esbirros de Ezra que ahora se habían convertido en los míos.

No parecían muy molestos por el hecho de que hubiese asesinado a puñaladas a su líder, aunque no dejaba de vigilar con el rabillo del ojo a todos mis nuevos seguidores, quizás alguno de ellos quisiese promocionar a alfa aprovechando el caos que había desatado la lobismuller.

Cada vez eran más los que me seguían entre murmullos informándose unos a otros de los cambios acontecidos. Hasta que llegué hasta el meollo del asunto, donde estaban mis personas favoritas junto al bando opuesto al que yo me encontraba. 

—¡Reika!— en cuanto la masa de gente se abrió y pudieron verme Duke, Max y Ayax vinieron corriendo hacia mí.

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Estar unidos de nuevo fue un alivio total

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Estar unidos de nuevo fue un alivio total. En parte, porque pude dejar de correr por fin y dejar caer mi peso sobre ellos con total confianza de que iban a recogerlo. Estando con ellos podía dejar de cuidar mis espaldas, sabía perfectamente que estaban bien cuidadas. Y al mismo tiempo que ellos me protegían, yo también podía hacerlo, respiraba más tranquila ahora que sabía que estaban bien (y también porque ya no estaba corriendo por el monte).

—¿Qué hacemos ahora?—preguntó Max, tras unas cuantas muestras de cariño cohibidas ante tantos espectadores. 

—Tenemos que luchar contra Ezra igualmente, sigue siendo una amenaza.— contestó Duke con el ceño fruncido casi ofendido ante la duda.

—Eso ya no será necesario.—murmuré.

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