67¿Tanto miedo te doy?

4 1 0
                                    

La cueva por dentro parecía más grande que desde fuera, parecía que llevaban entre nosotros más tiempo del que creíamos, incluso a tantos hombres lobo con fuerza sobrehumana debían haber tardado meses en excavar aquello y decorarlo con tan buen gu...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La cueva por dentro parecía más grande que desde fuera, parecía que llevaban entre nosotros más tiempo del que creíamos, incluso a tantos hombres lobo con fuerza sobrehumana debían haber tardado meses en excavar aquello y decorarlo con tan buen gusto, parecía un maldito palacio moderno sin ventanas. 

—Aquí es donde te escondes.—dije con tono de mofa mirando directamente a los ojos de aquel niñato creído. Él solo apartó los ojos de la televisión un instante y me miró con una sonrisa además de un poco de incredulidad. 

—¿Me has confundido con un niño?— al oír aquella voz grave saliendo de una esquina mal iluminada me di cuenta de que acababa de tirar por tierra mi primera impresión. 

Tuve que mirar hacia arriba para verle la cara, me arrepentí al instante ya que no pude aguantarle la mirada. Era joven, aunque no tanto como el niño que había visto sentado en el sillón, aparentaba unos 23 años. Era alto, con un porte elegante, como de alta alcurnia. Debo admitir que tenía buena presencia pero también parecía orgulloso y algo altivo. Parecía un señor Darcy moderno, con las mismas sonrisa de falsa incredulidad y actitud prepotente. 

—¿Qué hacen ellos aquí?— hablaba conmigo pero miraba desafiante a mis acompañantes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Qué hacen ellos aquí?— hablaba conmigo pero miraba desafiante a mis acompañantes.—Dije específicamente que vinieses tú sola.

—¿Tanto miedo te doy?— me esforcé por intentar mantener mi personaje, pero se caía a pedazos.

—Me temo que tendrán que sentarse en el suelo.— sonrió una vez más y comenzó a caminar hacia una mesa perfectamente preparada para dos personas.—¿Vino?

—¿Qué?— estaba atónita, no podía creer lo que estaban viendo mis ojos.

—¿Quieres vino?— sirvió dos copas de vino tinto.— Es Losares, de la Rioja.
Me ofreció una de las copas, pero fue Ayax quien la tomó de su mano.—¿Tanto miedo te doy?— repitió mi frase irónicamente.

—¿Tanto miedo te doy?— repitió mi frase irónicamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🐾REIKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora