89 Cuchillo de plata🔪

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No llegué a dar ni veinte pasos en dirección a la cueva, cuando me encontré con un miembro de la manada frente a mí

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No llegué a dar ni veinte pasos en dirección a la cueva, cuando me encontré con un miembro de la manada frente a mí. 

—Reika.— murmuró mi nombre. No sabría decir si le había visto antes o no, tenía el aspecto más común posible con ojos marrones y pelo marrón todo vestido de negro, era un auténtico NPC.
Me di cuenta de que sujetaba un cuchillo, lo cual me pareció terriblemente innecesario teniendo en cuenta que podía convertirse en hombre lobo y arrancarme medio cuello de un mordisco para seccionar mi carótida mucho más fácilmente. 

—¿Y ese cuchillo?— el hecho de que el filo apuntase hacia mí hacía que no me sintiese nada cómoda.

—Oh, no voy a hacerte daño.— le dió la vuelta ofreciéndome el mango.—Es de una aleación de plata y además está impregnado de toxinas como...— miró mis ojos confusos y se apresuró a dejar el arma en mis manos, en cualquier otro momento me hubiese encantado parar a charlar, pero no me sobraba el tiempo precisamente. — Es mortal para los hombres lobo.

—Gracias

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—Gracias.— me quedé mirando el cuchillo unos segundos, seguro que no era el único que tenían así que debía apresurarme si no quería que hiriesen a mis seres queridos. 

—Ten cuidado, muchos seguirán siendo leales a Ezra y querrán acabar contigo.— lo cierto es que ya pensaba evitar poner a prueba a sus esbirros, aunque no lo hubiera hecho muy bien hasta el momento. 

De hecho, pensándolo detenidamente podría haberme asesinado un esbirro cualquiera del cual ni siquiera me sonaba la cara y hubiesen luchado hasta el final solo para encontrar mi cadáver como recompensa. 

—Intentaré esconderme mejor.— él asintió e hizo un gesto de vigilarme antes de echar a correr y perderse en la oscuridad.— Abuela, sé que me estás viendo desde algún lugar, échame una mano por favor.

— Abuela, sé que me estás viendo desde algún lugar, échame una mano por favor

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