Ha llegado una luna llena muy especial para Reika, ya que ha hecho que conozca a Max, Ayax y Duke.
Podéis leer su aventura, ambientada en Galicia, en capítulos cortos y muy ilustrados.
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—¿Qué hacemos?— pregunté a mi madre aterrada. Ella no supo responder pero me agachó la cabeza para que no se me pudiese ver entre los setos.
Llegó a mí una especie de brisa cálida y dulce acompañada de mariposas a lo largo de todo el cuerpo.
—Son ellos, han venido a por mí. — aunque lo cierto es que quien me había salvado era mi madre, con bastante participación por mi parte.
—Oh, no.— ella también comprendió que las cosas se habían complicado aún más. Sacó su móvil y llamó al número de Ayax.—Sin cobertura.
Debí imaginarlo, estábamos en medio del bosque al fin y al cabo.
—Salgamos de aquí y los avisaremos en cuanto podamos.—tomó mi mano pero yo la aparté.
—Sabes que no puedo irme y dejar que luchen por mí en vano.— me levanté dispuesta a volver a meterme en la boca del lobo una vez más como una auténtica estúpida tropezando con la misma piedra por enésima vez, pero tenía claro que esta iba a ser la última ocasión.
—Reika, van a dar su vida por la tuya, no malgastes así esta oportunidad.— ella también se puso en pie, para dirigirse hacia la valla.— Vámonos.
—Gracias por ayudarme, pero sé lo que debo hacer.— comenzaron a caer lágrimas de sus ojos y yo tuve que desviar la mirada, sabía que si continuaba viéndola yo también empezaría a llorar a mares.— Ponte a salvo.
—No quiero perderte otra vez.— consiguió susurrar entre sollozos. Tragué saliva en un intento inútil por que mi voz no sonase entrecortada.
—Esta vez no es decisión tuya.— sujeté la valla abierta para que ella pasase. Juntamos las manos a través de esta como despedida.— Tranquila, la abuela crió una guerrera.
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