Capítulo 15: La Orden Silenciosa

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Caelum se mantenía en silencio mientras él y Elyra se alejaban del trono. A pesar de las palabras del Rey, había una tensión que pesaba sobre sus hombros. Los peligros del Nido Profundo acechaban, y aunque su deber era proteger a Elyra, sabía que la situación requería más que solo fuerza física. Necesitaba una estrategia.

Una vez se aseguraron de que Elyra estaba a salvo en sus aposentos, el Rey le había ordenado descansar, pero Caelum no tenía la intención de obedecer esa orden. Nunca había sabido cómo descansar, y menos cuando una amenaza se cernía sobre Hallownest. Había algo más importante por hacer.

—Debo encargarme de algo —dijo en su tono usual, áspero y directo, mientras se despedía brevemente de Elyra—. Volveré pronto. No te preocupes.

Antes de que ella pudiera responder, Caelum ya había dado media vuelta y desaparecido en las sombras del castillo, siempre fiel a su naturaleza, cumpliendo sus deberes sin vacilar.

Con pasos firmes, se dirigió a la sala de mando, donde los guardianes y exploradores de Hallownest mantenían su vigilia. Las luces tenues iluminaban los rostros serios de aquellos que esperaban sus órdenes. Caelum sintió las miradas sobre él, no porque fuera un príncipe nadie sabía ese secreto, sino por lo que era: la Vasija Pura. Una figura temida, un símbolo de poder y responsabilidad, al que pocos osaban cuestionar.

—Reforzad la vigilancia en las fronteras —ordenó sin vacilación, su voz resonando con autoridad—. No debemos permitir que otra criatura del Nido Profundo cruce nuestras defensas. Enviad exploradores a los caminos que llevan al corazón del reino. Nadie entra ni sale sin ser detectado.

Los exploradores asintieron, aceptando la orden sin una palabra. Caelum giró sobre sus talones, pero antes de irse, se detuvo un momento.

—Llevad consigo a alguien más —dijo, su voz más baja, casi murmurando—. Mi hermano menor. Es hora de que se una a la patrulla.

Los rostros de los guardianes se endurecieron al escuchar esa mención. El hermano de Caelum, conocido solo por pocos, había estado bajo entrenamiento desde hace mucho tiempo, alejado de los asuntos del reino por razones que solo el Rey conocía. Era un guerrero en potencia, pero su memoria y habilidades estaban incompletas, resultado de un accidente que lo había mantenido alejado de todo.

El pequeño caballero, como lo llamaban, aún no tenía un nombre. Al menos, no que recordara. Pero Caelum sabía que era el momento de que él comenzara a enfrentar el mundo exterior, incluso si su memoria seguía fragmentada.

Dejando la sala de mando, Caelum se dirigió hacia las cámaras de entrenamiento, un lugar oculto en lo profundo de Hallownest, lejos del bullicio y de la vida diaria del reino. Aquí es donde su hermano menor había pasado la mayor parte de su vida, aislado pero preparado para el combate en los senderos de dolor.

Al acercarse a la entrada de la sala, las sombras del pasillo parecían oscurecerse aún más, como si el aire mismo se volviera más denso. Caelum empujó la puerta de piedra, revelando la vasta sala de entrenamiento. Allí, su hermano menor practicaba, repitiendo movimientos con precisión y una calma inquietante.

—Hermano —murmuró Caelum al entrar, su voz resonando ligeramente en la vasta cámara—. Necesito hablar contigo.

El pequeño caballero se detuvo, bajando su aguijón y girándose hacia él. Aunque más pequeño que Caelum, había una determinación en su mirada. Aún no había logrado recordar quién era, ni su propósito completo, pero su destreza con el aguijón no dejaba dudas de su potencial. La sala de entrenamiento, conocida como el "Sendero del Dolor", no era un lugar para los débiles. Solo aquellos con la fortaleza mental y física podían sobrevivir su rigor.

Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora