Capítulo 69: En la Sombra de la Luz

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La transición al mundo de los sueños fue casi imperceptible para Caelum, como si su conciencia se disolviera en la bruma que lo rodeaba. El terreno sólido de Hallownest dejó de tener importancia. Sus sentidos se distorsionaron, y la realidad misma se fue desvaneciendo en la vastedad onírica. El aire se volvió etéreo, pesado y luminoso, como si la esencia misma de la luz lo hubiera capturado.

Caelum flotaba en el vacío, su mente fría y resuelta, entrenada para no dejarse influenciar por distracciones. Sin embargo, algo se sentía diferente en este lugar. Un resplandor cegador apareció ante él, una figura imponente y majestuosa, irradiando una luz que le perforaba la mirada. Era Radiance, una presencia antigua, poderosa, que controlaba este reino como una diosa inmortal.

Una risa suave resonó en la lejanía, y de pronto, frente a él, apareció la figura que había aprendido a temer: Radiance, la deidad de la luz. Su resplandor era cegador, pero no lo suficientemente brillante como para apagar las sombras que acechaban en su interior.

Vasija pura... —su voz serpenteaba entre las estrellas distantes—. Tu llegada estaba predicha. Un guerrero perfecto, sin emociones, destinado a la servidumbre... ¿Pero lo eres realmente?

Caelum apretó su mandíbula, su aguijón en mano, preparado para la batalla. El silencio era su respuesta, y Radiance lo sabía. Sin embargo, esa criatura seguía deslizándose a su alrededor, buscando una debilidad.

Te ves tan impenetrable, —susurró, la voz resonando en su mente—. Pero incluso la Vasija más perfecta puede romperse... si se encuentra la grieta adecuada.

Caelum sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que Radiance lo estaba provocando, buscando romper su compostura, pero él debía resistir. Sin embargo, la deidad sonrió y continuó, acercándose cada vez más.

—Te crearon para contenerme, pero... ¿por qué deberías? —Radiance se desplazó con gracia, sus alas proyectando sombras espectrales—. La oscuridad que llevas dentro te sofoca, te encadena a un propósito que ni siquiera comprendes. ¿No ves que ellos te han traicionado? Hallownest se hundió bajo su propia locura.

Las palabras de Radiance intentaban hacer mella en la mente de Caelum, pero él se mantuvo firme. La Voz intentaba socavar su propósito, cuestionar su identidad. El caballero de sombras sabía lo que era: un guardián, un protector, nada más. O eso pensaba.

¿Qué será, entonces? ¿Tu deber como protector? O... tal vez... algo más. —Su sonrisa se amplió—. ¿Qué tal tu pequeña luminaria?

Caelum sintió cómo su corazón, aquel que siempre había mantenido distante y frío, palpitaba con furia. Radiance lo notó de inmediato.

Ah... sí. La Luminaria del Alba. Esa pequeña llama que hizo brilla en tu interior, ¿verdad? ¿Qué crees que le sucederá cuando caigas? ¿Qué será de ella cuando el reino esté en ruinas? ¿Crees que proteger a una simple luz, a una criatura frágil como Elyra, te dará algún sentido? —se inclinó hacia él, su resplandor cada vez más abrasador—. ¿Qué harás cuando ella sucumba? ¿Cuánto tiempo crees que podrás mantenerla a salvo?

—¡Cállate! —gruñó, con una furia que rara vez mostraba, las palabras de Caelum salieron ásperas, cargadas de ira reprimida. Sus manos temblaron levemente mientras se preparaba para atacar. Era la primera vez que esa palabra se escapaba de sus labios en mucho tiempo. Se lanzó hacia Radiance, movido por una rabia desesperada.

Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora