Capítulo 55: El Camino hacia la Aldea de las Mantis

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El camino hacia la aldea de las Mantis era solitario, pero Caelum estaba acostumbrado a la soledad. Esta vez, sin embargo, no era el aislamiento lo que lo mantenía en silencio, sino la carga que llevaba en su corazón. No había utilizado los Ciervocaminos ni había solicitado compañía alguna; si quería ser digno de la aldea Mantis, debía llegar por su propia cuenta. Esta era su prueba personal, una que pondría a prueba su fuerza, pero también su determinación.

Cada paso que daba lo acercaba más a su destino, pero en su mente, Elyra seguía siendo el centro de sus pensamientos. La forma en que su mirada se había oscurecido de tristeza cuando le contó que debía marcharse... Caelum había sentido una punzada en su pecho que no comprendía del todo. Era más que preocupación. Algo más profundo.

—Debo hacerlo por ella... no por mí— se dijo mientras sus pisadas resonaban en el suelo empedrado. El aire denso del reino envolvía sus pensamientos, recordándole el peso de su misión. Si lograba encontrar el conocimiento que buscaba entre los Mantis, quizá podría cambiar el destino no solo de Elyra, sino de todo Hallownest.

Finalmente, las tierras de la tribu guerrera se revelaron ante él. Pilares de piedra y estructuras de apariencia inquebrantable marcaban la entrada a la aldea. A pesar de la aparente calma, Caelum podía sentir las miradas ocultas que lo vigilaban desde las sombras. Sabía que, desde el momento en que puso un pie en su territorio, los Mantis lo estaban evaluando.

—El primer juicio ha comenzado—, pensó.

No tuvo que esperar mucho antes de que tres figuras esbeltas y feroces aparecieran frente a él, emergiendo de la penumbra. Las tres hermanas Mantis, las Caciques de la aldea, conocidas por su fuerza y su liderazgo, lo observaron con ojos que irradiaban desconfianza y alerta.

—Vasija Pura... —murmuró la hermana mayor, su tono teñido de desprecio—. Sabemos lo que eres y lo que representas. Tu título trae consigo una reputación teñida de sangre, y sin embargo, te atreves a pisar nuestras tierras. ¿Qué buscas aquí, sirviente del Rey Pálido?

Caelum se mantuvo firme, aunque las palabras de la líder Mantis eran cortantes como un filo. Sabía que su reputación lo precedía, y era consciente de las atrocidades que se le atribuían bajo el mando del Rey. Pero esta vez, no era el rey quien lo enviaba, sino su propio corazón.

—No vengo en nombre del Rey —respondió con serenidad—. Estoy aquí buscando conocimiento. Un conocimiento que solo los Mantis podrían poseer.

Las tres hermanas intercambiaron miradas de escepticismo. Caelum vio cómo una chispa de interés brillaba en los ojos de la Mantis que estaba a la derecha, pero fue la mayor quien habló de nuevo.

—¿Qué conocimiento buscas, Vasija? Solo aquellos dignos de nuestra tribu pueden obtener respuestas de nosotras, y no somos conocidas por dar nada sin que se gane con sangre.

Caelum asintió. Había esperado este momento.

—Busco información sobre un conjuro antiguo, algo que pueda devolver a una "Luminaria del Alba" a su descanso eterno.

Las tres hermanas se tensaron al escuchar esas palabras. Sabían lo que significaba una Luminaria del Alba. Comprendían la importancia y el poder que un ser de tal pureza traía consigo.

—Una Luminaria del Alba... —murmuró la hermana menor, sus ojos entrecerrándose—. No habíamos oído de una en siglos. Tu búsqueda es ambiciosa, Vasija, pero nada aquí es gratuito. Si realmente vienes aquí buscando nuestra ayuda. No ofrecemos nuestros conocimientos a extraños, y mucho menos a los que han causado dolor a este reino.

Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora