Capitulo 33: El despertar del Alma

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La noche había avanzado, y el frío del aire se hacía más palpable en los jardines del castillo. Caelum permanecía al lado de Elyra, atento a cualquier ruido o movimiento en la oscuridad. La luz de la luna continuaba bañando el paisaje, y en su reflejo, él podía ver el rostro sereno de Elyra, quien finalmente había cerrado los ojos, confiando en su promesa de protección. Pero mientras ella descansaba, su mente seguía inquieta.

Caelum no era inmune a la belleza del momento, aunque lo confundía profundamente. Todo lo que había aprendido, todo lo que le habían inculcado, se basaba en la premisa de ser una herramienta, un arma para contener la plaga que amenazaba Hallownest. Y ahora, allí estaba, sentado junto a Elyra, una luminaria del alba, alguien cuyo simple ser irradiaba vida y esperanza.

Nunca había sido entrenado para sentir, y sin embargo, allí estaba, sintiendo algo que no comprendía.

—¿Qué me está ocurriendo? —murmuró en voz baja, como si las palabras mismas pudieran darle una respuesta.

Miró a Elyra una vez más. Había algo en su cercanía, en su pureza, que despertaba algo dentro de él. Un cálido nudo en su pecho que crecía cada vez que ella estaba cerca. Se preguntó si era simplemente un efecto de su naturaleza luminosa o si era algo más profundo. Algo más humano. Las palabras de su padre resonaban en su mente: "Fuiste creado para contener". Pero, por primera vez, Caelum cuestionaba ese propósito.

—Ella me ve de manera distinta —reflexionó—. No como una herramienta, sino como algo más.

El viento sopló suavemente, moviendo las ramas de los árboles cercanos y haciendo que las flores nocturnas se agitaran con gracia. Caelum observó el paisaje, intentando calmar su mente. El propósito de su existencia siempre había sido claro. Había nacido en el Abismo, moldeado para ser una vasija perfecta, una sin voluntad, emociones o deseos. Pero todo eso parecía irrelevante cuando estaba con Elyra.

Una sombra cruzó su mente mientras recordaba la conversación con su padre. El Rey Pálido había notado su cercanía con Elyra, y aunque no lo había dicho directamente, Caelum sabía que su progenitor lo desaprobaba. No como algo prohibido, sino porque representaba una desviación de su destino. Caelum había sido creado para algo específico, para enfrentar a Radiance, y cualquier distracción podría ser peligrosa.

Aun así, las palabras del Rey no borraban lo que estaba empezando a sentir. Había algo en Elyra que lo atraía, que lo hacía cuestionar todo. Incluso lo que había sido inculcado con tanto fervor.

Mientras continuaba en su vigilia, un suave movimiento a su lado lo hizo voltear. Elyra se había inclinado un poco hacia él en su sueño, sus dedos rozando inadvertidamente su brazo. Caelum permaneció inmóvil, sus ojos fijos en el delicado contacto. Era una sensación extraña. No el simple acto físico, sino la calidez que irradiaba de ella. Algo dentro de él respondía, como si ese simple roce encendiera una chispa que nunca había sabido que existía.

Su mirada se volvió hacia el cielo, contemplando las estrellas en la oscuridad. Las preguntas seguían atormentándolo: ¿Qué estaba sintiendo realmente? ¿Era esto algo que debiera evitar, o había algo más profundo, algo que no comprendía del todo?

Sus pensamientos se interrumpieron cuando Elyra murmuró algo en sueños. Aunque no podía descifrarlo completamente, el tono era suave, cálido... confiado. Ella se sentía segura a su lado, eso estaba claro. Pero, ¿qué había de él? ¿Por qué deseaba más momentos como este? ¿Por qué no podía simplemente apartarse y regresar a su rol de guardián sin más complicaciones?

—No soy como ellos —pensó—. No soy como los demás seres que habitan este reino. Yo fui creado para algo distinto.

Pero cuanto más repetía esas palabras, menos convincente sonaba esa verdad. Había algo cambiando dentro de él. Algo que no podía controlar ni detener.

Sin previo aviso, Elyra abrió lentamente los ojos, mirando a Caelum a través de la luz de la luna. No parecía sorprendida de verlo tan cerca, y una suave sonrisa cruzó sus labios. Era como si, incluso en medio de la oscuridad y el silencio, supiera que él estaba allí, siempre a su lado.

—Gracias por quedarte —dijo en un susurro.

Caelum no respondió de inmediato. No sabía qué decir. Su propósito era protegerla, eso era lo que siempre se decía a sí mismo. Pero en ese momento, sentía que había algo más detrás de su permanencia allí. Algo que iba más allá del deber.

—Es mi deber —repitió, aunque esta vez su voz no sonaba tan firme.

Elyra lo observó con esa mirada tranquila que siempre parecía desarmarlo. Como si supiera algo que él no sabía, como si entendiera el caos interno que lo envolvía.

—No lo es —respondió suavemente—. No tienes que estar aquí por obligación.

Caelum apretó los puños, pero no dijo nada. Elyra se acercó un poco más, y aunque su proximidad lo hacía sentir aún más confuso, no hizo nada para detenerla.

—A veces siento que tienes miedo de lo que podrías llegar a ser, Caelum. —Su voz era suave, casi como un murmullo en la brisa nocturna—. Pero yo no lo tengo.

Él la miró fijamente, sus ojos oscuros intentando descifrar lo que significaba eso. ¿Cómo podía no tener miedo de lo que él era? ¿De lo que representaba? ¿De la amenaza que él mismo podría llegar a ser si fallaba en su propósito?

—No sabes lo que soy, Elyra —respondió finalmente, con una firmeza en su voz que él mismo no esperaba.

Elyra lo observó por un momento, sus ojos brillando a la luz de la luna.

—Sé más de lo que crees —dijo con suavidad—. Y sé que hay más en ti que lo que te han dicho.

Caelum desvió la mirada, luchando con las palabras que resonaban en su mente. No había manera de que ella pudiera entender lo que él era, lo que había sido creado para hacer. Pero, al mismo tiempo, sus palabras despertaban algo en su interior que no podía ignorar.

—Descansa —dijo finalmente, su tono más suave—. Mañana será un día largo.

Elyra asintió lentamente, aunque no parecía convencida. Sin embargo, cerró los ojos una vez más, confiando en su protección. Mientras ella se acomodaba de nuevo para dormir, Caelum se quedó en silencio, observando el horizonte y tratando de procesar lo que había sucedido. Algo había cambiado dentro de él, algo que no podía definir ni nombrar.

Pero una cosa era cierta: ya no podía ignorar lo que estaba despertando en su interior.

Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora