Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)

Capítulo 59: Despertar en la Aldea de las Mantis

Caelum parpadeó varias veces, tratando de enfocar su visión. La luz que entraba por la ventana era intensa, y su cabeza estaba llena de una niebla que no podía disipar. Todo parecía confuso y distante, como si hubiera despertado de un largo sueño. Se movió lentamente, sintiendo el cansancio en cada fibra de su ser. A su alrededor, las paredes de la cabaña eran simples, decoradas con tallados de hojas y símbolos de la tribu de las mantis.

Se incorporó con esfuerzo, sintiendo un tirón en sus músculos. Estaba desorientado, pero no había necesidad de esperar a que alguien viniera a buscarlo. Había despertado por sí mismo, y esa era una señal de su fortaleza. A medida que se acomodaba, recordó el desafío que había enfrentado, la batalla que había sostenido con las hermanas mantis. Su corazón latía con la adrenalina que aún recorría su cuerpo, y sabía que había algo importante que debía hacer.

La voz profunda y resonante de la señora Mantis mayor llenó el aire.

—Parece que finalmente has decidido despertar, Vasija Pura.

Caelum giró la cabeza hacia la fuente de la voz, encontrándose con la figura imponente de la señora Mantis. Su presencia era digna y autoritaria, y Caelum instantáneamente se sintió más alerta, recordando la batalla que había sostenido con ella y sus hermanas.

—No hay necesidad de que te pongas a la defensiva —dijo ella con un tono que intentaba ser tranquilizador—. Has demostrado ser digno de estar aquí, y ahora eres libre de moverte por el pueblo. Pero recuerda, este es un lugar sagrado.

Caelum se sintió aliviado, pero también sabía que no podía bajar la guardia. Había ganado el derecho a estar allí tras su victoria, y eso era un honor que no debía tomarse a la ligera.

—¿Qué sigue ahora? —preguntó, sintiendo el impulso de avanzar hacia el conocimiento que había anhelado.

—Si demuestras tu valor, tendrás acceso a nuestra biblioteca, aunque la llamamos el Santuario de la Sabiduría. Allí encontrarás el conocimiento que buscas, pero solo si cumples con tu parte del trato —respondió la señora Mantis, con una mirada firme—. No todos los forasteros que han llegado aquí han tenido intenciones honorables. Así que deberás probar que eres diferente.

Caelum asintió, consciente de la seriedad de sus palabras. Sabía que la confianza se ganaba a través de las acciones, y no había logrado eso sin esfuerzo.

—Lo haré —afirmó con determinación—. Estoy listo para aprender.

La señora Mantis sonrió levemente, satisfecha con su respuesta.

—Descansa un poco más si lo necesitas, pero no te demores demasiado. Te espero en la entrada de la aldea. El camino hacia el Santuario no es largo, pero es crucial que estés alerta.

Con eso, ella se dio la vuelta y se dirigió hacia la salida, dejando a Caelum solo en la cabaña. Se quedó en silencio por un momento, reflexionando sobre todo lo que había pasado. La batalla, el respeto de las mantis, y su deseo de aprender.

Con un profundo suspiro, se obligó a levantarse, sintiendo cada músculo de su cuerpo protestar. Sabía que no podía permitir que la debilidad lo detuviera. Tenía que estar listo, no solo para acceder al conocimiento de las mantis, sino también para afrontar cualquier desafío que pudiera surgir en su camino.

Caelum se levantó lentamente, sintiendo cómo la energía empezaba a fluir nuevamente a través de su cuerpo. Se estiró, intentando liberar la tensión acumulada de los músculos adoloridos. La batalla contra las mantis había sido intensa, pero había salido victorioso; ahora debía aprovechar esa victoria para crecer aún más.