Capítulo 67: El Deber del Hermano Menor

5 1 0
                                    

El Sendero del Dolor se extendía frente a Caelum como una interminable y oscura grieta en el palacio blanco. Las llamas esporádicas y las figuras retorcidas que se veían en el horizonte eran solo un eco del sufrimiento que el lugar evocaba. Allí, entre los escombros y las sombras, se encontraba Nox, el caballerito, su hermano menor. A pesar de su tamaño, su corazón y espíritu eran tan fuertes como los de cualquier guerrero que Hallownest pudiera ofrecer. Y Caelum sabía que la responsabilidad que recaía sobre ambos era monumental.

Caelum caminaba con pasos silenciosos pero decididos, su capa ondeando detrás de él, sus pensamientos claros. Al ver la pequeña figura de Nox entrenando, saltando entre las trampas y pruebas del Sendero del Dolor, se dio cuenta de que su hermano había crecido en valentía y habilidad. Había superado muchas pruebas, pero la que Caelum estaba a punto de proponerle era más grande que cualquier desafío físico.

—Nox, necesito hablar contigo —dijo Caelum con su voz grave, resonando entre las paredes de piedra y metal del lugar.

Nox, que había estado concentrado en evadir un conjunto de afiladas cuchillas, detuvo sus movimientos al escuchar la voz de su hermano. Respirando con dificultad, giró para encontrarse con la imponente figura de Caelum. Sus ojos, llenos de respeto y admiración, se encontraron con el casco que ocultaba el rostro de su hermano mayor.

—Caelum —respondió Nox, acercándose—. Sabía que vendrías tarde o temprano. ¿Es sobre... ella, verdad?

Caelum asintió lentamente. La tensión en el aire era palpable, ambos sabían lo que se avecinaba. El Destello, Radiance, había comenzado a infiltrar los sueños de Hallownest, y Caelum, como la Vasija Pura, era el único destinado a enfrentarse a ella. Pero la batalla por el futuro del reino no se trataba solo de fuerza física; se trataba de decisiones dolorosas, de sacrificios inevitables.

—Has aprendido el conjuro, ¿verdad? —preguntó Caelum, su voz cargada de peso.

Nox no tardó en asentir, aunque la tristeza en su rostro era evidente.

—Sí, lo aprendí. Sé cómo devolver a Elyra a su sueño eterno para protegerla de Radiance. Pero... —vaciló un momento, su voz temblando—. Hermano, no creo que deba hacerlo. Quiero quedarme y luchar a tu lado. Juntos podemos derrotarla, no tienes que hacer esto solo.

Caelum sabía que Nox no lo entendería completamente. Era natural que quisiera estar a su lado, luchar codo a codo, pero el destino que le esperaba no era algo que Nox pudiera compartir. No era solo una batalla cualquiera; era su responsabilidad como la Vasija Pura. Y también era su deber proteger a aquellos a quienes amaba, aunque eso significara alejarlos del peligro.

—Nox... —Caelum hizo una pausa, su voz cargada de una mezcla de tristeza y firmeza—. Esto es algo que debo hacer solo. No quiero que te pongas en peligro. Elyra... y tú... son las dos personas más importantes para mí. Y no puedo permitir que Radiance los dañe. Mi misión siempre ha sido proteger este reino, pero más que eso, proteger a quienes me importan.

Nox bajó la cabeza, sintiendo el peso de lo que Caelum estaba diciendo. Sabía que su hermano mayor no cedería, pero tampoco quería quedarse atrás. Quería ayudar, quería ser útil.

—Pero... ¿qué pasará si fallas? —preguntó Nox con un nudo en la garganta, levantando la mirada hacia Caelum—. ¿Qué haré entonces?

Caelum suspiró profundamente, sabiendo que esta era la parte más difícil. Si él no lograba su objetivo, Nox sería la última esperanza para Elyra y para todo Hallownest.

—Si algo me sucede, si no puedo llevar a Elyra donde todo comenzó para sellarla en su sueño eterno... —Caelum apretó los puños bajo su capa, sintiendo el frío metálico de su armadura—. Entonces, Nox, tú tendrás que cumplir ese deber.

Nox se quedó en silencio, sus ojos abiertos de par en par. Sabía lo que eso significaba. Si Caelum no lograba derrotar o sellar a Radiance, Elyra tendría que ser protegida de cualquier manera. Y Nox, aunque pequeño, debía estar preparado para esa carga.

—Cuando llegue el momento, te enviaré una señal. —Caelum miró a Nox con la firmeza de quien sabe que la batalla no sería fácil—. Usaré la Daga de Alma, y caerá donde sea que estés. Esa será la señal de que no he logrado mi misión, y deberás llevar a Elyra al lugar donde todo comenzó, y cumplir con el conjuro. Cuando lo hagas, deberás salir de hallownest.

Nox tragó saliva, asintiendo lentamente. Las palabras de su hermano lo llenaban de miedo, pero también de responsabilidad. Sabía que su deber era proteger a Elyra si algo le sucedía a Caelum, pero la idea de enfrentarse solo a ese destino era aterradora.

—Lo haré, Caelum —dijo finalmente Nox, con determinación en su voz—. Si me envías la señal, cumpliré con mi deber. Protegeré a Elyra, y la llevaré donde debe estar.

Caelum sintió un leve alivio en su pecho. Sabía que Nox era valiente y leal, pero también sabía que esta responsabilidad era mucho para su joven hermano. Sin embargo, no había otra opción. El destino de Hallownest estaba en juego, y ambos debían estar preparados para cualquier resultado.

—Confío en ti, Nox —respondió Caelum, colocando una mano sobre el hombro de su hermano—. Sé que serás capaz de hacerlo, si es necesario. Pero espero que no tengamos que llegar a eso.

Nox asintió, sintiendo el peso de la mano de Caelum como una promesa y una carga al mismo tiempo. Los dos hermanos permanecieron en silencio durante un momento, conscientes de que el destino del reino, y de su familia, estaba en juego.

—Prepárate —dijo finalmente Caelum, con un tono que indicaba el final de la conversación—. Esto no será fácil, pero no estamos solos en esto.

Nox lo miró con ojos decididos, pero una chispa de preocupación seguía en su interior. Aun así, se prepararía, haría lo que fuera necesario para proteger a Elyra y cumplir con el destino que su hermano mayor le había confiado.

Caelum, por su parte, se despidió en silencio. Sabía que pronto tendría que enfrentarse a su destino, pero no lo haría con miedo ni duda. Lucharía hasta el final, no solo por Hallownest, sino por aquellos a quienes amaba, aunque nunca pudiera expresar completamente esos sentimientos. Mientras caminaba hacia la batalla que le esperaba, solo una cosa era segura: haría cualquier sacrificio necesario para proteger a Elyra y a Nox. Y si no lograba sellar a Radiance, sabía que su hermano menor estaría allí para cumplir con su misión.

La última batalla se acercaba, y con ella, el destino de Hallownest y de todos sus habitantes.

Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora