El día estaba en su punto más alto cuando Caelum y Elyra se aventuraron fuera del palacio, alejándose del habitual bullicio del jardín. Elyra había insistido en que debían salir más allá de los límites que siempre habían respetado, y aunque Caelum no entendía del todo el porqué, no tenía razones para negarse. En su silencio característico, la siguió a través de los caminos ocultos y los senderos cubiertos de vegetación, dejando que Elyra liderara el camino.
El sol, oculto tras una capa fina de nubes, arrojaba una luz tenue y suave sobre el paisaje de Hallownest, un resplandor que iluminaba el terreno rocoso y misterioso de las tierras que aún no conocía del todo. Elyra parecía más relajada que nunca, disfrutando del aire fresco y la sensación de aventura que flotaba en el ambiente.
Caelum caminaba a su lado, observándola de reojo. Sentía algo distinto hoy. Desde que habían comenzado a pasar más tiempo juntos, se daba cuenta de pequeños detalles: la forma en que su sonrisa nunca parecía desvanecerse por completo, o cómo su risa, incluso suave, resonaba dentro de él de una manera extraña. Sin embargo, no tenía las palabras para expresar lo que eso significaba. Todo era demasiado nuevo para él.
—Es un día hermoso, ¿no crees? —comentó Elyra, volviendo su mirada hacia él.
Caelum asintió, aunque no era el tipo de cosas en las que solía pensar.
—Es... tranquilo —respondió, después de un momento.
Elyra sonrió ante su respuesta, notando que, aunque sus palabras seguían siendo pocas, había comenzado a abrirse un poco más. No era el mismo que al principio, cuando parecía distante, atrapado en un rol que le había sido impuesto desde su creación. Ella lo veía cambiar poco a poco, descubriendo nuevas facetas de sí mismo, aunque él mismo no se diera cuenta.
—Siempre estás tan callado, Caelum —comentó Elyra en un tono juguetón, pero con un toque de curiosidad—. Me pregunto, ¿en qué piensas?
La pregunta lo tomó por sorpresa. Caelum no estaba acostumbrado a que alguien le preguntara sobre sus pensamientos. De hecho, nunca antes se había detenido a reflexionar sobre qué estaba ocurriendo dentro de su mente. Era un soldado, un protector, alguien diseñado para cumplir con un único propósito. Pero ahora, gracias a Elyra, ese propósito se había vuelto menos claro.
—No estoy seguro —respondió finalmente, sus palabras saliendo más sinceras de lo que esperaba—. No sé si... estoy pensando en algo en particular.
Elyra lo miró con una mezcla de ternura y comprensión. Sabía que para él, expresar lo que sentía o pensaba no era sencillo. Después de todo, había sido creado para ser una Vasija, sin emociones ni deseos. Pero ahora, estaba empezando a despertar, a sentir cosas que nunca antes había experimentado.
—Eso está bien —dijo ella suavemente—. No siempre necesitamos tener todas las respuestas. A veces, simplemente necesitamos sentir y dejar que las cosas fluyan.
Caelum guardó silencio ante esas palabras. "Sentir". Esa palabra era un enigma para él. Sabía lo que significaba, en teoría, pero en la práctica, era un territorio completamente desconocido. Sin embargo, cuando estaba con Elyra, sentía algo distinto, algo que no podía ignorar, aunque no supiera cómo explicarlo.
—Tú... siempre pareces saber qué decir —murmuró, sorprendiéndose a sí mismo por lo que acababa de decir en voz alta.
Elyra rió suavemente, y ese sonido, de alguna manera, alivió el ambiente.
—No siempre, pero intento comprenderte. —Se detuvo un momento, girándose para mirarlo directamente a los ojos—. ¿Sabes? Me recuerdas un poco a mí misma, cuando era más joven.
Caelum alzó una ceja, sorprendido.
—¿Cómo es eso?
—Antes de que me sumiera en el sueño profundo, cuando aún era solo una luminaria más, solía preguntarme mucho sobre el propósito de todo. Era más curiosa de lo que debería, según algunos. Pero, a lo largo del tiempo, aprendí que no siempre es necesario tener una respuesta inmediata. A veces, solo necesitas encontrar a las personas correctas para caminar a tu lado. Ellas te ayudarán a encontrar ese propósito.
Sus palabras parecían resonar en algún lugar profundo dentro de Caelum. Mientras caminaban más allá de las áreas conocidas, comenzó a preguntarse si lo que sentía al estar con Elyra era precisamente eso: un propósito distinto, algo más allá de ser la Vasija Pura. Era confuso y extraño, pero no del todo desagradable. Había una calidez que no había experimentado antes.
—¿Y qué propósito encontraste tú? —preguntó Caelum después de un largo silencio.
Elyra se detuvo un momento, su mirada se perdió en el horizonte antes de volverse hacia él, su sonrisa suave pero segura.
—Traer luz y esperanza —dijo, su voz cargada de una sinceridad profunda—. Mi deber es devolverle a Hallownest la alegría que perdió. No solo para mí, sino para todos.
Caelum asintió. Sabía que Elyra tomaba su rol muy en serio, y lo había visto en sus interacciones con los ciudadanos. Cada vez que estaban en los jardines, Elyra lograba, poco a poco, que la gente de Hallownest no le temiera tanto a él. Recordó cómo unos niños pequeños se habían acercado tímidamente la última vez, y aunque al principio habían estado aterrados, Elyra había logrado que se sintieran seguros. Fue un momento extraño para Caelum, ver cómo otros seres lo miraban con algo más que miedo.
—¿Alguna vez te has preguntado si hay más para ti? —preguntó Elyra de repente, sus ojos fijos en los de Caelum—. ¿Más allá de lo que te dijeron que eras?
La pregunta lo dejó en silencio. Nunca antes había considerado esa posibilidad. Desde que fue creado, siempre había sido claro lo que debía ser: un contenedor, una Vasija, el protector del reino. Pero ahora, al escuchar las palabras de Elyra, no podía evitar preguntarse si realmente había algo más para él.
—No lo sé —dijo finalmente—. Nunca me lo he preguntado.
Elyra asintió, comprendiendo. Sabía que era un proceso lento para él, pero estaba dispuesta a acompañarlo en ese viaje.
—Tal vez, con el tiempo, lo descubras —respondió ella—. Y yo estaré aquí, a tu lado, para ayudarte a encontrarlo.
Caelum la miró, y por primera vez, sintió una certeza extraña, como si, aunque no entendiera todo lo que ocurría dentro de él, tuviera algo claro: no estaba solo en ese camino.
El sol comenzaba a ocultarse tras las montañas, y el cielo se tiñó de colores cálidos mientras seguían caminando. No dijeron nada más, pero el silencio que compartían estaba lleno de una conexión que ninguno de los dos podía poner en palabras aún. Elyra lo entendía, y aunque Caelum no supiera cómo expresar lo que sentía, sabía que, de alguna manera, ya no estaba tan perdido.
ESTÁS LEYENDO
Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)
FanfictionEste fanfic toma inspiración del universo de Hollow Knight, pero no sigue el lore oficial del juego. Aquí, la Vasija Pura será llamada Caelum, y Elyra será el nombre de la lectora. Los eventos y detalles de los personajes han sido reimaginados para...