Capítulo 11: La Rutina Cambiada

3 1 0
                                    

Caelum continuó su vigilia mientras la luna avanzaba lentamente por el cielo, su luz blanca bañando los jardines y creando un resplandor que llenaba de vida las sombras nocturnas. Cada sonido en la noche, cada crujido de las hojas o susurro del viento, era registrado por su mente alerta. No obstante, había algo diferente en esta noche. Su rutina, siempre inquebrantable, había sido trastocada. Los pensamientos sobre Elyra no lo dejaban en paz.

El caballero solía pasar las noches sin apenas moverse, siempre alerta, con su mente en completo control. Pero esta vez, su mente regresaba una y otra vez a la luminaria que dormía tras la puerta. Su imagen lo acompañaba constantemente, su belleza resplandeciente y su presencia serena. Había algo en ella que lo desestabilizaba de una manera que no comprendía.

—No es importante —se recordó de nuevo, susurrando en la oscuridad. Pero la afirmación sonaba menos convincente cada vez.

Su misión siempre había sido clara: proteger a Elyra. Ese era su deber, su único propósito. Y sin embargo, cada día que pasaba, Caelum sentía que algo más estaba surgiendo en su interior. Algo que, hasta ahora, había permanecido dormido, igual que Elyra lo había estado durante siglos.

El silencio de la noche se rompió levemente cuando escuchó un ruido suave proveniente de los jardines. A simple vista, no parecía nada preocupante, solo el leve movimiento entre las hojas. Pero Caelum, siempre alerta, se acercó al ventanal para observar.

Entre las plantas y los arbustos del jardín, unas pequeñas criaturas, apenas visibles entre las sombras, comenzaron a acercarse sigilosamente a la ventana. Eran los antiguos compañeros de la Reina, pequeños seres curiosos que solían habitar en los Jardines de la Reina. Normalmente se mantenían ocultos, evitando el contacto con cualquier otra criatura. Pero esta vez, se acercaban lentamente, atraídos por la luz que emanaba del interior de la habitación de Elyra. Incluso las criaturas del reino parecían notar algo en ella, algo que las atraía.

Caelum observó en silencio cómo los seres avanzaban con cautela. Por un instante, una extraña sensación cruzó su mente. ¿También ellas sentían la misma paz que él percibía cada vez que estaba cerca de Elyra?

No tiene importancia, volvió a repetirse, intentando bloquear los pensamientos.

Cerró los ojos por un momento, escuchando la suave respiración de Elyra tras la puerta. Ella no tenía idea del peso de la historia que llevaba sobre sus hombros ni de la tristeza que el reino había sufrido. A pesar de eso, su presencia por sí sola ya estaba sanando las heridas de Hallownest de una manera que ni siquiera la Vasija Pura podía lograr con su poder.

—Debería descansar —murmuró para sí mismo, sin realmente tener la necesidad de hacerlo. Pero el cansancio no era algo físico. Era una especie de fatiga mental, acumulada por el conflicto interno que no terminaba de entender.

Sin embargo, algo dentro de él se resistía a la idea de descansar del todo. No porque temiera dejar de vigilar a Elyra, sino porque, en lo profundo de su ser, comenzaba a darse cuenta de que no podía alejarse de ella por mucho tiempo. Su luz no solo protegía al reino. También lo afectaba a él, de una forma que ni su lógica ni su entrenamiento como protector podían racionalizar.

Al final, decidió que observaría desde su puesto un poco más. Velar por ella era lo único que entendía y, de alguna manera, le brindaba un sentido de propósito que lo mantenía centrado. Las horas continuaron su avance, pero en esa noche tranquila, Caelum supo que algo en su vida había cambiado para siempre, aunque aún no comprendía del todo qué significaba ese cambio.

Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora