Capítulo 19: Sombras Protectoras

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Desde aquella noche, Caelum se volvió más protector con Elyra. Ya no solo cuidaba sus pasos en el castillo, sino que también, en cada salida al pueblo, su vigilancia era implacable. Las criaturas de Hallownest la admiraban, eso era innegable, pero algunas miradas se tornaban inquietantes. Y él no podía tolerarlo.

El sol comenzaba a descender cuando Caelum y Elyra caminaron por los caminos adoquinados del pueblo. Las luces tenues de las linternas comenzaban a encenderse, proyectando sombras alargadas en las calles. Elyra, como siempre, irradiaba una luz propia, saludando a cada criatura con una sonrisa cálida y amable.

—sonriendo —Qué hermoso es este lugar al anochecer, ¿verdad, Caelum? —preguntó Elyra, girándose hacia él con una sonrisa.

Caelum, sin apartar la vista de los alrededores, asintió brevemente.

—con firmeza —Debes mantenerte cerca de mí, Elyra. No todos aquí tienen buenas intenciones.

Elyra lo miró con una expresión de desconcierto.

—curiosa —¿A qué te refieres? Todos han sido tan amables. Creo que solo intentan ser corteses.

Caelum frunció el ceño. Esa inocencia..., pensaba. Ella no se daba cuenta de los peligros que acechaban más allá de las palabras educadas. Y eso solo lo frustraba más. Mientras continuaban caminando, un grupo de criaturas se acercó a saludar a Elyra. Caelum, siempre un paso detrás de ella, no pudo evitar notar cómo algunos observaban a Elyra con ojos que, para él, no eran de admiración pura.

—inclinándose —Lady Elyra —dijo una de las criaturas, un comerciante de aspecto delgado y ojos astutos—, es un honor verla por aquí. Siempre es un placer cruzarse con alguien tan... radiante.

El tono de su voz hizo que los músculos de Caelum se tensaran. El comerciante sonreía, pero sus ojos se deslizaban de manera inapropiada sobre Elyra, deteniéndose en su figura con descaro. Caelum sintió una oleada de ira en su interior. Se acercó un paso más, bloqueando parte de la vista del comerciante hacia Elyra, su mirada fría clavándose en él.

—con firmeza —Lady Elyra tiene asuntos importantes que atender —dijo Caelum con su tono más seco—. No tenemos tiempo para charlas triviales.

El comerciante retrocedió un poco, pero la sonrisa permanecía en su rostro.

—sonriente —Por supuesto, caballero. No querría molestar. Pero si alguna vez desea compañía para un paseo nocturno, mi señora, estaré más que dispuesto a...

Caelum apretó el puño alrededor del mango de su Aguijón. —fríamente —No será necesario —cortó bruscamente—. Elyra no necesita compañía más allá de la mía.

El comerciante, claramente intimidado, hizo una pequeña reverencia y se marchó, aunque no sin antes lanzar una última mirada hacia Elyra.

Elyra, en su inocencia, observaba la escena sin entender del todo lo que acababa de ocurrir.

—inquieta —Caelum, ¿por qué fuiste tan brusco? Él solo intentaba ser amable —dijo, con un toque de preocupación en su voz.

Caelum apretó la mandíbula, mirando a Elyra con una mezcla de frustración y preocupación.

—más tenso —No todo es lo que parece, Elyra. No puedes confiar en todos. Algunas criaturas tienen intenciones que no entiendes.

Elyra ladeó la cabeza, perpleja.

—inocente —¿Intenciones? ¿De qué hablas, Caelum? Todos aquí solo parecen querer ayudar.

Caelum soltó un suspiro, desviando la mirada por un momento. Sabía que no podía explicarle lo que realmente sentía. No podía decirle que odiaba cómo algunos la miraban, cómo intentaban acercarse a ella con motivos ocultos. Y lo que más le molestaba era que ella no lo veía, no percibía la amenaza.

—serio —Debes aprender a ser más cuidadosa —dijo, finalmente volviendo su mirada hacia ella—. Algunos no merecen tu confianza.

Elyra frunció levemente el ceño, aunque su expresión seguía siendo dulce.

—sonriendo suavemente —Confío en ti, Caelum. Y sé que siempre estás a mi lado para protegerme.

Sus palabras, aunque dulces, hicieron que algo en el interior de Caelum se tensara aún más. Sí, él estaba allí para protegerla, pero ¿hasta qué punto podía mantenerla a salvo de todo? No solo de los peligros físicos, sino de los ojos llenos de deseo que la rodeaban, aquellos que querían corromper su pureza. Y lo peor de todo era que esa misma inocencia era una de las cosas que más lo atraían de ella, aunque no se permitiera admitirlo.

—serio —Siempre lo estaré —respondió él con una frialdad que ocultaba su verdadera preocupación.

Continuaron caminando por el pueblo, Elyra hablando alegremente con algunos mercaderes y residentes que los saludaban, mientras Caelum permanecía alerta, sus ojos escudriñando cada rincón, cada mirada, cada gesto. No podía evitarlo. Su misión era protegerla, pero, desde aquella noche, su necesidad de mantenerla a salvo había crecido de una manera que ni él mismo comprendía del todo.

Mientras cruzaban una plaza iluminada por la luz tenue de las farolas, una criatura en particular se acercó demasiado, lanzando una mirada que encendió una chispa de ira en el interior de Caelum. Sin dudarlo, se colocó frente a Elyra, interponiéndose entre ella y cualquier otra criatura.

—autoritario —Nos vamos, Elyra —dijo, su tono más autoritario que de costumbre.

Elyra lo miró, claramente sorprendida por su tono, pero asintió, confiando en su juicio como siempre.

—inocente —De acuerdo, Caelum. Lo que tú digas.

Regresaron al castillo en silencio. Elyra seguía sin entender del todo la razón de la actitud de Caelum, pero no lo cuestionó. Sabía que él siempre actuaba con su bienestar en mente, aunque a veces fuera un poco sobreprotector. Y aunque no lo mostrara, Caelum odiaba la idea de que alguien pudiera intentar mancillar esa pureza, esa luz que tanto admiraba en ella.

Mientras ascendían los escalones de piedra que conducían al castillo, Caelum miró a Elyra de reojo. Su inocencia la hacía vulnerable, pero también era lo que la hacía única. Aunque nunca lo admitiría, esa pureza era algo que él mismo deseaba proteger, a cualquier costo.

Y lo haría. Sin importar lo que tuviera que enfrentar.

Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora