Capítulo 64: Deberes y Secretos

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Caelum avanzaba con pasos firmes por los corredores de Hallownest, sus pensamientos llenos de una extraña paz que no solía experimentar. La sensación de haber regresado, de ver nuevamente a Elyra, había encendido algo cálido en su pecho. Aunque su naturaleza le hacía difícil mostrar emociones, había una ligera sonrisa oculta bajo su capucha. Se sentía bien estar de vuelta.

Su mano rozaba levemente el pergamino que había recibido de las Señoras Mantis, ese fragmento de conocimiento que podía cambiarlo todo, que podría proteger a Elyra del peligro inminente. El conjuro que había buscado con tanta desesperación ahora lo llevaba consigo, y solo quedaba un paso más para ponerlo en marcha.

Pero antes de cualquier otra cosa, debía cumplir con su deber. Debía informar al Rey Pálido sobre la restauración de la paz con la Aldea de las Mantis. Era una responsabilidad que no podía retrasar, un deber hacia el reino que lo había creado.

Llegó al jardín donde Elyra y Nox lo acompañaban. La luz suave del atardecer iluminaba los árboles y las flores, creando una atmósfera casi mágica. Elyra parecía especialmente radiante entre la naturaleza del Jardín de la Reina, con una sonrisa tranquila en su rostro mientras observaba los lirios que crecían alrededor. Era un momento de calma antes de lo que vendría.

—Elyra —la llamó con suavidad, haciéndola voltear a mirarlo. Su sonrisa se ensanchó al verlo, y Caelum no pudo evitar sentir una chispa de calidez ante esa mirada.

—¿Sí, Caelum? —respondió ella con un tono amable, caminando hacia él.

—Debo solicitar una audiencia con el Rey Pálido —dijo con su voz firme, sin perder ese toque de respeto que siempre mantenía hacia ella. —Necesito que te quedes aquí en el Jardín de la Reina. Tengo que discutir algo importante con Nox.

Elyra asintió, aunque su rostro reflejaba cierta curiosidad. —Entiendo. Estaré bien, Caelum. Tómate el tiempo que necesites.

Caelum le dedicó una mirada más, una mezcla de gratitud y aprecio que no verbalizó, pero que Elyra pudo percibir. Luego, giró hacia Nox, quien lo observaba con ojos expectantes.

—Nox —dijo simplemente, y el joven caballerito se puso de pie con rapidez, caminando junto a su hermano mayor.

—Hermano —respondió Nox con formalidad, aunque había una ligera emoción en su tono. Sabía que lo que venía era importante.

Ambos caminaron en silencio hacia uno de los pasillos más apartados del palacio, donde la quietud reinaba y las sombras se extendían bajo el cielo enrojecido por el atardecer. Caelum se detuvo finalmente y se giró hacia Nox, quien lo observaba con una mezcla de admiración y expectativa.

—Nox, lo que te voy a decir es de extrema importancia —empezó Caelum, sacando el pergamino de entre sus ropas y mostrándoselo. —Este es el conjuro que he estado buscando. He pasado meses perfeccionándolo y ahora, al fin, está listo.

Nox frunció el ceño, mirándolo con una mezcla de curiosidad y preocupación. —¿Conjuro? ¿Qué tipo de conjuro, hermano?

Caelum respiró hondo antes de responder, sus palabras cargadas de una seriedad que hacía eco en el ambiente. —Es un hechizo para proteger a Elyra. Este conjuro puede enviarla al sueño eterno si llegara el momento. Una forma de mantenerla a salvo, de protegerla de Radiance y el destino que se avecina.

El joven caballerito lo miró con ojos abiertos de par en par. Sabía que Caelum haría cualquier cosa por proteger a Elyra, pero esto... El "sueño eterno" sonaba como algo definitivo, algo que no podía tomarse a la ligera.

—¿El sueño eterno? —repitió Nox con un tono vacilante. —¿Estás seguro de que eso es lo que debes hacer?

Caelum asintió lentamente, con una firmeza inquebrantable. —Es la única forma de asegurar su seguridad si todo lo demás falla. He perfeccionado este hechizo para que pueda usarlo cuando llegue el momento. Quiero que lo sepas, porque si algo me ocurre antes de tiempo... tú serás el encargado de protegerla.

Nox tragó saliva. La responsabilidad que estaba siendo depositada sobre sus hombros era inmensa. Sabía que su hermano mayor siempre tenía un plan, siempre pensaba en cada detalle, pero esto... No era fácil de asimilar.

—Lo entiendo —respondió finalmente, su voz un poco más baja de lo habitual. —Haré lo que me pidas, Caelum. La protegeré.

Caelum le entregó el pergamino con una mirada seria, pero en sus ojos había algo más, un atisbo de confianza que solo depositaba en Nox. —Confío en ti, Nox. Este conjuro es nuestro último recurso. Espero no tener que usarlo, pero debes estar preparado.

Nox tomó el pergamino con ambas manos, sintiendo el peso de la responsabilidad. No solo era un guardián, ahora era el protector de un secreto que podría cambiar el destino de Elyra. Lo guardó cuidadosamente bajo su capa, asintiendo con determinación.

—No fallaré, hermano.

Caelum le dio una pequeña palmada en el hombro antes de volver a caminar, ambos en silencio mientras regresaban hacia el Jardín de la Reina. Sabía que Elyra confiaba en él, pero no estaba listo para contarle lo que había descubierto, no aún. Todo a su tiempo.

Al llegar nuevamente al jardín, Elyra los recibió con una sonrisa, ajena a la conversación que había tenido lugar. La luz del atardecer iluminaba su rostro de manera que Caelum no podía evitar quedarse mirando un momento más de lo habitual.

—¿Todo bien? —preguntó Elyra con su usual tono tranquilo.

—Sí —respondió Caelum, recuperando su compostura. —Todo está en orden.

Pero en lo profundo de su mente, sabía que la batalla más importante aún estaba por librarse. Lo que había encontrado en la biblioteca de las Mantis no solo era un conjuro, sino una clave para el destino de Elyra, de Hallownest, y quizás incluso del mismo Caelum.

Ahora, todo dependía de que los tiempos se alinearan y de que, llegado el momento, pudiera salvar a la mujer que amaba.

Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora