El Rey Pálido se encontraba nuevamente recorriendo los senderos de su reino, esta vez dirigiéndose hacia la gran Ciudadela, donde Lurien, el Guardián de la Torre Vigía, residía. Convencer a Monomon había sido el primer paso, pero Lurien sería otra historia. Era un insecto de gran dedicación, profundamente comprometido con la protección de Hallownest, pero también era un ser reservado y calculador, cuya lealtad al reino podía ser más difícil de asegurar cuando se trataba de un sacrificio tan personal.
Mientras el Rey atravesaba la Ciudadela, se detuvo un momento para observar las altas torres que vigilaban cada rincón del reino. La lealtad de Lurien era incuestionable, pero el sacrificio que estaba a punto de pedirle era inmenso. Pedirle que renunciara a su vida, a su deber, para convertirse en uno de los Soñadores, sellado para siempre en un sueño eterno, no sería una decisión fácil para él.
Finalmente, llegó a la Torre Vigía, donde Lurien lo esperaba en silencio, su figura alta y majestuosa destacándose contra el fondo de la ciudad. Sus ojos brillaban con intensidad, reflejando la devoción que sentía por Hallownest, pero también la agudeza con la que analizaba cada palabra y gesto de aquellos con quienes hablaba.
-Rey Pálido -dijo Lurien en su tono bajo y ceremonioso, inclinándose levemente en señal de respeto-. Es un honor recibirte en la Ciudadela. ¿Qué te trae a mi dominio?
El Rey asintió, con una expresión grave en el rostro. Sabía que las palabras que estaba a punto de decir llevarían peso, no solo por el contenido, sino por lo que significarían para Lurien y su futuro.
-Lurien -comenzó el Rey-, nuestro reino se encuentra en peligro. La infección que una vez contuvimos amenaza con volver a despertar, y el destino de Hallownest pende de un hilo. He tomado medidas para enfrentar esta amenaza, pero no es suficiente.
Lurien se mantuvo en silencio, sus ojos atentos, esperando que el Rey continuara.
-He creado a la Vasija Pura -prosiguió el Rey-, y él será quien contenga la infección dentro de sí. Sin embargo, para asegurar que esa oscuridad no escape, necesitamos sellar la infección de una manera que garantice que Hallownest esté protegido para siempre.
Lurien cruzó los brazos, una señal de que estaba pensando, pero su mirada seguía fija en el Rey.
-¿Qué es lo que necesitas de mí, mi señor? -preguntó Lurien con su habitual tono sereno, pero con una curiosidad evidente en su voz.
-Necesito tres Soñadores -dijo el Rey, sin rodeos-. Tres insectos que estén dispuestos a entrar en un sueño eterno y proteger Hallownest al sellar la infección. Monomon ya ha aceptado. Ahora vengo a ti, Lurien, porque sé que tu devoción por el reino es inquebrantable. No hay mejor candidato para este sacrificio que tú, el Guardián de la Ciudadela.
Lurien permaneció inmóvil, procesando la magnitud de la petición. Su silencio se prolongó por un momento, mientras sus ojos oscuros buscaban respuestas en el aire que los rodeaba.
-¿Un sueño eterno...? -repitió lentamente, como si las palabras le pesaran en la lengua-. Rey Pálido, siempre he servido a Hallownest con cada fibra de mi ser. He vigilado y protegido estas tierras con devoción absoluta. Pero esto que me pides... ¿Es la única solución?
El Rey Pálido lo miró con una expresión seria, consciente del sacrificio que estaba pidiendo.
-Lurien, he explorado todas las opciones. Sé que este sacrificio es inmenso, pero es necesario para asegurar la supervivencia de Hallownest. El futuro del reino depende de que los Soñadores mantengan sellada la infección. Sin esto, Radiance podría escapar y el caos que alguna vez vivimos volverá a consumirnos.
Lurien bajó la mirada un instante, reflexionando. Su sentido del deber hacia el reino era profundo, pero al mismo tiempo, sabía que una vida entera dedicada a la vigilancia significaba dejar muchas cosas atrás. Convertirse en un Soñador era dejar de lado no solo su vida, sino también su propósito diario.
-Siempre he sabido que, en algún momento, mi vida sería entregada al reino -dijo Lurien finalmente, su voz más baja de lo habitual-. Pero jamás imaginé que sería de esta forma. Sin embargo, comprendo lo que está en juego.
El Rey Pálido asintió, respetando el tiempo que Lurien se tomaba para procesar su decisión. No era un sacrificio que cualquier insecto aceptara a la ligera.
-Hallownest siempre ha sido mi prioridad -continuó Lurien-. Y si mi sacrificio es necesario para asegurar que nuestro hogar sobreviva... entonces lo haré.
El Rey sintió una mezcla de alivio y tristeza. Sabía que el sacrificio de Lurien era uno de los más grandes que podría hacer, pero también sabía que su reino necesitaba de él.
-No te tomaré la palabra a la ligera, Lurien -dijo el Rey, con sinceridad-. Tu devoción será recordada por siempre en la historia de Hallownest. Lo que estás dispuesto a hacer no será en vano.
Lurien asintió lentamente, aunque su rostro no reflejaba emoción alguna.
-Agradezco tus palabras, mi señor -dijo-. Pero esto no es sobre el legado, sino sobre el deber. Hallownest es lo que importa, no yo. Si mi sacrificio significa que este reino prosperará y que el peligro se mantendrá alejado, entonces mi destino ya está decidido.
El Rey Pálido lo observó en silencio, sabiendo que no necesitaba decir más. Lurien había aceptado su destino, y ahora el Rey tenía dos de los tres Soñadores que necesitaba para completar su plan. Solo quedaba una figura más por convencer: Herrah, la reina de las arañas, cuya lealtad a Hallownest era incierta y cuyos intereses iban más allá del simple deber hacia el reino.
Mientras el Rey Pálido dejaba la Torre Vigía, su mente ya se enfocaba en la difícil tarea que tenía por delante. Pero, por ahora, con Monomon y Lurien dispuestos a sacrificarse, sentía que Hallownest tenía una oportunidad más de sobrevivir a la oscuridad que se cernía sobre ellos.
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Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)
FanfictionEste fanfic toma inspiración del universo de Hollow Knight, pero no sigue el lore oficial del juego. Aquí, la Vasija Pura será llamada Caelum, y Elyra será el nombre de la lectora. Los eventos y detalles de los personajes han sido reimaginados para...