Elyra y Nox regresaban de su visita a los Páramos Fungidos, caminando con un aire de satisfacción por la tranquila jornada. Los hongos habían sido más fascinantes de lo que ambos esperaban, y aunque Nox mantenía sus reservas, había comenzado a aceptar que su aventura no había sido tan mala después de todo. Elyra, por su parte, disfrutaba de los pequeños momentos de alegría, a pesar de la tristeza latente por la ausencia de Caelum.
Era ya el atardecer en Hallownest, y los cielos grises estaban teñidos de un sutil tono anaranjado. El canto suave del viento llenaba el aire cuando Elyra, con la cabeza ligeramente inclinada hacia el cielo, suspiró.
—Ha sido un día hermoso, Nox. Gracias por acompañarme —dijo, dándole una cálida sonrisa al caballerito.
—Es mi deber, Lady Elyra —respondió Nox, quien siempre mantenía una mezcla de seriedad y nerviosismo ante la luminosa presencia de ella. Sin embargo, su confianza había crecido con el tiempo.
Mientras caminaban por el sendero de regreso hacia las áreas más habitadas del pueblo de Hallownest, algo extraño llenó el aire. Elyra sintió una leve perturbación, como un eco en el viento que le hizo detenerse por un instante. Al girarse hacia Nox, se percató de que él también había sentido algo.
—¿Qué sucede? —preguntó ella, su tono curioso pero calmado.
Nox miró hacia el horizonte, sus ojos entrecerrados. —No lo sé... pero hay algo familiar en esto.
En ese momento, una figura apareció en la distancia, apenas visible entre las sombras del ocaso. Nox tensó los músculos, como si su instinto le dijera que se preparara para algo importante.
Elyra parpadeó un par de veces, enfocando su mirada en la figura que se acercaba lentamente. Con cada paso, el aire se volvía más pesado, cargado de una energía conocida. Entonces, su corazón comenzó a latir más rápido.
—No puede ser... —murmuró para sí misma, su voz temblando de emoción contenida.
La figura oscura finalmente emergió de entre las sombras. La capa ondeaba levemente a su alrededor, y el brillo metálico del aguijón a su espalda confirmó lo que Elyra y Nox ya sabían en el fondo de sus corazones.
Caelum había regresado.
—¡Caelum! —gritó Elyra, rompiendo en una carrera hacia él, sin poder contenerse. Nox observaba en silencio, su pequeño cuerpo vibrando con una mezcla de emoción y alivio al ver a su hermano mayor nuevamente.
Caelum se detuvo cuando Elyra llegó a su lado, sus ojos inexpresivos ocultaban el agotamiento, apesar de que el casco ocultaba su rostro revelaba el mismo deber inquebrantable. La emoción que Elyra sentía era palpable, pero había algo más en él, una intensidad renovada, una determinación diferente.
—Has vuelto... —susurró Elyra con una sonrisa, su voz quebrándose ligeramente por la emoción.
Caelum asintió, apenas diciendo palabra. Aunque no era alguien que mostrara sus emociones con facilidad, algo en la calidez en los ojos de Elyra, en la forma en que lo miraba, provocó un cambio en su semblante. Había regresado, sí, pero no solo como el guardián implacable, sino como alguien que había hecho una promesa.
—Lo hice —respondió con una voz profunda, cargada de significado. —Todo está listo.
Nox se acercó lentamente, tratando de mantener su compostura. —Hermano... —su voz era pequeña, pero llena de orgullo.
Caelum inclinó ligeramente la cabeza hacia Nox, reconociendo su presencia con una ligera sonrisa, una que solo los más cercanos a él podían notar. —Buen trabajo, Nox. Sabía que estarías a la altura.
El pequeño caballerito se ruborizó, sintiéndose honrado por las palabras de su hermano mayor, pero rápidamente adoptó una pose más formal. —Solo cumplí mi deber.
Elyra, aún conmovida por el regreso de Caelum, respiró profundamente. No sabía los detalles de lo que había hecho ni el motivo exacto de su partida, pero algo en su mirada le decía que había hecho algo importante, algo para protegerla. Y por primera vez en mucho tiempo, se sintió completamente a salvo.
—Caelum... —empezó a decir, pero él la interrumpió con una suave sacudida de la cabeza.
—Ahora no. Todo a su tiempo —dijo en un tono que no admitía preguntas, pero también cargado de una promesa silenciosa.
El camino de regreso al palacio blanco fue silencioso, pero no incómodo. Elyra caminaba junto a Caelum, sintiendo la familiaridad de su presencia, mientras Nox, siempre alerta, los seguía de cerca. Todo parecía haberse restaurado con su regreso, pero en lo profundo, ambos sabían que se avecinaban tiempos oscuros.
Elyra, con su corazón lleno de esperanza, caminó con la certeza de que, pase lo que pase, ya no estaría sola en esta batalla. Caelum había vuelto, y juntos, enfrentarían lo que estuviera por venir.
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Hollow Knight - La Última Guardiana (Novela No Oficial)
FanficEste fanfic toma inspiración del universo de Hollow Knight, pero no sigue el lore oficial del juego. Aquí, la Vasija Pura será llamada Caelum, y Elyra será el nombre de la lectora. Los eventos y detalles de los personajes han sido reimaginados para...