Capítulo 19

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First

Regreso a una casa vacía, plagada de recuerdos que había enterrado en lo más profundo de mi mente. La Polaroid, fiel memoria de uno de esos recuerdos, es la única que me da la bienvenida. Acaricio el marco en busca de algo, pero aún no entiendo el qué.

Deshago el equipaje. Toda la ropa huele a Tung, ya que he estado usando su perfume durante todas las vacaciones. Tampoco entiendo el motivo, pero he dejado de hacerme preguntas para las que no tengo respuestas. Coloco el frasco en mi cómoda y llevo a la lavadora las prendas que están sucias.

Llamo a mi madre para decirle que estoy de vuelta y también a Tay. Quedamos en que vamos a quedar un día de estos para cenar y así poder vernos, pero no ponemos fecha. Por último, llamo a mi padre.

- Hola hijo - su saludo es más cálido que la última vez y está de buen humor. - ¿Ya estás de vuelta?

- Sí, acabo de llegar a casa.

- Me alegro. Espero que hayas descansado.

Inhalo con fuerza para infundirme valor y suelto el verdadero motivo de mi llamada.

- Por eso te llamo, papá. Ya han pasado casi tres semanas y me preguntaba si ya puedo volver a trabajar - intento no parecer tan ansioso como me siento.

Mi padre no contesta inmediatamente lo que puede ser tanto bueno, como malo. Le escucho mover algunos papeles y teclear en su portátil y yo espero y espero, mordiéndome el dedo pulgar, nervioso .

- No lo sé - parece dudar.

- Papá, tengo que trabajar. Habrá trabajo retrasado y... - no quiero amenazarle, pero tengo que presionarle. - Si no quieres que vuelva, lo entenderé, dímelo, para buscarme otra cosa.

Mi padre resopla y hasta casi puedo escuchar la maquinaria de su cerebro, trabajando a toda velocidad.

- Esta bien. Puedes incorporarte mañana, pero te lo advierto, aquí se viene a trabajar. No quiero más líos de faldas... Bueno, de pantalones - su explicación me dan ganas de reír, pero no me arriesgo a que se enfade y no me deje volver, así que me muerdo la lengua. - Lo que hagas fuera, no es de mi incumbencia.

- No más líos. Prometido. Gracias papá - le agradezco sinceramente. - Hasta mañana.

- Hasta mañana, mocoso - se despide y cuelga.

Preparo el traje de mañana con esmero. Voy a estar bajo el escrutinio de mi padre y quiero que todo sea perfecto. Muy probablemente también veré a Mix y no sé como eso me hace sentir. No hemos vuelto a tener contacto y eso me ha provocado mucho menos sufrimiento del que esperaba. Tengo un cacao en la cabeza, monumental. Dudo que él quiera hablarme pero en algún momento tendremos que hacerlo.

Al que sí echo de menos de manera desgarradora es a Montow. Extraño que no se enrede entre mis piernas cada vez que llego a casa, o que no venga a saltarme al hombro siempre que voy a picar algo a la nevera, para que le comparta un poquito de fiambre. Es raro no verle hecho un ovillo en el regazo de Khaotung, en el sofá, mientras este lee tomando un té. Nunca pensé que añoraría esa imagen. Me parece estar viendo las piernas de Khaotung, desnudas porque lleva un pantalón cortito. Su lengua, rosada, atrapada entre sus dientes, completamente concentrado en la lectura y sus pequeños dedos acariciando en tupido pelaje de nuestro bebé.

Nuestro. De ambos. Esto es rato.

¿Y por qué estoy sintiendo este burbujeo en el estómago al pensar en sus piernas y en su lengua? Va a ser por la falta total de sexo, que empieza a hacer estragos en mi sistema nervioso.

Escala de Grises 🔞 FirstKhaotugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora