Capítulo 27

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First

Aprieto la mano de Khaotung con fuerza. No pienso dejar que se me escape ni aunque mi vida dependa de ello.

Llegamos a mi habitación, y una vez dentro, cierro con pestillo. Le empujo contra la puerta y pego mi cuerpo al suyo, inmovilizándole. Intento besarle de nuevo. Vuelve a girar la cara, cabezón.

- Te he dicho que sin besos en la boca - su tono es divertido.

- ¡Vamos, déjate de tonterías! - le ladro, deseoso de volver a probar esos deliciosos labios en los que no he podido dejar de pensar.

Khaotung levanta una ceja y es una clara advertencia. Decido presionarle y meto la cara en su cuello. Huele bien, pero no huele a él y eso me molesta. Decido dejarlo pasar de momento y beso la suave piel que va desde su oreja a su trapecio. Voy dejando un reguero de besos húmedos hasta sus desnudas clavículas. Agarro sus manos, se las levanto y las presiono a cada lado de su cabeza para que no pueda apartarme y vuelvo a intentar besar su boca. De nuevo, gira la cara y acabo besando su carrillo.

- Por favor - decido cambiar de táctica y suplicar. - Déjame besarte, Tung - tengo la nariz pegada a su pómulo y le acaricio.

Me empuja con el pecho, ya que con las manos no puede y me obliga a mirarle. Puedo ver la determinación en su rostro.

- No quiero que me beses, ya te lo he dicho - repite.

- Pero, ¿por qué no? - no me creo que él no lo esté deseando también.

- Me dijiste que no sentías nada al besarme, ¿no es así? - estoy hasta los cojones de que siga con eso.

- Está bien. ¡Como quieras! - grito enfadado y pego mi nariz a la suya. - Pero te prometo que al final vas a rogarme para que te bese - le prometo.

Lejos de sentirse amenazado, mi pequeño exmarido me regala una sonrisa de medio lado. Le agarro por la nuca y vuelvo a besar su cuello. Le hago un chupón porque me da la gana mientras él estira la cabeza hacia atrás y me da total acceso. Desabrocho su americana y se la deslizo por los hombros. Sus pequeños pezones rosados están erectos. Lamo uno de ellos y disfruto al acariciar ese pequeño guijarro con la lengua. También lo succiono y adoro escuchar sus jadeos. Le mordisqueo el pecho y le regalo una preciosa colección de chupones. Seguidores, ataco su otro pezón. Me separo un par de pasos para poder verle. Es una locura, pero nunca me había fijado en lo sexy que puede llegar a ser. Está apoyado aún en la puerta, con sus ojos de gato entrecerrados, que me miran a través de sus tupidas pestañas. Sus labios, brillantes por el labial que acaba de aplicarse en el baño, me llaman como el canto de una sirena. Su pecho desnudo sube y baja mientras respira agitadamente. Sonrío al ver el enrojecido pezón que acabo de comerme, húmedo por mi saliva. Se acaricia su vientre plano y baja las manos hasta su entrepierna, completamente llena de nuevo y acaricia sus ingles, ofreciéndose.

Despacio, se acerca y me agarra por los huevos, fuerte pero sin hacerme daño. Me amasa torturándome y deja un beso en mi barbilla, muy cerca de mis labios, pero sin tocarlos realmente.

¿Quieres jugar, eh, Tung?

Sigue caminando hacia la cama y se sienta en ella. Con parsimonia se descalza y se quita el pantalón mientras sonríe y me mira coqueto. Se deja puesto el calzoncillo blanco que aprisiona su erección.

Nunca había visto esta faceta tan sensual de Khaotung. Siempre había sido tan sumiso en la cama, que no le reconozco, pero no me desagrada. Entonces Pod se cruza por mi mente. ¿Habrá despertado esta nueva sexualidad al estar con él? Sólo de imaginármelo me comen los celos, pero no pregunto nada, porque no quiero saber.

Escala de Grises 🔞 FirstKhaotugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora