Capítulo 49

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Khaotung

Ver, rodeado por los amorosos los brazos de First, el atardecer desde al Templo de Haedong, es, sin duda alguna, lo más romántico que hemos hecho nunca. Es un lugar mágico. Los preciosos tonos rojizos y ocres del cielo que contrastan con el intenso azul del mar, se quedan grabados en mi retina con la clara intención de plasmar esta imagen en un lienzo.

Yo ya sabía lo que era estar enamorado, pero no tenía ni la menor idea de lo maravilloso que se siente cuando ese amor es correspondido. Si además, esa persona, tu persona favorita, tu amor, está constantemente pendiente de ti, de tu bienestar y de hacerte reír, el mundo adquiere una nueva paleta de colores vibrantes y todo es más bonito. Mejor. Pero aún hay un pequeño nubarrón gris que sobrevuela mi consciencia. Sé que First se está esforzando y estoy seguro que cuando dice que me ama, es sincero. Pero, ¿su amor es suficientemente fuerte esta vez? ¿O volverá a aburrirse de mí y me sustituirá tan fácil como la primera vez?

Nunca había sido tan feliz como lo soy ahora así que decido apartar estos tristes temores y agarro con fuerza su brazo mientras observamos el ocaso en este idílico lugar. Cuando regresemos a nuestro día a día, y la vida no sea tan divertida como en Phuket ni tan romántica como en Corea, obtendré mi respuesta. La rutina es aún peor enemigo que el tiempo.

- Me encantaría saber en qué estás pensando - First no es ajeno a mi cambio de humor.

- No quiero regresar - me guardo las palabras 'a casa' para mí.

- Entonces tendré que hacer algo al respecto.

- Ya has hecho más que suficiente. Este viaje ha sido... - me vuelvo para mirarle a los ojos - ... increíble, First.

- El sol está a punto de ponerse - me agarra de la barbilla y me da un beso suave. - No te lo pierdas - me gira la cara para que no deje de ver el increíble espectáculo natural. - Pide un deseo, Tung.

Ámame para siempre.

El último rayo de luz se pierde detrás del horizonte y es como si se apagara la luz que nos ha iluminado todos estos días. Pero ya se sabe, todo lo bueno llega a su fin y este viaje, también.

Cuando agacho la mirada, un poco triste, me doy cuenta de que First sostiene un sobre entre sus manos. Me vuelvo hacia él y veo que sonríe petulante. Me ofrece el sobre.

- ¿Qué es esto?

- Ni idea. No sé cómo ha llegado aquí - sobreactúa divertido.

Abro el sobre y me encuentro dos billetes de avión a la isla de Jeju para mañana.

- First... - la emoción me embarga y no puedo ni hablar.

- Yo tampoco quiero que este viaje se acabe TungTung, pero Jeju es nuestra última parada antes de regresar a Seúl - me acaricia la mejilla. - Además, ninguno quiere ver al niño Fourth enfurecido, ¿verdad?

Le abrazo con todo mi ser, porque su sola presencia me reconforta y me llena de una cálida sensación que me hace sentirme más vivo que nunca. Y lloro, lloro por pura felicidad. Porque mis dudas y temores de desvanecen, aplastados por el amor que me demuestra con cada beso, con cada acción.

- First, te amo. Te amo más que que nadie en este mundo - necesito que lo sepa, sin que me quepa ninguna duda.

- Lo sé, mi vida. Tu amor siempre ha estado presente en mi corazón. Eternamente voy a estar en deuda contigo por ello. Mi deber, para el resto de mi vida, es intentar devolverte ese mismo amor, todos los días, hasta el final. Te quiero, Khaotung - First también está llorando.

El beso que rúbrica nuestras confesiones es húmedo y salado por el llanto. El beso, empieza siendo sanador pero pronto se vuelve algo más visceral. No me puedo creer que después de todas las veces que hemos tenido sexo estos días, siga necesitando más. Más besos, más caricias.

Escala de Grises 🔞 FirstKhaotugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora