El sol de Senegal se derramaba sobre el campamento, un manto de calor que envolvía a los siete campistas. Aminata, con su innata generosidad, había provisto ropa a cada uno para que se sintieran cómodos en la tierra africana. Morgan, con su sonrisa fácil y su cuerpo delgado, lucía una remera blanca de manga corta que dejaba ver su cintura, una línea fina que insinuaba la energía que lo impulsaba. Ayudaba a Sammy, Zayna y Aminata a empacar la comida para el viaje que se avecinaba, sus manos ágiles y precisas en cada movimiento.
Alexa, por su parte, vestía un top negro que se ajustaba a su figura, realzando cada curva. Su clavícula, prominente y delicada, se dibujaba sobre la tela oscura, un contraste que resaltaba la belleza de su cuello. Su cintura, esbelta y definida, era un testimonio de su fortaleza y agilidad. La tela del top se tensaba ligeramente sobre sus hombros, revelando la fuerza que se escondía debajo, una fuerza que emanaba de su mirada intensa y su determinación.
Lex había salido a primera hora, impulsada por un deseo innato de proteger a los demás. Quería asegurarse de que estuvieran seguros, de que nada les sucediera durante el viaje. Los demás, conmovidos por su preocupación, asintieron sin dudarlo. Pero Morgan, con su corazón sensible, no podía evitar preocuparse por ella. La imagen de Alexa, su mirada decidida y su cuerpo ágil, lo llenaba de un sentimiento de impotencia, de no poder controlar su impulso de protegerla. Sin embargo, la admiración por su valentía lo impulsaba a confiar en ella, a aceptar que su espíritu libre la llevaba a explorar el mundo sin límites.
El sol, un gigante de fuego dorado, se asomaba entre las hojas del bosque, pintando con su luz áurea la figura de Morgan mientras devoraba con una ferocidad casi animal un mango jugoso. Sammy, con una sonrisa que escondía una punzada de preocupación, la observaba desde la distancia.
── Morgan, ya te vi. ── la voz de Sammy, suave como un susurro, resonó en el aire.
Morgan, con la boca llena de pulpa dulce, masticaba con una intensidad que solo podía explicarse por la voracidad que la consumía. Su mirada, perdida en la danza de sabores, no se dirigió a Sammy.
── Tengo hambre ── respondió con un tono que bordeaba la indiferencia.
Sammy, con un gesto de incredulidad, frunció el ceño.
── Comiste hace cinco minutos. ── su voz, ahora con un toque de reproche, se alzó un poco.
Morgan se encogió de hombros, sin darle importancia a la acusación de Sammy. Su mente, envuelta en una nube de melancolía, estaba en otro lugar. Un lugar donde solo la satisfacción de su apetito podía calmar la tormenta que se gestaba en su interior.
De repente, Geba, la gallimimus, irrumpió en la escena con una energía que solo podía describirse como una danza de torpeza y hambre. Su cabeza, como un martillo de carne y hueso, se abalanzó hacia los cestos donde se guardaban las provisiones.
—Oye, yo sé que huele bien Geba, pero debes sacar tu cara de ahí — Zayna, con una sonrisa que intentaba disimular la preocupación que la invadía, le habló a la gallimimus.
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𝗗𝗔𝗥𝗞 𝗥𝗘𝗗 | 𝗕𝗘𝗡 𝗣𝗜𝗡𝗖𝗨𝗦
AdventureT--✵。:•. ❝Something bad is 'bout to happen to me Why I feel this way, I don't know, baby I think of her so much, it drives me crazy I just don't want her to leave me❞ ▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄ ━━━ Lo que un adolescente quiere menos es correr...