Capítulo 18

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-La noche había llegado después de un día ajetreado, lleno de responsabilidades, de pequeñas prisas y mucho trabajo, finalmente logramos encontrar un respiro. Javi y yo nos acomodamos en el sofá, bajo una manta suave, con la intención de ver una película. Había sido uno de esos días que parecen no terminar nunca, en los que la energía se va agotando poco a poco hasta que solo te queda el deseo de descansar.-

-Nos tumbamos juntos, él detrás de mí, su cuerpo recostado contra el respaldo del sofá y su mano sobre mi barriga, ese gesto tan suyo que siempre me hacía sentir protegida. La película comenzó, pero yo apenas podía concentrarme. El cansancio era tan profundo que mis ojos luchaban por mantenerse abiertos.-

J: ¿Estás bien? -le pregunté en voz baja, notando que su respiración se había vuelto más lenta.-

L: Sí... solo estoy un poco cansada. -respondí con una sonrisa, pero no pude evitar que mi voz sonara pesada.-

-Javi acarició suavemente mi barriga, como si su toque pudiera darme algo de energía, pero no funcionó. El calor de su mano y la tranquilidad del momento me envolvieron, y poco a poco, mis ojos se cerraron sin que pudiera evitarlo. Me dejé llevar por el sueño, sintiendo cómo mi cuerpo se relajaba por completo.-

-La película terminó sin que yo lo notara. Javi, no se había dado cuenta de que ya estaba dormida.-

J: ¿Cariño? -Susurré, levantandome ligeramente para verla mejor.-

-Al verme dormida, una suave sonrisa se dibujó en su rostro.-

J: Te has quedado dormida, mi amor… -murmuré, con una sonrisa tierna.-

-Con cuidado, y sin querer despertarme, Javi se levantó del sofá, moviéndose despacio. Mientras se ponía de pie, se inclinó hacia mí, metió sus manos bajo mis piernas y, con una suavidad que solo él tenía, me levantó en sus brazos. El gesto era tan natural, tan lleno de cariño.-

-Con paso firme, pero siempre con cuidado de no hacer ruido, me llevó hasta la habitación. El ritmo de su respiración estaba tranquilo, como si el simple hecho de tenerme cerca le diera paz. Cuando entró al cuarto, me tumbó en la cama con un gesto delicado, como si no quisiera romper la calma que había conseguido en su abrazo. Después, me arropó con cuidado, asegurándose de que estuviera bien cubierta y calentita, y antes de levantarse para ir a su lado, dejó un suave beso en mi frente.-

-Él se metió en la cama a mi lado, apagó la luz con un movimiento natural y, sin decir nada más, me abrazó con fuerza, como si todo lo demás fuera secundario.-

J: Descansa, cariño. Yo estoy aquí. -dije en voz baja, apretándola un poco más contra mi pecho.-

☆☆☆

-La noche transcurrió en paz y comenzaba a dar paso a un nuevo dia. Mi cuerpo se hundió en el colchón, completamente relajado por el cansancio acumulado durante el día anterior. En los brazos de Javi, el mundo parecía haberse detenido. Cada respiración de él era una confirmación de que estaba seguro, querido, y que podía descansar sin preocupación.-

-Al principio, me desperté un par de veces en la madrugada, solo para sentir la calidez de su cuerpo a mi lado y volver a quedarme dormida al instante. Era como si, en esos breves momentos, su presencia fuera suficiente para que cualquier rastro de tensión desapareciera. No fue hasta el amanecer cuando desperté de verdad.-

-Me moví lentamente, sintiendo el peso de mi cuerpo y la suavidad de las sábanas, pero algo me mantenía anclada al lugar: Javi, abrazado a mí. Lo miré con una sonrisa, viendo cómo su rostro estaba relajado, los ojos cerrados en un sueño profundo. Tenía el cabello algo desordenado, y su respiración era tranquila y rítmica.-

-Decidí no moverme, disfrutando del momento. Estaba a punto de volver a dormirme cuando sentí su brazo moverse ligeramente, como si estuviera despertando. Javi, al notar mi presencia, sonrió sin abrir los ojos.-

J: Buenos días, mi amor. -dije en voz baja.-

L: Buenos días, cariño. -respondí con una sonrisa, sintiendo cómo su abrazo se apretaba un poco más.-

J: ¿Has descansado bien? -le pregunté.-

L: Sí, muy bien. Gracias por cuidarme anoche. -Le dije, acariciando su brazo que todavía estaba sobre mi cintura.- No sé qué haría sin ti…

-Javi abrió los ojos lentamente, mirándome con una expresión que solo él sabe transmitir. Era esa mezcla de amor profundo y cariño incondicional, algo que nunca me cansaba de ver en él.-

J: No tienes que agradecerme, ya sabes que siempre estaré aquí para ti. -dije, dándole un beso suave en la frente.- Eres lo más importante para mí.

-Nos quedamos un rato más en la cama, disfrutando de la cercanía, de la paz de la mañana.-

-Finalmente, después de unos minutos de estar abrazados, Javi se incorporó y se levantó de la cama con esa energía que solo él tiene por la mañana y, antes de salir de la habitación, se giró una vez más para mirarme.-

J: Te prometo que hoy solo tendrás que relajarte. Nada de trabajo ni estrés. Hoy es tu día. -dije con una sonrisa.-

-Me quedé allí, mirando cómo se alejaba para preparar el desayuno, completamente agradecida. Sabía que, aunque mi día empezara con una carga de trabajo, tendría a Javi a mi lado, como siempre, para hacer que todo fuera un poco más fácil, un poco más ligero. -

El futbolista del que me enam⚽réDonde viven las historias. Descúbrelo ahora