Capítulo 28

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-Estaba tan inmersa en las páginas del libro que no noté cuando Javi entró en la habitación. Me encontraba en su lado de la cama, sentada con los pantalones anchos y mi sudadera, la cual había dejado un poco abierta, dejando mi hombro izquierdo al descubierto. La trama del libro me tenía cautivada, pero en cuanto sentí su presencia, levanté la vista y me encontré con su mirada.-

J: Umm, estás leyendo ese libro, amor... -Dije con una sonrisa divertida, mientras me acercaba y me sentaba en el huequito de la cama junto a ella. Pasé mi mano por su cintura.- ¿Está interesante? -Pregunté, con una ligera curiosidad mientras me inclinaba hacia ella y besaba suavemente su hombro al descubierto.-

L: Está súper interesante, amor. -Respondí, sonriendo al mirarlo a los ojos. Sus hermosos ojos azules siempre lograban hacerme sentir especial.-

J: Entonces te dejo leyendo... -dije, haciendo el amago de levantarme.-

L: No, amor, quédate. -Dije, colocando mi mano sobre la suya para detenerlo. Lo miré, sonriendo suavemente. -Te he echado de menos... -Susurré, acercándome para besar sus labios.-

-Javi, al sentir mi beso, me tumbó con suavidad sobre la cama, sin apartar sus labios de los míos, disfrutando de ese momento de intimidad.-

J: Yo también te he echado de menos -Dije separándome ligeramente para mirarla con un cariño profundo y sincero.-

-Nos acomodamos mejor en la cama, Javi se sentó con su espalda ligeramente apoyada en el cabecero de la cama y yo me senté en el hueco entre sus piernas ligeramente tumbada hacia la izquierda y con mi cabeza a la altura de su hombro. Era como si todo lo demás no importara cuando estábamos juntos.-

J: ¿Así que el libro está realmente tan interesante? -Pregunté sin dejar de sonreír y recorriendo suavemente con mis dedos su brazo.-

L: Está... bastante interesante -Dije, con una sonrisa traviesa. -Tiene algunas partes bastante... calientes -Añadí en tono bajo, sabiendo que él sabría exactamente a qué me refería.-

-Javi soltó una risa suave, sin apartar la mirada de mis ojos.-

J: Ya veo... -Murmuré, mientras me inclinaba de nuevo para besarla lentamente.- Tal vez deberíamos leerlo juntos, ¿no? -dije con una sonrisa pícara.-

-Sonreí ante su propuesta, sin dejar de mirarlo, y asentí. -

L: Tal vez, amor, tal vez... -Respondí, disfrutando de la cercanía de su cuerpo, de su aliento cálido sobre mi piel.-

-Javi permaneció allí, con su mirada fija en mí, y sus dedos suavemente acariciando mi brazo mientras yo lo miraba. La habitación estaba tranquila, solo el sonido suave de la respiración de ambos llenaba el aire, junto con la cercanía de sus brazos que me rodeaban, haciéndome sentir segura y tranquila.-

L: ¿Sabes? -Comencé a decir, mientras miraba el libro en mis manos. -Creo que este libro tiene algo... muy... cautivador.-

-Javi sonrió al escucharme, pero no dijo nada al principio. Simplemente continuó acariciando mi piel con suavidad, disfrutando del momento. -

J: ¿Qué es lo que más te ha cautivado? -pregunté con curiosidad.-

L: Es... difícil de explicar -Respondí, dejando el libro a un lado por un momento para mirarlo mejor. - Es como si las palabras me llevaran a otro lugar, a un lugar donde no estoy pensando en nada más que en lo que está pasando en las páginas. Pero ahora mismo... me gustaría pensar en ti. -Dije para mirarlo.-

-Su sonrisa se ensanchó, y me acarició el rostro con ternura antes de acercarse para besarme nuevamente. Esta vez, su beso fue más suave, lleno de cariño y calidez.-

J: Te tengo aquí, amor... -dije con mis labios apenas separándose de los suyos, mientras mi mano recorrían su hombro descubierto con delicadeza.- Y eso es todo lo que necesito. No hace falta un libro para disfrutar de esto.

-Lo miré a los ojos, sintiendo una profunda conexión con él, sin necesidad de palabras. Cada vez que estábamos juntos, sentía que todo lo demás quedaba en segundo plano. Sus abrazos, su risa, su forma de mirarme... eso era lo único que realmente importaba.-

J: ¿Te gustaría hacer algo más que leer hoy? -Pregunté de manera casual, mientras mis dedos seguían recorriendo su piel.-

L: Podemos hacer lo que quieras... -Respondí, mi tono bajo y tranquilo, mientras me acurrucaba más cerca de él.- Solo quiero estar contigo.

J: Entonces, quédate conmigo un rato más -Dije con una sonrisa suave y la envolví en mis brazos, disfrutando de la calma que compartíamos.- No hay prisa, amor.

-Asentí, sintiendo su abrazo reconfortante, y cerré los ojos por un momento, dejando que el tiempo pasara sin preocuparme por nada. Estaba en el lugar perfecto, con la persona perfecta, y eso era todo lo que necesitaba.-

El futbolista del que me enam⚽réDonde viven las historias. Descúbrelo ahora