-Javi había ido a la cocina a por algo para tomar. Cuando volvió al salón no pude evitar reírme a carcajadas, cuando Javi se tumbó sobre mí, en su intento de darme todo el cariño que no había podido darme porque estaba fuera por el partido.-
L: ¡Javi! ¡Me estás aplastando! -dije entre risas, tratando de apartarlo.-
-Sin soltar la lata de refresco que llevaba, se acomodó con descaro sobre mi pecho.-
J: No te quejes, eres un excelente colchón. -Respondí con esa sonrisa traviesa.-
L: Eres un caso. -dije acariciando su pelo.-
-La tarde había comenzado como cualquier otra. Una comida ligera, la charla de siempre sobre cómo había sido el día de cada uno, y luego esa típica pregunta de Javi: "¿Peli o siesta?". Yo, fiel a mi costumbre, opté por la película.-
Javi, aún con su cuerpo sobre el mío comenzó a mirarme fijamente.-
L:¿Qué? -pregunté sintiéndome observada.-
J: Nada. Solo pienso en lo afortunado que soy de tenerte aquí. -dije con sinceridad.-
-Rodé los ojos, aunque siempre me encantaba cuando decía esas cosas. -
L: Tienes suerte de que no te lance de este sofá por aplastarme. -Dije en tono de broma para darle un pequeño empujón hacia un lado, justo lo suficiente para que perdiera el equilibrio y cayera hacia la esquina del sofá.
J: ¡Eh! -protesté recuperando la compostura mientras la miraba con los ojos entrecerrados.- ¿Así vamos a jugar?
L: Sí quieres empezar un juego ya sabes que siempre estoy lista para ganarte. -Dije con una sonrisa desafiante.-
-En cuestión de segundos, todo el salón se convirtió en un campo de batalla. Javi intentó hacerme cosquillas, pero yo, que ya conocía su táctica, me defendí como pude del ataque de Javi.-
L: ¡Amor, no! Eres un tramposo! -grité, aunque mi risa me traicionaba.-
J: Es lo que pasa cuando provocas a tu marido. -contesté, tratando de mantenerla inmovilizada mientras ambos nos debatíamos en una mezcla de risas y forcejeos.-
-En un momento dado, conseguí zafarme y, en un acto de pura venganza, le tiré uno de los cojines. Javi se quedó inmóvil por un segundo, fingiendo estar ofendido.-
J: Esto no quedará así. -dije con dramatismo.-
L: Ven a por mí si te atreves. -lo reté antes de salir corriendo hacia la cocina, dejando tras de mí un eco de risas.-
-Javi se levantó despacio, con una calma que no hacía más que incrementar la tensión en el aire.-
J: ¿De verdad crees que puedes escapar de mí? -Dije, avanzando con pasos deliberados.-
-Yo desde mi escondite junto a la encimera, trataba de contener la risa mientras buscaba algo, cualquier cosa, que pudiera usar para defenderme. Pero en el fondo sabía que no había escapatoria.-
L: ¡Ni lo intentes, Javi! -grité entre risas cuando lo vi aparecer en el umbral.-
J: No tengo que intentarlo. Siempre gano. -sonreí y di un paso más hacia ella.-
-Sin pensar demasiado, tomó una espátula y la sostuve frente a mí como si fuera un arma.-
L: Un paso más y… y… gritaré. -dije con un tono entre broma y desafío.-
J: Ah, ¿sí? -incliné la cabeza divertido.- Eso me asusta mucho. -dije con ironía.-
L: Debería. -Lo miré con fingida seriedad, aunque se me escapaba alguna que otra sonrisa.-
-Javi dio otro paso, pero esta vez yo también me acerqué y antes de que él pudiera reaccionar, lo rodeé con ambos brazos, empujándolo hacia atrás hasta que ambos terminamos contra la mesa, riendo como niños.-
J: ¿Así es como vas a ganar? -pregunté tratando de mantener el equilibrio mientras ella me sujetaba por la cintura.-
L: No, así es como me aseguro de que no hagas ninguna tontería. -dije sonriendo y apoyé la frente en su pecho, riendo todavía.-
-Aprovechando el momento, Javi me tomó por sorpresa, me levantó ligeramente hasta que ambos quedamos de pie frente a frente, casi nariz con nariz.-
J: Ahora sí estás atrapada. -dije.-
-Yo intenté zafarme, pero él me tenía bien sujeta, aunque sin apretar demasiado.-
L: Y si no me rindo, ¿qué vas a hacer? -pregunté con fingida valentía.-
J: Podría hacer esto… -respondí para sin previo aviso, comenzar a hacerle cosquillas en los costados.-
L: ¡Javi, no! ¡Eso no vale! -grité entre carcajadas, tratando de apartarlo.-
J: ¿No? Para mí suena justo. -dije mientras no paraba de reír, disfrutando de mi pequeña victoria.-
-Finalmente, logré liberarme, aunque seguía riendo con fuerza. Me apoyé contra la mesa, tratando de recuperar el aliento mientras lo miraba con los ojos entrecerrados.-
L: Esto no se va a quedar así, lo sabes, ¿verdad? -dije con una sonrisa traviesa.-
-Javi se encogió de hombros, acercándose de nuevo para abrazarme con suavidad.-
J: Haz lo que tengas que hacer. Estoy listo. -dije para besar su cabeza.-
-Apoyé la cabeza en su pecho.-
L: Eres insoportable, lo sabes, ¿verdad? -dije abrazándolo más fuerte.-
J: Y tú no tienes remedio, pero creo que así somos perfectos. -respondí para dejar otro beso en su cabeza.-
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El futbolista del que me enam⚽ré
RomanceLorena tiene 26 años, es periodista deportiva y está casada con su futbolista favorito, Javier, el cual tiene 31 años y además de jugar al fútbol en La Liga española es empresario. Ella lo conoció mucho antes de que él supiera que ella existía, conc...