Capítulo 46

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-A las 17:30, el autobús del Espanyol llegó al Estadio de Gran Canaria. El ambiente dentro era tenso, y los rostros de los jugadores reflejaban concentración y nerviosismo. Hoy llevaban el mismo uniforme que ayer.-

-Este no era solo un enfrentamiento más; era la oportunidad de salir del descenso antes del parón de Navidad, de irse a casa con una pizca de tranquilidad en un año que había sido complicado.-

-El estadio vibraba de expectación cuando el partido comenzó a las 18:30. Desde el inicio, se notaba que sería un duelo difícil. En el minuto 18, Javi se llevó una tarjeta amarilla. Desde casa, pude adivinar lo que había pasado incluso antes de que la repetición mostrara la escena. Javi había salido momentáneamente del campo tras una falta, y el árbitro tardó demasiado en autorizar su regreso. Javi, con su carácter impetuoso, no se contuvo. Los gestos de frustración y sus palabras al colegiado le costaron la amonestación.

El partido avanzaba y el Espanyol tuvo algunas oportunidades. Justo antes del descanso, Javi estuvo cerca de marcar. Un pase perfecto lo dejó frente a la portería, pero su disparo se fue apenas desviado. La expresión en el rostro de Javi al fallar lo decía todo: un grito mudo de frustración y las manos a la cabeza.

El segundo tiempo comenzó con más intensidad. En el minuto 53, Cabrera cometió una falta en una zona peligrosa, y Las Palmas no desaprovechó la oportunidad. Sandro Ramírez marcó un gol impecable que desató la euforia en el estadio. Desde ese momento, el Espanyol buscó desesperadamente el empate. Javi volvió a estar cerca, pero la defensa rival lo anuló una y otra vez. Cada balón perdido era un golpe directo a mis nervios.

Cuando el árbitro pitó el final, sentí que el estadio entero se hundía en el silencio. Las Palmas ganó 1-0, y el Espanyol se iba al parón navideño con un sabor amargo. Vi a Javi acercarse a la zona de entrevistas con el rostro tenso, las manos en la cintura y un gesto que mostraba su enojo.-

Periodista: Javi, partido complicado hoy, ¿cómo lo viste desde el campo?

J: Complicado es quedarse corto. Sabíamos que sería un partido difícil, pero creo que hubo decisiones que no nos ayudaron en absoluto. -respondí, mirando directamente a la cámara.-

-Su tono era frío, casi cortante-

Periodista: ¿Te refieres al arbitraje?

J: Exacto. Mira, todos somos humanos, pero en el momento del gol por la falta diciendo que el balón tenía que estar detrás de la línea, no sé,  pero tampoco es culpa de él también tenemos que mirarnos a nosotros. -dije intentado encontrar las palabras sin soltar barbaridades.-

Periodista: ¿Qué valoración haces del equipo?

-Javi hizo una pausa, respiró hondo y continuó.-

J: Tenemos que hacer autocrítica. Hoy no estuvimos lo suficientemente bien en las áreas. Tuvimos oportunidades, pero nos faltó precisión. No marcamos, y ellos sí. Así es el fútbol. Ahora solo queda trabajar más duro. Espero que en la segunda vuelta podamos revertir esta situación y sacar al equipo de donde está. -dije con seguridad.-

-Su voz era firme, pero se notaba el peso de las palabras. Terminé de verlo en la televisión con el corazón encogido. Sabía cuánto significaba este partido para él y para el equipo.-

-Cerca de las 23:00, su llamada llegó. Al descolgar, lo primero que escuché fue un suspiro.-
L: Hola, amor. -dije con suavidad.-

J: Hola, cariño. -dije aún agotado.-

L: ¿Cómo estás?

J: Mal. Frustrado. Esto no puede seguir así. Sabíamos que este partido era clave. Queríamos salir del descenso antes del parón, irnos con algo positivo… pero nada. Nada sale como queremos. -dije.-

L: Javi, estás haciendo todo lo posible. No puedes culparte por todo. Como has dicho antes en la entrevista aún queda la segunda visita, estoy segura que todo va a mejorar. -dije intentando hacerle sentir mejor.-

J: Sí, pero siento que debo dar más. Hoy tuve una oportunidad antes del descanso, amor. Tenía que haber marcado. -dije con resignación.-

L: Ya habrá más oportunidades, amor. Esto es solo una parte del camino. -dije.-

J: Lo sé, pero no puedo evitar pensar en cómo hemos llegado aquí. Tenemos que cambiar muchas cosas. Yo tengo que cambiar cosas. -dije.-

L: Y lo harás. Siempre lo haces. Te conozco, y sé que nunca te rindes.

-Javi se quedó en silencio unos segundos. Imaginé que estaba sentado en la cama del hotel, con el ceño fruncido y la mirada perdida en el suelo.-

J: Gracias por siempre estar ahí, amor. No sé qué haría sin ti. -dije un poco más calmado.-

L: No tienes que agradecérmelo. Siempre estaré aquí, Javi. Descansa. Mañana será otro día. -dije.-

L: Te quiero mucho.

J: Y yo a ti.

-Colgó, pero incluso después de la llamada, seguí pensando en él. En su pasión, su esfuerzo, y en lo mucho que significaba para él poder ayudar al equipo. Sabía que esa noche sería difícil para él, pero también sabía que Javi siempre encontraba la manera de levantarse y me iba a tener a su lado en todo momento.-

El futbolista del que me enam⚽réDonde viven las historias. Descúbrelo ahora