Capítulo 38

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-Era un miércoles parcialmente nublado en Barcelona. Las calles aún conservaban los ecos de la lluvia de la noche anterior. Eran las 9:30 a.m., Javi se acaba de ir a entrenar y yo estaba completamente sumida en el trabajo, sentada frente a la mesa del comedor, rodeada de papeles, notas y mi portátil. Estaba escribiendo un artículo sobre las últimas noticias de La Liga.

-A las 12:00 a.m., mi teléfono sonó. Era un mensaje de Javi.-

J: -Estoy exhausto del entrenamiento. Tengo ahora una sesión con el fisio y llegaré a casa a la 1:00 p.m., que hambre.-

-Yo sonreí y rápidamente respondí.-

L: He pensado preparar para comer pasta. ¿Te parece bien? -Le escribí.-

J: Perfecto. -respondí.-

-Tras hablar con Javi decidí tomarme un descanso para llamar a mi madre. El trabajo podía esperar unos minutos, y yo sabía que hablar con mi madre siempre me llenaba de energía. Fue una conversación ligera, contándole sobre algunos detalles de mi vida y preguntando por los planes que tenían. Aunque a veces me sentía un poco sola en Barcelona, sin el calor de mi familia cerca, sabía que mi madre siempre estaría ahí para mi.-

-A las 12:30 p.m., empecé a preparar la comida. El día estaba siendo productivo, pero también había algo de ansiedad en el aire. Sabía que Javi llegaría a casa pronto y quería que se llevara la sorpresa de que la comida estaba lista, ya que llegaba cansado y con hambre. -

-A la 1:00 p.m., la puerta sonó, abriendose y allí estaba Javi, con su abrigo todavía puesto, exhausto pero con una sonrisa.-

J: Vaya, huele increíble. -Dije mientras me acercaba para besar su mejilla. - No me esperaba que estuviera la comida lista.

L: Es lo que pasa cuando una se entera que su capitán tiene hambre. -Respondí con una sonrisa.-

-Javi soltó una pequeña risa mientras dejaba su abrigo y se sentaba en la mesa.-

J: Siempre me sorprendes, amor. Deberías abrir un restaurante, te aseguro que tendrías un éxito rotundo. -dije mirándola con una sonrisa. -

-Me reí mientras terminaba de colocar la comida.-

-Mientras comíamos comenzamos a charlar sobre el entrenamiento. -

J: Hoy ha sido uno de esos entrenamientos que parecen no acabar nunca. -Comenté mientras daba un sorbo al agua.- Pero ahora estoy aquí, y eso es lo que importa.

L: Lo sé. -respondí sonriendo.- Me alegra verte bien, aunque me imagino lo cansado que estás.

J: Bueno, me alegra estar contigo, en casa, incluso cuando las cosas están complicadas. El fútbol puede ser un estrés, pero contigo todo parece mejor. -Dije colocando mi mano sobre la suya.-

-Miré a Javier, su rostro se veía cansado pero genuinamente contento, y sentí una calidez en el corazón. -

-La comida transcurrió en un ambiente relajado y cuando terminamos de comer, Javi se recostó en la silla, visiblemente más relajado. Me agradeció una vez más por la comida, y la conversación continuó entre risas y bromas ligeras.-

-Después de recoger ambos la mesa nos fuimos al salón y estuvimos disfrutando de la tranquilidad del resto del día.-

El futbolista del que me enam⚽réDonde viven las historias. Descúbrelo ahora