Capítulo 48

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-Habíamos llegado a Madrid temprano esa mañana. El tren desde Barcelona nos dejó en la estación de Atocha justo cuando la ciudad empezaba a llenarse de vida. Con nuestra maleta en mano, nos dirigimos al hotel que Javi había reservado, a pocas calles de la casa de sus tíos. -

-Tras hacer el check-in, subimos a nuestra habitación. Desde la ventana del hotel se podían ver las luces navideñas. Javi me abrazó por detrás mientras observábamos el panorama.-

-Ya por la tarde después de comer estuvimos paseando por el centro. Caminamos por la Gran Vía, entramos en pequeñas tiendas para comprar algunos regalos de último momento y compartimos un chocolate caliente en una cafetería clásica.-
-Cuando regresamos al hotel, aún teníamos un par de horas antes de ir a casa de sus tíos. Nos arreglamos con calma, disfrutando del tiempo juntos. Yo escogí un vestido negro con una abertura en la espalda, el cual había reservado especialmente para la ocasión, mientras Javi lucía impecable en su traje negro. Antes de salir, se detuvo frente a mí, me tomó de la cintura y susurró.-

J: Estás preciosa. -dije para besar su frente.-

-Reí por la manera en la que me hacía sentir tan querida. Llegamos a casa de sus tíos al anochecer. El aroma a comida casera nos recibió antes de cruzar la puerta. Adentro, la familia de Javi nos acogió con abrazos cálidos y sonrisas. Había una energía especial en el ambiente.

-Durante la cena compartimos risas, anécdotas, y brindis interminables. Sin embargo, hubo un momento que quedó grabado en mi corazón. Después de la cena, mientras los adultos charlaban en el salón y los niños jugaban, Javi me llevó a un rincón un poco más tranquilo, junto al mismo árbol.-

J: Quiero un recuerdo de esta noche. -Dije mientras sacaba su móvil.-

-Me abrazó, sus ojos brillando con una calidez que me desarmaba por completo.-

-Nos tomamos la primera foto, riendo y disfrutando del momento. Luego, sin previo aviso, Javi me inclinó ligeramente hacia atrás y me besó con esa intensidad que siempre hacía que el mundo desapareciera a nuestro alrededor. La segunda foto capturó exactamente eso.-

-Cuando volvimos al salón, los tíos de Javi ya estaban organizando los regalos. Fue emocionante ver cómo toda la familia se involucraba en repartirlos, especialmente los más pequeños. La noche continuó con villancicos y conversaciones interminables.-

-Finalmente tras una noche de disfrutar en familia nos despedimos de todos hasta mañana en el desayuno y nos fuimos al hotel.-

-La velada había sido perfecta, una de esas noches donde el mundo parecía alinearse para que todo fuera mágico. La cena, la música suave de fondo, las miradas cómplices… y ahora, el ascensor que los llevaba de regreso a nuestra habitación.-

-Yo entré primero al ascensor, mi vestido negro con la espalda descubierta atraía la mirada de Javi como si fuera un imán. Él me seguía pulsando el botón del piso sin apartar los ojos de mi.-

J; ¿Te he dicho hoy lo increíble que te ves? -murmuré, rompiendo el silencio.-

-Sonreí, girándome ligeramente hacia él.-

L: Tal vez una o dos veces… pero no me canso de escucharlo. -dije coqueta.-

-El ascensor comenzó a subir lentamente, pero el espacio parecía más pequeño de lo normal, como si la química entre nosotros lo hubiese encogido. Javi dio un paso hacia mí, acercándose con esa seguridad que siempre lo caracterizaba.-

J: Debería decirlo más seguido. -para rozar suavemente su mejilla antes de deslizarse mis dedos hacia su nuca, trazando un camino que le arrancó un escalofrío.-

El futbolista del que me enam⚽réDonde viven las historias. Descúbrelo ahora