Capítulo 57

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-El sol apenas asomaba por las ventanas cuando me desperté con el sonido de la alarma.-

J: Buenos días, cariño. -dije mirando cómo se estiraba.-

L: Buenos días, amor. -Respondí mientras me acurrucaba unos minutos más bajo las mantas, disfrutando de su calidez.-

-Después de un rato, bajamos juntos a la cocina para desayunar.-

J: Amor, esta tarde tengo lo de la visita al hospital con el equipo. -dije mientras servía el café.-

L: ¿Qué llevaréis este año? -pregunté, interesada.-

J: Camisetas, bufandas y varias cosas más. Siempre intentamos incluir algo más personalizado para los niños. Es una de esas cosas que me recuerdan por qué amo este deporte.

-Sonreí al verlo tan ilusionado. Javi siempre había tenido ese lado que lo hacía especial, más allá del fútbol.-

-A las nueve y media, salió hacia el entrenamiento. Aproveché el tiempo para adelantar algunas cosas y a las doce en punto Javi llegó de vuelta.-

J: ¡Ya estoy aquí! -anuncié desde la puerta.-

L: ¿Qué tal el entrenamiento? -pregunté mientras lo recibía con un beso.-

J: Bien, bastante tranquilo. Hemos repasado jugadas y hablado de los próximos partidos. Pero creo que todos seguimos en modo festivo. -dije riendo.-

-Comimos juntos unas lentejas que había preparado por la mañana. Durante la comida, seguimos hablando de la visita al hospital y de cómo el equipo femenino del Espanyol también iría.-

L: Es genial que vayan juntos. -comenté.-

J: Sí, a veces los pequeños se emocionan más al verlas a ellas que a nosotros. -dijo con una sonrisa.-

-A las cuatro de la tarde, Javi se puso su sudadera del club para irse. Lo acompañé hasta la puerta y lo despedí con un beso. Desde el umbral, lo vi alejarse mientras pensaba en lo orgullosa que estaba de él, no solo como futbolista, sino como persona.-

-El tiempo que Javi estuvo fuera aproveché para leer un rato. Cuando volvió, su sonrisa decía más que mil palabras.-

L: ¿Cómo fue? -Le pregunté mientras se dejaba caer en el sofá junto a mí.-

J: Increíble. Sus sonrisas, sus abrazos… Es un recordatorio de lo importante que es lo que hacemos, más allá del campo.

-Le acaricié la mejilla, orgullosa de él una vez más.-

El futbolista del que me enam⚽réDonde viven las historias. Descúbrelo ahora