-Me desperté lentamente y con un suspiro, me levanté y me dirigí al baño para lavarme la cara. Necesitaba despejarme, y el agua fresca sería lo único que lo lograría. Al abrir la puerta, el sonido del agua cayendo me hizo sonreír. Javi debía estar en la ducha.-
-Al terminar de abrir la puerta del baño allí estaba él, de espaldas a mí, con el agua corriendo por su piel. No pude evitar admirar la imagen: las gotas resbalando por su espalda, la forma en que sus músculos se tensaban con cada movimiento que hacía. Era algo que no me cansaba de ver.-
L: Buenos días, amor. -dije en voz baja, casi en un susurro, disfrutando de su presencia.-
-Él se giró ligeramente, sonriendo, con el cabello empapado pegado a su frente.-
J: Buenos días, cariño. -Respondí con la voz aún rasposa por el sueño, pero llena de cariño.- ¿Has dormido bien?
-Me apoyé contra el marco de la puerta, observándolo mientras continuaba bajo el agua. Mi corazón dio un pequeño brinco al ver esa expresión relajada y amorosa que siempre tenía por las mañanas.-
L: Muy bien, pero me hacía falta que me abrazaras más. -Sonreí.-
-Javi se rió suavemente.-
J: Lo siento, tenía que levantarme temprano. Pero ahora que estás aquí… ¿Te gustaría unirte? -Dije con tono pícaro.-
-De alguna manera, la propuesta me hizo sonrojar, aunque me sabía de memoria la espontaneidad con la que a veces actuábamos.-
L: ¿Unirme? -reí, levantando una ceja.-
-Javi sonrió con picardía, y me miró fijamente, disfrutando de mi reacción. Se inclinó hacia un lado de la ducha para tomar el gel y se lo aplicó en las manos.
J: ¿Y si te lo ofrezco como una invitación, en lugar de una sugerencia? -Respondí con una sonrisa traviesa.-
-Negué con la cabeza, sabiendo que no podría resistirme mucho más.-
L: Está bien, está bien. -Respondí, riendo entre dientes. Sin pensarlo dos veces, me acerqué a la ducha y, con un último vistazo, me deshice de mi ropa antes de entrar al agua caliente.-
-Nos miramos un instante, con esa complicidad que siempre teníamos, y el resto del mundo desapareció mientras el agua seguía cayendo sobre nosotros.-
J: Quédate, ya sabes que me encanta tenerte cerca. -Dije abrazándola por la cintura con cariño, mientras nos dejábamos envolver por el vapor y la calidez de la ducha.-
-El agua caía con fuerza sobre nosotros, envolviéndonos en un vapor espeso que hacía que el aire estuviera cálido y relajante. Javi me abrazó con más fuerza, casi como si no quisiera soltarme. Sus manos recorrían suavemente mi espalda, y cada movimiento suyo me hacía sentir más cerca de él.-
J: Sabes que esto es lo mejor de la mañana, ¿verdad? -susurré mientras mis labios rozaban su cuello con delicadeza.-
-Su aliento cálido me hizo estremecer. Sonreí, disfrutando de ese pequeño gesto, ese amor que solo él sabía darme de una forma tan natural.-
L: No te vas a librar de mí tan fácil. -Dije en tono juguetón, rozando mi rostro contra el suyo, sintiendo la suavidad de su piel empapada.
Javi rió entre dientes, pero no me soltó. En cambio, se inclinó para darme un beso, primero en la frente, luego en los labios. Un beso suave, pero lleno de esa electricidad que siempre compartíamos cuando estábamos juntos. Me sentí tan a gusto en sus brazos, como si el resto del mundo no existiera.-J: Nunca quiero librarme de ti. -Dije con sinceridad.-
-Su voz profunda y suave resonó en mi pecho, haciendo que mi corazón latiera un poco más rápido. Lo miré a los ojos, esos ojos que me miraban con tanta ternura.-
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El futbolista del que me enam⚽ré
RomanceLorena tiene 26 años, es periodista deportiva y está casada con su futbolista favorito, Javier, el cual tiene 31 años y además de jugar al fútbol en La Liga española es empresario. Ella lo conoció mucho antes de que él supiera que ella existía, conc...