-La alarma sonó y al apagarla e intentar chocar con Javi sentí una cálida sensación al darme cuenta de que la cama estaba vacía. Javi no estaba a mi lado, pero su aroma aún estaba en las sábanas. Me estiré un poco, recogiendo las sabanas alrededor de mi cuerpo, y al mirar al lado, vi la camisa blanca que Javi había usado la noche anterior, arrugada sobre la silla.
Me la puse sin pensarlo dos veces. La tela suave me abrazó, y me sentí envuelta en su presencia, aunque no estuviera ahí. Salí de la habitación, para ir a la cocina donde seguramente estaría Javi.--Al llegar a la cocina, lo vi allí, con su espalda hacia mí, moviendo la sartén en la estufa y preparando el desayuno. Los rayos del sol iluminaban sus cabellos, dándole una apariencia tan tranquila y perfecta que me hizo sonreír sin poder evitarlo.-
-Me acerqué lentamente y, sin hacer ruido, lo abracé por la espalda, apoyando la cabeza en su espalda.-
L: Buenos días, amor. -dije suavemente.-
-Javi sonrió y colocó sus manos sobre mis brazos.-
J: ¿Has dormido bien? -pregunté, mientras me giraba un poco para mirarla.-
-Asentí, sintiéndome completamente a gusto en sus brazos.-
L: Sí, aunque siempre me siento un poco vacía sin ti a mi lado por la mañana. -Respondí, sonriendo contra su piel.-
-Javi me miró por un momento, sus ojos reflejando una ternura que nunca se desvanecía.-
J: No pude dormir mucho. -admití.- Estaba pensando en ti.
-Lo miré con una mezcla de curiosidad y amor.-
L: ¿En serio? -Le pregunté, entrelazando mis dedos con los suyos mientras seguía apoyada en su espalda.- ¿Qué pensabas?
-Javi giró un poco más hacia mí, dejando a un lado la sartén por un momento, y me miró fijamente.-
J: Pensaba en cómo cada día que paso contigo me siento más afortunado. En lo que hemos construido juntos. A veces siento que me quedo sin palabras para describirlo. -dije acariciando suavemente su mejilla.-
-Mi corazón latió más rápido al escuchar sus palabras.-
L: Eres un tonto. -Dije en tono juguetón, dándole un pequeño empujón. Pero, al mismo tiempo, mi voz temblaba un poco de emoción.- Me haces sentir tan especial.
-Javi rió suavemente, acariciando mi rostro con una de sus manos.-
J: Y tú me haces sentir como si no existiera nada más importante en el mundo que tú.
-El ambiente en la cocina, normalmente tan común, se llenó de una calma especial, como si el resto del mundo dejara de importar. Solo estábamos nosotros dos, disfrutando del momento.-
J: ¿Me ayudas con el desayuno? -pregunté, tomando una rebanada de pan y ofreciéndosela.-
-Tomé la rebanada de pan, pero antes de darle una mordida, lo miré y le dije.-
L: Solo si me dejas hacer algo más primero.- Me acerqué lentamente, colocándome de puntillas y besándolo suavemente en los labios. Un beso breve, pero lleno de todo lo que no cabía en palabras.-
J: Eso está mejor. -dije sonriendo con complicidad.-
-Nos quedamos allí, abrazados, rodeados de la fragancia del café, sin prisas, disfrutando de ese instante en que las palabras sobraban.-
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El futbolista del que me enam⚽ré
RomanceLorena tiene 26 años, es periodista deportiva y está casada con su futbolista favorito, Javier, el cual tiene 31 años y además de jugar al fútbol en La Liga española es empresario. Ella lo conoció mucho antes de que él supiera que ella existía, conc...