El futbolista del que me enam⚽ré

Capítulo 50

-El despertador sonó más temprano que de costumbre, rompiendo la quietud de la madrugada en nuestra habitación. Javi dormía profundamente a mi lado, con su respiración lenta y tranquila.-

-Me giré para mirarlo, la luz tenue de la lámpara de noche delineaba sus rasgos.-

L: Amor. -murmuré mientras acariciaba suavemente su cabello.- Es hora.

-Abrió los ojos lentamente y sonrió de esa manera perezosa que hacía que mi corazón diera un vuelco y me abrazó dejano un beso en mi frente.-

-Mientras nos preparábamos, todo parecía suceder en piloto automático. Las maletas ya estaban listas desde la noche anterior: un elegante traje para él y un vestido largo de ensueño para mí, ambos cuidadosamente empacados para la ocasión. A pesar de la rutina matutina, el aire estaba cargado de anticipación. No todos los días viajas a Dubái para asistir a los Globe Soccer Awards, y menos cuando tu esposo está nominado a uno de los premios más importantes de su carrera.-

-Cuando salimos del hotel rumbo al aeropuerto, Madrid aún despertaba lentamente. Las calles estaban tranquilas, pero mi mente no podía dejar de divagar. Era un reconocimiento para él no solo como futbolista, sino como el hombre disciplinado y apasionado que siempre había sido.-

-El trayecto al aeropuerto fue breve, pero lleno de pequeñas conversaciones sobre lo que haríamos en Dubái.-

J: Podríamos ir al Burj Khalifa pasado mañana.  -propuse.- Y luego darnos un capricho en alguna playa privada.- añadí con un guiño que hizo que Lorena rodara los ojos, aunque sonriendo.-

-Una vez en el aeropuerto, la atmósfera se volvió más acelerada. El control de seguridad, el café rápido antes de abordar, y la espera en la sala VIP pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Javi, como siempre, era un imán para las miradas. Aunque llevaba una sudadera sencilla y gafas de sol, varios fans lo reconocieron y se acercaron para pedirle fotos. Él, paciente y siempre amable, accedió sin perder esa calma característica.-

-Cuando finalmente abordamos el avión, nos acomodamos en primera clase. El vuelo fue tranquilo, aunque largo. Aproveché para repasar en mi mente cada detalle del vestido que usaría al día siguiente, mientras Javi repasaba algunas entrevistas y noticias relacionadas con los premios. A veces compartíamos miradas cómplices o pequeñas charlas sobre lo que esperábamos de la ceremonia.-

-Finalmente, cuando el avión comenzó a descender, la vista de Dubái iluminada bajo el cielo nocturno me dejó sin aliento. Era un espectáculo brillante, casi irreal, que prometía un viaje inolvidable.-

-Al llegar al hotel, un cinco estrellas con vistas al Golfo Pérsico, nos recibieron con un trato exquisito. Después de un breve recorrido por la suite que sería nuestro hogar por los próximos días, Javi dejó caer nuestras maletas y se desplomó en el sofá.-

J: Bueno, amor, hemos llegado. -dije con una sonrisa amplia.-

-Me senté junto a él entre sus brazos.-