-El sol de Dubái ya se filtraba por las ventanas de nuestra suite cuando desperté. Javi estaba de pie junto a la ventana panorámica, observando el bullicio de la ciudad.-
J: Buenos días, dormilona. -dijo con una sonrisa mientras venía hacia mí.-
-Me estiré en la cama, dejándome envolver por la comodidad de las sábanas.-
-Nos vestimos y bajamos a desayunar. -
-Después de un desayuno delicioso en el hotel con croissants, fruta fresca, y un par de caprichos locales como dátiles bañados en chocolate, estábamos listos para explorar.-
-Javi, vestido con una camiseta blanca sencilla y gafas de sol, parecía sacado de un anuncio de revista, mientras yo opté por un vestido ligero y cómodo, perfecto para el calor del desierto.-
-Nuestro primer destino fue el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo. Subir al mirador era algo que ambos esperábamos con entusiasmo. En el ascensor, que parecía más bien una cápsula espacial por lo rápido que ascendía.-
J: Si miras hacia abajo desde aquí, puedes ver hasta Sevilla. -bromeé.-
-Reí, aunque la altura ya me hacía sentir un poco de vértigo. Cuando finalmente llegamos al mirador, la vista era impresionante. La ciudad se extendía ante nosotros como un mapa tridimensional, con el desierto en un extremo y el mar brillante en el otro. Javi sacó su teléfono para tomar algunas fotos, pero después de un rato dejó el móvil a un lado.-
J: Es una vista increíble. -dije rodeándola con un brazo.- Pero nada supera a lo que tengo aquí. -dije para dejar un beso en su cabeza.-
-Siempre sabía cómo derretirme con esas pequeñas declaraciones espontáneas.-
-Después del Burj Khalifa, nos dirigimos al Dubai Mall, no tanto para comprar, sino para explorar. Caminamos por el acuario gigante, donde tiburones y mantarrayas nadaban a pocos centímetros de nosotros detrás de enormes paneles de cristal.-
-Ya por la tarde tomamos un taxi que nos llevó al desierto, donde nos esperaba una experiencia que Javi había insistido en probar: un safari en 4x4.-
-Durante el recorrido, las dunas doradas parecían infinitas, y el cielo, de un azul intenso, se mezclaba con el paisaje árido.-
-Cuando finalmente nos detuvimos en un campamento, el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el desierto de tonos naranjas y rojos. Nos ofrecieron té de menta y dulces tradicionales.-
-De regreso a la ciudad, hicimos una última parada en el Dubai Marina, donde un paseo iluminado junto al agua nos recordó lo mucho que habíamos hecho en un solo día. Caminamos de la mano, disfrutando de la brisa cálida y de la tranquilidad que ofrecía el momento.-
J: ¿Sabes qué me gusta más de viajar contigo? - dije mientras nos deteníamos frente a una fuente iluminada.-
L: ¿Qué? -dije mirándolo.-
J: Que no importa dónde estemos, siempre siento que estoy en casa. -dije para abrazarla.-
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El futbolista del que me enam⚽ré
RomanceLorena tiene 26 años, es periodista deportiva y está casada con su futbolista favorito, Javier, el cual tiene 31 años y además de jugar al fútbol en La Liga española es empresario. Ella lo conoció mucho antes de que él supiera que ella existía, conc...