Capítulo 37

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-Era la noche del partido. El Espanyol se enfrentaba al Getafe en un encuentro crucial. Esta vez yo no podía estar allí en el estadio, pero estaba tranquila, sabiendo que la familia de Javi había viajado desde Madrid para estar con él en el partido. Sabía lo importante que era para él tenerlos cerca en estos momentos.-

-El día había sido largo, pero la emoción del partido estaba comenzando a llenar la casa. Javi, que ya se encontraba en Getafe con el equipo, me había pasado un par de fotos esta mañana mostrándome cómo le quedaba el uniforme que El Corte Inglés les había proporcionado para el viaje.
Cada vez que lo veía con ese uniforme, no podía evitar sonreír. Aunque él pensara que solo era ropa para el viaje, para mi era un recordatorio de lo guapo que se veía en cualquier situación. Estaba espectacular, como siempre. Le envié un mensaje rápido de vuelta diciéndole que estaba increíble, y él me respondió con uno de esos mensajes cortos pero con mucho cariño. -

-A las 9:00 p.m., el partido comenzó. Yo me acomodé en el sofá con una taza de té, aunque mi mente no podía dejar de pensar en lo que estaba sucediendo en el campo.-

-El primer tiempo comenzó con algo de tensión. Apenas a los 5 minutos, Jofre Carreras, recibió una tarjeta amarilla. Yo fruncí el ceño al verlo. Sabía que el partido ya empezaba con mucha presión. Pero lo que realmente hirió al Espanyol ocurrió en el minuto 8, cuando Álvaro Rodríguez, jugador del Getafe, marcó un gol. Fue un golpe duro para el equipo, pero yo confiaba en que el Espanyol podía reaccionar.

A lo largo del primer tiempo, el equipo luchó, con varias oportunidades de marcar, pero el gol no llegaba. Cada intento parecía desvanecerse en el último momento. Los jugadores del Getafe estaban bien posicionados y defendían con todo, lo que aumentaba la frustración del Espanyol. Se notaba la tensión en el campo. Hubo varios roces entre los jugadores pero sin más. Sin embargo, la agresividad del juego estaba clara.

Yo seguía el partido desde el sofá, mirando la pantalla con atención, deseando estar allí con él. Finalmente, el partido terminó 1-0 a favor del Getafe. El Espanyol había vuelto a perder y yo sentí una punzada de tristeza en el pecho. Aunque había sido un partido difícil, me dolía ver al equipo caer una vez más. Mientras los jugadores caminaban cabizbajos hacia el vestuario, se escuchó en el estadio: "¡A segunda!"  Javi, que estaba cerca de donde se produjo el grito, lo oyó claramente. En ese momento, un golpe de rabia lo invadió. Casi no podía creer que alguien pudiera ser tan cruel. Su frustración se transformó en ira, y estuvo a punto de enfrentarse con alguien, pero sus compañeros de equipo y algunos del Getafe lo apartaron rápidamente. Yo que ya sabía cómo se ponía Javi en esos momentos, suspiré aliviada al ver que lo controlaban. Sabía que Javi estaba muy afectado, pero también confiaba en que no dejaría que ese tipo de provocaciones lo superaran.-

-La noche pasó lentamente, y finalmente, en la tranquilidad del hotel, Javi me llamó. Su voz al otro lado de la línea estaba tensa.-

L: Hola cariño. -Dije con voz suave, pero llena de apoyo.- ¿Cómo estás?

J: No te imaginas cómo me siento, amor. Este partido... no sé, no sé cómo seguimos perdiendo. He estado en todos los momentos del equipo, he luchado con ellos, y cada vez parece más difícil. -Dije algo frustrado.-

L: Lo sé. No es fácil, pero recuerda que no estás solo en esto. Y no es solo un partido. Yo sé lo que vales. Todos sabemos que el equipo está pasando por un mal momento, pero no lo define. -Respondí con calma.-

-Javi hizo una pausa. Sabía que yo siempre encontraba la manera de calmarlo, de hacerle ver las cosas desde otro ángulo.-

J: Gracias, amor. Realmente necesitaba escuchar eso. Solo espero que las cosas cambien pronto, para todos. -Dije calmando mi rostro.-

L: Lo harán, lo sé. El fútbol da tantas vueltas... sois un gran equipo y además sabes que todos te apoyamos.- dije viendo como su rostro se quedaba más tranquilo.-

-La conversación continuó durante un buen rato y ya luego nos despedimos hasta el día siguiente.-

☆☆☆

-El día siguiente llegó rápido. Javi volvió a Barcelona por la tarde, tras una noche que se había hecho eterna para él, yo lo esperaba en casa con el ambiente acogedor que él tanto necesitaba. Cuando entró por la puerta, sin palabras, me abrazó con fuerza. La frustración y la tristeza del partido aún lo invadían, pero mi abrazo fue como bálsamo para él. Necesitaba sentir ese apoyo, esa paz.-

L: Te quiero, amor. Estoy tan orgullosa de ti, no olvides eso. -Dije mientras lo estrechaba en mi abrazo para luego besar su mejilla con cariño.-

-Él me miró, un poco más tranquilo, y suspiró.-

J: Te agradezco mucho que siempre estés ahí. Este partido... no sé, me cuesta, pero sé que con todo el amor y apoyo que tengo, lo superaré.-

-Sonreí, acariciándole el cabello.-

L; Sí, lo superarás, como siempre lo haces. Ya vendrán tiempos mejores para el equipo.- dije, cogiendo su mano.-

-Aunque la noche anterior había sido dura para Javi y el equipo, él sabía que, al final, lo más importante era tenerme a su lado, brindándole ese apoyo incondicional que tanto necesitaba.-

El futbolista del que me enam⚽réDonde viven las historias. Descúbrelo ahora