Transmigrado con una cámara del tiempo en DxD

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Ella era una mujer adulta ahora. Ya no era la misma ingenua chica de diecinueve años. Era una mujer adulta que podía pensar en lo que era mejor para ella y para su hija. Incluso si le dolía hasta el fondo, tenía que aceptarlo.

'Yo era un hombre destrozado, ese día'

Tenía que aceptar que las cosas nunca volverían a ser las mismas y que tal vez...

'¿Entonces qué pasa con nuestra hija? ¡Ella necesita un padre!'

Era mejor que cada una siguiera su camino y llevara su propia vida.

'Lo siento, Baraquiel. Pero no podemos continuar'

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|DxD|

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'El Kaioken, una técnica divina que funciona estimulando la hebra divina del usuario para secretar demi-ki que dará como resultado un impulso cualitativo general para el cuerpo del usuario a costa de su resistencia. La apariencia de la técnica está indicada por un aura densa de color granate que los rodea. Y entonces...'

"¡Vamos! ¡Poder completo! ¡HaaaaaAAAAAA!"

¡GRUUU!

'El Estado Semidiós, una transformación que se puede lograr al alcanzar un umbral donde la hebra divina del usuario experimenta una evolución o una mutación. La apariencia de la transformación se indica mediante el cabello del usuario que se eriza y se vuelve rojo sangre. Ligeramente diferente del Kaioken, el color del aura es un rojo más vibrante. Según mis observaciones, también existe un Estado Semidiós Suprimido donde, aunque el cabello aún se eriza, no se vuelve rojo. Sin embargo, hay una cosa que tanto la técnica como la transformación tienen en común'

Su Su Su Su Su Su Su Su Su Su

'Otorgan un aumento masivo de poder'

En lo profundo de los confines de la cámara del tiempo, Igor... no estaba solo. Además de Aurelia, estaba él en un lado y diez mil copias de sí mismo en el otro lado.

Separados por una distancia de medio kilómetro, Igor se quedó solo con los puños apretados por la emoción. Sus ojos rojos como la sangre escanearon a los miles de clones organizados como una división, la anticipación gradual se acumuló dentro de él mientras se ponía en posición.

Como un ejército bien ordenado, los clones estaban parados en filas ordenadas, cada uno de ellos irradiando el poder de la clase suprema. Con todos ellos teniendo cabello rojo puntiagudo y un aura roja densa rodeándolos, era como un mar rojo cuando se veía desde arriba donde Aurelia estaba actualmente.

A pesar de que estaba a más de un kilómetro por encima de todos ellos, todavía podía verlos claramente a todos con su visión sobrenaturalmente mejorada. Y también, podía ver los dos enormes relojes de arena goteando lentamente arena en el cilindro inferior.